Se trata de una maniobra de primeros auxilios que puede llevar a cabo cualquiera, tenga o no conocimientos sanitarios, y que tiene como objetivo evitar problemas mayores que podrían incluso desembocar en una muerte por ahogamiento.
Cuando alguien ha perdido la consciencia, pero sigue respirando, es fácil que de un momento a otro deje de hacerlo. Con esta maniobra, lo que se pretende es que la respiración se mantenga de una forma segura.
Si se realiza bien, la posición de seguridad mantiene a la persona estable, sin que haya peligro de que pueda moverse de manera involuntaria.
Para ello, deben seguirse los siguientes pasos (explicados en el vídeo):
- Colocar a la persona boca arriba, estirada por completo, y retirar todos los elementos que puedan apretar su cuerpo para facilitar la respiración y mejorar la circulación de la sangre, como pueden ser cinturones, collares, corbatas, zapatos… además de sacar lo que lleve en los bolsillos para evitar otros daños. Nosotros debemos situarnos de rodillas a su lado. Si se trata de una embarazada, la maniobra siempre debe realizarse sobre su lado izquierdo, no sobre el derecho.
- Extender su brazo más cercano a nosotros por encima de su cabeza y manteniendo el codo flexionado formando un ángulo recto.
- El otro brazo lo colocaremos sobre su pecho, situando su mano en su mejilla a modo de almohada.
- Desde esta posición, tiramos hacia nosotros hasta colocarlo en posición lateral, comprobando que su rodilla esté en contacto con el suelo, y manteniéndola ligeramente flexionada.
- La cabeza debe quedar apoyada en la mano y posicionada con una ligera hiperextensión del cuello.
- Si se prevé un largo tiempo en esta posición, hay que cambiar de lado cada 30 minutos realizando los pasos descritos.
¿Por qué esta posición y no otra?
No es relevante el hecho de colocar de uno u otro lado, excepto en el caso de las embarazadas, en las que se elige el costado izquierdo debido a que por el derecho discurre la vena cava y, si se comprime, se dificulta el retorno venoso (se impide una correcta circulación de la sangre) afectando a la salud del feto.
- La posición lateral, evita que la persona pueda tragarse su propio vómito y lo aspire hacia los pulmones provocando un colapso de éstos e impidiendo la respiración. Si hay sangrado abundante, el peligro de aspirado es el mismo que en el caso del vómito y se previene de igual forma. Cuando se está inconsciente, el tono muscular se pierde y la lengua, al ser un músculo, también se relaja pudiendo caer hacia la garganta y obstruir las vías respiratorias, lo que se evita con la maniobra de seguridad.
- La colocación de brazos y piernas hace que el accidentado no pueda darse la vuelta por sí mismo, dando estabilidad a la posición buscada.
- Mantener el cuello con una mínima hiperextensión, con la barbilla ligeramente inclinada hacia arriba, hace que la epiglotis permanezca abierta y la respiración esté conservada.
- Además, es una postura ideal para poder valorar la respiración y el pulso mientras llegan los servicios médicos en nuestra ayuda.
- Cada 3-4 minutos hay que comprobar el estado del enfermo (respiración, pulso…) por si fuese necesario iniciar las maniobras de reanimación cardiopulmonar básicas o RCP.
¿Cuándo la debemos practicar?
Si nos encontramos en esta situación, lo principal es ponerla en práctica lo más rápido posible y avisar a emergencias para que acudan en nuestra ayuda. Si tenemos dudas, se las podemos preguntar por teléfono para que nos orienten mientras llegan. En general, se debe hacer cuando estemos ante alguien que se encuentra inconsciente pero que puede respirar.
Existen varias maneras de comprobar si alguien respira, siendo las más comunes el simple hecho de descubrirle el pecho y observar que se mueve, y/o acercar la oreja a la nariz y a la boca de la persona comprobando que sale y entra aire.
¿Cuándo no debo ponerla en práctica?
Si ha habido un traumatismo importante, no es conveniente movilizar a la persona pues se corre el peligro de causarle daños mayores.
¿Y si se trata de un bebé o un niño pequeño?
En este caso, se coloca boca abajo en nuestros brazos, a ser posible un poco ladeado y con la cabeza inclinada hacia abajo para evitar que se ahogue o se trague la lengua.