Cuando el médico nos receta medicamentos, solemos preguntarle si pueden interactuar con otros que estemos tomando o a qué hora hay que tomarlos, pero no suele pasarnos por la cabeza consultarle si lo que comemos puede alterar de alguna manera su efecto.
Cada persona puede asimilar de forma algo distinta los medicamentos y, además, su eficacia puede verse alterada dependiendo de cómo y con qué se tomen. A continuación, hacemos un repaso de con qué alimentos no debes mezclar algunos de los medicamentos más habituales.
Los antibióticos, ¿con o sin comida?
Una de las dudas más habituales es si deben tomarse con el estómago lleno. Pues depende del antibiótico y por eso es fundamental leer y seguir las instrucciones del prospecto.
- En el caso de la azitromicina (que se suele recetar para controlar una sinusitis bacteriana aguda, una otitis media o una faringitis, entre otras afecciones) se especifica que “los comprimidos se pueden tomar con o sin comida”. Esto significa que en los estudios realizados se ha observado que la comida no influye en el efecto terapéutico final.
- Pero si el médico prescribe amoxicilina-clavulánico, recomendará tomarlo “con las comidas” para reducir la posible intolerancia gastrointestinal.
- Si se trata de fosfomicina (muy habitual para controlar infecciones urinarias), lo más adecuado es tomarlo con el estómago vacío.
¿Qué quiere decir exactamente tomarlos con las comidas y fuera de las comidas (o con el estómago vacío)?
- En el primer caso, debemos ingerirlos durante la comida o inmediatamente después (en los 5-10 minutos siguientes).
- En el segundo, una hora antes de comer o dos horas después de haber comido; suele ocurrir con algunos antibióticos, pero también con medicamentos para la osteoporosis (bifosfonatos), de los que te hablaremos más adelante.
¿Se pueden mezclar los antibióticos con la leche?
La leche no afecta a la absorción de todos los antibióticos, pero sí de algunos que necesitan un entorno ácido para absorberse, distribuirse por la sangre y llegar a su lugar de acción.
Lo que ocurre es que al tomar un lácteo se modifica el pH del estómago (el fármaco pasa por él antes de llegar al intestino delgado, donde se absorberá por completo si antes ha encontrado el entorno idóneo) y lo alcaliniza.
- Además, su calcio puede facilitar la formación de unos compuestos llamados quelatos, que todavía frenan más la absorción del medicamento.
De nuevo, será el prospecto el que nos diga si el fármaco que hemos de tomar no debe mezclarse con productos lácteos.
¿Cambiaría algo si la leche es baja en grasa? Es cierto que el contenido graso también influye: los lácteos muy ricos en grasas hacen que el estómago se vacíe más lentamente, lo que provocará que el antibiótico tarde más tiempo del esperado en hacer efecto.
Nunca se deben tomar con bebidas alcohólicas, aunque sean de baja graduación
Con una comida grasa ocurriría algo similar. Pero hay excepciones: los fármacos elaborados a base de griseofulvina (usada para controlar las infecciones producidas por hongos), se disuelven fácilmente en grasas.
En ese caso va bien que el antibiótico se acompañe de una preparación culinaria con alto contenido graso.
Por qué tomar yogur después de los antibióticos
Muchos antibióticos destruyen parte de la flora bacteriana propia del intestino, un grupo de bacterias beneficiosas para el organismo porque evitan el sobrecrecimiento de microorganismos nocivos capaces de ocasionar diarrea (una reacción adversa frecuente al tomar antibiótico).
Eso se puede solucionar con:
- Los alimentos probióticos (como los yogures, que contienen lactobacilos), capaces de facilitar el crecimiento de esos microorganismos beneficiosos y de tener un efecto favorable en la diarrea inducida por antibióticos. Sin embargo, aún no hay estudios muy claros sobre los yogures.
- Suplementos que podemos encontrar en la farmacia y que sí han demostrado ser capaces de reducir la duración de la diarrea, pero debe recomendarlos un médico.
Medicamentos para la osteoporosis
Para la osteoporosis, el médico puede recetar diferentes medicamentos, pero uno de ellos es el conocido como alendronato (de la familia de los bifosfonatos), que ayuda a retener más calcio porque frena a las células destructoras de hueso.
Sin embargo, puede funcionar peor cuando se toma al mismo tiempo que determinados productos:
- Con zumo de naranja. Si los tomas juntos, su biodisponibilidad (el aprovechamiento que de él hace el cuerpo) se reduce hasta en un 60 %. De hecho, el alendronato debe tomarse por la mañana y en ayunas, una media hora antes de ingerir cualquier alimento, pero con un vaso de agua lleno (el riesgo de sufrir irritación estomacal es mucho mayor si se toma con poca cantidad de agua).
- Tomarlo con café con leche o con un lácteo, por lo tanto, tampoco vale.
Cuando uses paracetamol
Tiempo atrás no se aconsejaba tomar paracetamol –ni ácido acetilsalicílico– junto a un café, pero las investigaciones han demostrado que juntándolos se controla en menos tiempo el dolor muy intenso.
¿Cuál es, entonces, el problema? Pues que algunos laboratorios elaboran el analgésico incluyendo cafeína para que su absorción sea más rápida.
- Si no lo sospechas y tomas aún más café, puedes provocar que el fármaco pase demasiado rápido por tu sistema digestivo y también se elimine muy rápido, sin poder tener tiempo para actuar.
El prospecto (y seguramente también la caja) te dirá si el comprimido ya lleva cafeína.
Con fármacos contra el cáncer de mama (tamoxifeno) no hay que tomar soja
El café tampoco debe tomarse a la vez que los antipsicóticos clozapina (para personas con esquizofrenia resistente) porque probablemente su asimilación se reducirá un 50 %.
Y algo que interesará a los fumadores: ellos tampoco lo absorberán por completo, ya que el cigarrillo actúa de barrera y no deja que pase bien a la sangre.
Antidepresivos y anticoagulantes
Si te han recetado antidepresivos del tipo IMAO conviene que evites los quesos fuertes y chocolate. La razón es que contienen tiramina y, juntos, pueden provocarte una hipertensión muy alta.
- Tampoco te interesan las carnes procesadas, los pescados ahumados, algunas cervezas, el vino tinto, las frutas secas, la soja (y su salsa), las conservas y los fermentados.
En cuanto a los anticoagulantes, la warfarina y otros similares, se recetan a quienes tienen una arritmia persistente (fibrilación auricular), si se ha sufrido una trombosis venosa o una embolia pulmonar (por exceso de coagulación de la sangre) y a quienes se les ha implantado una válvula.
- No debe mezclarse con col rizada y otras verduras de hoja verde; tampoco con infusiones, arándanos o suplementos de hipérico o ginseng. Y hay que ser prudentes al añadir ajo, cebolla y jengibre a los platos.
En definitiva, sé muy prudente y lee atentamente las indicaciones del fármaco. Y en caso de duda, ya sabes, consulta con tu médico.
Tratamientos para el corazón
Cuando se padece una insuficiencia cardiaca, el corazón no bombea de manera eficiente la sangre y no envía suficiente oxígeno al cuerpo. En ocasiones, es una consecuencia de la hipertensión arterial o de sufrir una dolencia que afecta al corazón o a los riñones.
Para resolver esa insuficiencia, se suelen administrar diferentes fármacos:
- Unos “abren” los vasos sanguíneos para facilitar el paso de la sangre.
- Otros eliminan líquidos acumulados.
- Unos terceros ayudan al músculo cardiaco a bombear mejor.
La digoxina se encuentra en este último grupo y, si se sigue tratamiento con ella, no conviene tomar regaliz negro porque puede anular el beneficio del fármaco. El regaliz puede formar parte de caramelos, bebidas o chicles, así que conviene leer bien las etiquetas de los productos.
Los suplementos vitamínicos también pueden rebajar o acentuar el efecto de un fármaco
Si tomas estatinas, no te interesa comer mucha fibra ni pomelo. Como esta pastilla conviene ingerirla con el estómago lleno, en esa comida no incluyas demasiada fibra. Por ejemplo, si vas a tomar mucha verdura, no consumas pan integral. Tampoco lo tomes en el desayuno si ingieres el fármaco en ese momento.