Tener las manos frías es algo muy habitual y suele ser una señal de que el cuerpo está intentando mantener su temperatura normal. Sin embargo, notar siempre las manos frías, incluso cuando la temperatura no lo justifica, podría indicar que existe algún problema de salud, como mala circulación, anemia, una enfermedad autoinmune, un trastorno sanguíneo o de la tiroides, entre otras.
Es importante estar atento a los síntomas y consultar al médico para hallar un diagnóstico cuanto antes. Te damos las claves para descubrir qué puede haber detrás de unas manos siempre frías.
la ansiedad puede ser la causa
Algunas personas tienen mayor propensión a tener las manos frías, en especial las que sufren ansiedad. A veces ante una situación angustiosa nos sudan las manos y a la vez las sentimos frías.
“Estas dolencias provocan una alteración del riego sanguíneo, que se manifiesta con una sudoración y un enfriamiento excesivo de las manos”, señala la Dra. Paz Cerdá, dermatóloga y vocal de la Academia Española de Dermatología y Venereología, quien destaca que “la incidencia también es mayor entre las personas de piel clara y también entre los fumadores”.
el síndrome de Raynaud
Otra posible causa sería el síndrome de Raynaud, un trastorno circulatorio que provoca que las manos o los pies estén exageradamente fríos porque los vasos sanguíneos se estrechan de forma exagerada.
Su origen todavía se desconoce y de momento no existe ningún tratamiento capaz de controlarlo por completo.
Sí se sabe que lo padece una de cada 20 personas, aunque es entre 4 y 5 veces más frecuente en mujeres.
Enfermedades reumáticas
Muchas veces llega asociado con una enfermedad reumática y suele aparecer antes de los 40 años. Además de frío, la coloración de los dedos se altera y se ven o azulados o muy pálidos.
Requiere seguimiento médico pero para aliviarlo, ayuda protegerse del frío, tomar bebidas calientes y hacer ejercicio para activar la circulación.
Problemas de presión arterial
Hay muchas creencias alrededor de este trastorno, y no siempre son ciertas. Una de ellas es que se debe a una alteración del equilibrio en la temperatura corporal, pero no es así.
Lo cierto es que son fenómenos involuntarios relacionados con la circulación en los que se produce una opresión y dilatación de los vasos sanguíneos. De hecho lo que sí tiene que ver es la presión arterial.
Cuando alguien suele tener la presión baja las extremidades se ven afectadas porque llega menor flujo de sangre. Y lo mismo ocurre si hay hipertensión: la sangre golpea las venas por donde pasa con demasiada fuerza puede dar como resultado (además de muchos otros y más serios) este fenómeno.
Las hormonas afectan
Las hormonas afectan. Cuando la mujer entra en la menopausia o durante el embarazo, que es cuando más "baile" hormonal se produce en el cuerpo, puede percibirse este síntoma de manos frías. Y en el hipotiroidismo, enfermedad que afecta directamente a la producción de hormonas, un síntoma habitual es tener los pies y también las manos siempre frías. Eso ocurre porque el metabolismo se vuelve lento.
Puede reflejar otra enfermedad
Padecer fibromialgia, tener un enfisema pulmonar (en este caso se observa también un cambio de color en la piel o las uñas moradas) o sufrir mucho estrés son algunas de las patologías con las que se puede relacionar el tener las manos frías. Si afecta a niños que además sienten dolor en las piernas, pueden ser los primeros síntomas de meningitis, según una reciente investigación publicada en la revista médica The Lancet.
A causa de una anemia
Si hay anemia por falta de hierro, por ejemplo, hay menos cantidad de glóbulos rojos, que son los encargados de llevar el oxígeno a todo el cuerpo. Si hay una mala oxigenación puede pasar que se regule mal la temperatura sobre todo de las extremidades.
por el tabaco
El tabaco afecta, entre otros, a la circulación. Los vasos sanguíneos se contraen y la sangre no puede circular bien. Las extremidades, donde las venas y capilares son más finos, son una de las partes del cuerpo que más pueden sentir estos nocivos efectos.
¿Manos frías, corazón caliente?
¿Cuántas veces lo habrás oído? Pero de acuerdo con un estudio publicado en la revista Science, sería más bien lo contrario: el calor corporal influye positivamente en las relaciones y el comportamiento social. Así, las personas que tienen habitualmente las manos calientes suelen ser más cariñosas y afectuosas.