Con el paso del tiempo, y muy especialmente, a partir de los 50 años, los músculos, huesos y articulaciones comienzan a dar signos de cierto deterioro. A este proceso, propio de la edad, se suma el hecho de que la mayoría de la gente lleva una vida excesivamente sedentaria, y esto no favorece en absoluto el estado de la salud ósea.
Ahora bien, no está todo perdido, podemos devolver a los músculos flexores la agilidad disminuida haciendo estos ejercicios dos o tres veces a la semana.
Gana AMPLITUD
¿Cómo se hace?
- Sobre una esterilla y con los pies descalzos, colócate de pie.
- Pon las piernas separadas con los pies mirando hacia afuera.
- Es importante que mantengas el abdomen contraído. Así, estarás fortaleciendo el core y la parte baja de la espalda.
- Flexiona las rodillas hasta que los muslos y los gemelos formen un ángulo de 90 grados.
- En esta posición, junta las manos a la altura del pecho y baja un poco el tronco.
- Mueve la cadera adelante y atrás ligeramente. Este movimiento basculante es muy eficaz para aliviar las molestias y dolores de la espalda, así como para prevenirlos.
2. LA POSTURA DE LA PALOMA
¿Cómo se hace?
- Sobre una esterilla, siéntate sobre tus tobillos.
- Apoya las palmas de las manos a cada lado de tu cuerpo.
- Ahora, lleva una pierna hacia atrás y deja la otra doblada.
- Procura que la pierna que queda detrás esté perfectamente estirada.
- Comprueba que la espalda está erguida, pero no fuerces la postura. Si notas molestias, no insistas.
- Mantén la postura durante unos segundos. Recuerda respirar lenta y profundamente.
- A continuación, trae la pierna que tenías detrás, y recupera la posición inicial.
- Repite con la otra pierna.
3. Libera la tensión
¿Cómo se hace?
- Colócate descalza sobre una esterilla.
- Siéntate cruzando las piernas en la postura del indio.
- En esta posición, coge la pierna derecha y pásala por delante de la izquierda y apoya la planta en el suelo.
- Ahora, ajusta bien la postura. Para ello, gira el torso despacio y lleva el antebrazo a la rodilla, acercándola ligeramente.
- Gira el cuello. En esta posición, puedes mantener la mirada altiva o bien bajarla (foto).
- Mantén la postura durante unos segundos. Entre 20 y 30 segundos, sería un buen estiramiento.
- Recupera la posición inicial deshaciendo el giro muy despacio.
- Descansa durante unos segundos y repite el ejercicio hacia el otro lado.
Movilízala sentada
Además de los ejercicios propuestos, puedes ganar flexibilidad a través de la movilización de la cadera en la posición de sentada.
¿Cómo aumentar la flexibilidad en una silla?
Te proponemos dos ejercicios sencillos y muy efectivos. Eso sí, para que lo sean, has de ser constante y practicarlos con cierta regularidad. Por ejemplo, una frecuencia de dos o tres veces a la semana, sería suficiente para notar resultados.
Ejercicio 1:
- Siéntate en una silla (también sirve el sofá, si no es demasiado blando).
- Mantén la espalda recta o en posición neutra, es decir, sin arquearla demasiado, ya que si lo haces, acabarás dañando las lumbares.
- Contrae ligeramente el abdomen y apoya las manos en las rodillas.
- En esta posición, abre y cierra las piernas durante un minuto.
- El resultado es que en poco tiempo ganarás movilidad y flexibilidad en la cadera.
Ejercicio 2:
- Este ejercicio también se realiza sentada. Mejor en una silla.
- Con los pies apoyados en el suelo y la espalda bien recta, sube las rodillas de forma alterna. Es decir, sube la pierna izquierda, y sin aguantar, bájala de nuevo. Repite con la otra pierna.
- En total, hazlo 8 veces con cada una.
- Una vez has terminado, levanta el glúteo derecho y estira una pierna (luego la otra), como si dieras una patada al aire.