Si lo que quieres es perder 3 o 4 kilos antes del verano, todavía estás a tiempo. Y es que las dietas pre-vacaciones están a punto de comenzar. Cada año, por estas fechas, nos entran las prisas para conseguir dejar atrás los kilos que hemos ido acumulando durante los meses de invierno. Para ello, buscamos una dieta que, ante todo, cumpla con dos condiciones: que sea rápida y efectiva. Es decir, que nos ayude a adelgazar tanto como promete y en el mínimo tiempo posible.
Sin embargo, la mayoría de las veces, cegados por las ganas de conseguir esa bajada de peso, muchas personas olvidan la importancia de llevar una dieta que, sobre todo, sea saludable. Y es que, este aspecto debería ser el primero a tener en cuenta, mucho antes que la rapidez con que se elimina el exceso de peso.
Tan importante es elegir la dieta adecuada, que se hace imprescindible que dicha elección la lleve a cabo siempre un experto en nutrición. De hecho, este es la única persona que puede preparar una dieta personalizada y perfectamente ajustada a las características de cada persona con el fin de perder peso sin poner en riesgo la salud.
Adelgazar con salud
El principal objetivo a la hora de perder peso debería ser reducir la grasa corporal. Sin embargo, muchas dietas de las que circulan por las redes sociales o de boca en boca entre la gente, lo que hacen es eliminar agua y masa muscular. De hecho, ahí está el "secreto" de las conocidas como "dietas milagro", las cuales prometen adelgazar mucho en poco tiempo, lo cual ni es cierto, ni es posible, ni es saludable.
De modo que para ayudarte en este proceso de decisión, antes de concretar con tu nutricionista las directrices de tu dieta, te mostramos la opinión de la OCU al respecto. La organización de consumidores y usuarios ha analizado más de 20 dietas de todo tipo, y entre todas ellas, las que mejor ha valorado son dos: la dieta antiinflamatoria y la dieta hipocalórica.
Dieta antiinflamatoria
A pesar de que el principal objetivo que persigue esta dieta no es adelgazar, lo cierto es que es que la pérdida de peso es uno de sus efectos indirectos. Esto es así, ya que se trata de una consecuencia lógica al seguir las pautas de este patrón alimentario basado en la sustitución de alimentos ricos en grasas saturadas y azúcares por alimentos de origen vegetal frescos y cereales integrales.
Como se puede apreciar, estas directrices podrían describir también a las de la dieta mediterránea.
Una cuestión clave al adoptar este tipo de dieta es que al mismo tiempo se adquieren buenos hábitos alimentarios, lo cual, en última instancia, repercute en una mejora general de la salud, reduciendo el riesgo de desarrollar enfermedades crónicas relacionadas con el metabolismo o con el sistema cardiovascular.
![Demuestran que la Dieta Mediterránea te protege de la Covid-19](data:image/svg+xml,%3Csvg xmlns="http://www.w3.org/2000/svg" viewBox="0 0 990 739"%3E%3C/svg%3E)
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Además, tal y como señalan los expertos de la OCU, otra de las muchas y valiosas ventajas de la dieta antiinflamatoria es que no requiere compras adicionales o más caras. El quid de la cuestión es modificar la alimentación diaria enfocándola hacia los productos frescos y evitando los procesados y ultraprocesados, así como los refinados. Es decir, desde el punto de vista nutricional, los azúcares y las grasas saturadas.
Dieta hipocalórica
Como su propio nombre indica, esta dieta reduce la cantidad diaria recomendada de ingesta de calorías hasta las 1.500 kilocalorías. Gracias a esta merma, lo que ocurre es que perdemos peso de forma lenta y saludable. Lo cual es perfecto. Para ello, se han de implantar ciertos hábitos nutricionales que garanticen que el consumo de calorías no excede de 1.500 kcal aproximadamente. La vía para conseguirlo, a grandes rasgos, es llevar una alimentación variada basada en alimentos de origen vegetal. Ahora bien, dado que estamos en el ámbito de la nutrición y la salud, conviene recordar que todas la dietas deben estar planificadas por un especialista y llevar un control y seguimiento, para alcanzar el propósito inicial.
Además de la dieta, no hay que olvidar que para alcanzar el déficit calórico (quemar más calorías de las que se consumen), es necesario hacer ejercicio físico. El aumento de la masa muscular será de gran ayuda en el proceso de adelgazamiento, más allá, de los beneficios asociados a la práctica deportiva para la salud.
¿Cómo distinguir una dieta saludable de otra que no lo es?
Según la OCU, las claves para identificar las dietas milagro o aquellas que pueden resultar peligrosas para la salud son básicamente estas tres:
- Prohíben un grupo completo de alimentos, o bien establecen una lista de alimentos buenos y malos.
- Promueven el ayuno o son excesivamente hipocalóricas (de menos de 1.000 o 1.200 kcal diarias). Las dietas muy bajas en calorías favorecen el efecto yoyó y hay riesgo de sufrir carencias nutricionales importantes.
- Promete pérdidas de peso demasiado rápidas. No conviene adelgazar más de medio kilo o un kilo a la semana.