Las 5 tácticas del psicólogo Joseph Ferrari para combatir la inseguridad y la indecisión

La inseguridad en uno mismo o el perfeccionismo son algunos de los motivos que no llevan a no acabar de tomar un camino u otro. Hay trucos psicológicos que podemos poner en práctica y que nos ayudará a decidirnos.

Pablo Cubí
Pablo Cubí del Amo

Periodista

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Chica dudando

Hay métodos para ayudarnos a decidir qué camino es el más adecuado.

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Cada día tenemos que tomar infinidad de decisiones. Algunas son muy sencillas y sin importancia, como qué te pones hoy. Otras, de vez en cuando, son de vital importancia, como la elección de pareja.

En medio, todas las otras, que importan pero menos: pueden suponer una bronca en el trabajo si no lo hacemos bien o una compra que sea unapérdida de dinero si la elección ha sido la equivocada.

Lo que nos ha de quedar claro es que estar dividido entre dos o más opciones que nos resultan igual de atractivas no es un dilema que solo te pasa a ti, sino que es el día a día habitual. Tomar decisiones puede ser estresante, pero forma parte de la vida.

¿Y qué pasa cuando no somos capaces de decidirnos? Hay personas que posponen la decisión indefinidamente o acaban dejando que otros decidan por ellos. ¿Eso es bueno o malo? Averigüémoslo.

Por qué soy tan indeciso

Los psicólogos rara vez consideran que la indecisión sea un trastorno mental. Puede haber casos de incapacidad extrema, denominada aboulomanía, en que nos frena tanto que perjudica gravemente nuestra calidad de vida. En esos casos suele estar relacionado con problemas psiquiátricos, como la depresión o el TOC.

Lo más habitual es que simplemente forme parte de nuestro carácter y que nuestros familiares y amigos ya conozcan este rasgo. El motivo por el que nos cuesta tanto elegir puede ser por cuatro factores:

  • Excesivo perfeccionismo. Nos exigimos demasiado y eso nos lleva a no acabar de encontrar la solución más adecuada.
  • Falta de seguridad. El miedo al error, a equivocarnos nos lleva a tener una visión demasiado pesimista de la decisión que podamos tomar y hace que la vayamos postergando indefinidamente.
  • Exceso de opciones. Una investigación de la Universidad de Berkeley (Estados Unidos) comprobó que hay otro poderoso motivo externo a nosotros. Cuando la oferta crece, como en los sabores en una heladería, aumenta también la incertidumbre.
  • La cultura y educación. Otro estudio internacional de la Universidad de Michigan y la Universidad Nihan, de Tokio, encontró que la educación afecta globalmente. Por ejemplo, los japoneses son mucho más indecisos que los chinos o que los estadounidenses.

Detrás del primer caso y el último está una sociedad exigente y una personalidad que aún lo es más con una misma. En el segundo caso puede haber experiencias negativas previas que nos hacen dudar de nosotros. El tercero es un factor externo a la persona.

Los pros y contras de ser indecisos

Las consecuencias de la indecisión no son siempre negativas. Solo los casos extremos son claramente rechazables. Que dudemos está dentro de lo normal e incluso es positivo. No obstante, hay más contras que puntos a favor de la indecisión:

  • Te suma ansiedad. Ser resolutivo y tomar decisiones nos elimina la frustración y la ansiedad asociadas a la incertidumbre. Una vez hecho, ya no hay vuelta atrás. La indecisión mantiene la ansiedad.
  • Te estanca social y profesionalmente. Si no vas en ninguna dirección no avanzas. No dar pasos necesarios por falta de iniciativa frenará tus opciones laborales y personales. No decidir por miedo, ya es perder.
  • Decides mal. Retrasar al máximo la decisión puede hacer que al final tengas que tomarla de modo atropellado y sin haber evaluado bien. O dejarlo en manos de otros, que pueden no dar la misma importancia al tema.
  • Evita el sesgo de confirmación. Este es un error común. El sesgo de confirmación significa que la persona se autoconvence de tomar la decisión correcta y no se lo piensa mucho. Ser indecisos nos obliga a dar vuelta al asunto y pensarlo bien.

Como ves, la clave está en cuándo esperar y cuánto tiempo esperar antes de decidirte. No hay una regla fija y se basa en el sentido común. Si estás todo el día procrastinando (dando largas a la toma de decisiones) tienes un problema.

Claves para acabar con la indecisión

Uno de los psicólogos que más y mejor ha analizado el tema, el profesor Joseph Ferrari, de la Universidad DePaul, en Chicago, ha propuesto una serie de tácticas para acabar con la incertidumbre y tomar mejores decisiones.

  • Planifica tu decisión. En su investigación, Ferrari pudo comprobar que establecer un plan a corto plazo y paso a paso sobre cómo tomar la decisión reduce la procrastinación y ayuda a acertar.
  • Autoanaliza qué piensas. Si analizas los comentaros críticos que te haces y que te llevan a dudar de tu propia competencia quizá veas que no tienen una base lógica. Nadie, absolutamente nadie, acierta siempre. “Como todo en la vida, mejoramos con la práctica; empieza tomando decisiones pequeñas y observa los resultados positivos”, recomienda el profesor Ferrari.
  • Limita las opciones. Ya hemos visto que el exceso de oferta puede abrumarnos. No pierdas tiempo buscando todos los detalles de todas. Céntrate en las que veas más plausibles. Confía en tu instinto. Hay veces que nuestro inconsciente saber más de lo que creemos.
  • Busca pros y contras. Haz como nosotros en este artículo. Apunta los pros y contras de cada opción que has dejado. Te permitirá ver con más claridad la respuesta.
  • Tómate tu tiempo. Decidir no significa que hayas de hacerlo ya. Es bueno meditarlo. Lo que no has de hacer es aparcarlo y hacer otra cosa. No te detengas. Reúne la información y sopesa tus opciones.
  • No mires atrás. Una vez has tomado tu decisión, si no tiene remedio, no lo pienses más. Sea un acierto o una equivocación, ya te has decidido. Asúmelo y sigue adelante. Aprenderás del error o te felicitarás por el éxito. Seguir analizando lo que podía haber sido son pensamientos rumiantes (que dan vueltas y vueltas en nuestra cabeza) nada útiles.