Monterapia: por qué recorrer caminos y senderos es un bálsamo para la mente que te renueva

Caminar por el monte, recorrer sus senderos y descubrir nuevos caminos es mucho más que una manera de estar en forma, es una forma de cuidar nuestra mente. Juanjo Garbizu nos desvela todo lo que la montaña puede hacer por ti.

Captura de pantalla 2024 03 02 a las 17 25 51
Eva Carnero

Periodista especializada en bienestar y nutrición

Actualizado a

familia practicando montañismo

El contacto con la naturaleza es bueno para la salud física y mental.

ISTOCK

“La montaña tiene mucho más en común con la vida de lo que crees. Suelo decir que un día en ella equivale a dos en la ciudad, por lo menos. Incluso una naranja o un bocadillo saben diferente". Con estas palabras tan elocuentes comienza el publicista y alpinista, Juanjo Garbizu, su libro Monterapia: cuesta arriba se piensa mejor (Diëresis, 2016). Una obra difícil de clasificar para los libreros, quienes dudan entre colocarla en la sección de viajes, deporte o autoayuda. Lo cierto es que su duda está totalmente justificada, ya que su autor ha plasmado a través de la narración de sus experiencias, una reflexión acerca de cómo la montaña nos puede enseñar muchas cosas acerca de la amistad, la soledad, la confianza, las prisas o la tecnología. De ahí, el descriptivo nombre con el que ha titulado el libro, Monterapia. 

Garbizu trata de acercar la montaña a todo el que lo desee y de mostrar todas las virtudes que ofrece más allá de las que se derivan de la actividad deportiva del montañismo. 

La montaña como terapia

Para el alpinista, la montaña es mucho más que un lugar en el que practicar deporte, es una especie de terapia, un bálsamo para la mente. Recorrer los caminos y senderos de la naturaleza, así como ascender las cumbres más elevadas y angostas, es una de las mejores maneras de las que disponemos para cultivar la mente, conocernos a nosotros mismos, crecer como personas y desarrollar la creatividad. 

Caminar por el monte es una forma de sencilla, económica y eficaz de tomar distancia con los problemas del día a día. A lo largo del libro, Garbizu describe cómo en sus numerosas expediciones por todo el mundo, a medida que ascendía una montaña, tenía la sensación de que iba dejando atrás las dificultades, o al menos, las iba relativizando. 

Sonidos de la naturaleza

Istock

Además, distingue dos formas distintas de vivir la montaña. Por un lado, es posible experimentar sus beneficios desde la soledad, disfrutando de ella sin la compañía de nadie, tan solo dejando que los sentidos capten los sonidos, aromas, texturas y formas de la naturaleza. Una vivencia introspectiva y contemplativa, sin distracciones.

Por otro lado, también es posible vivir la montaña en grupo, con amigos, con familiares o en pareja. De esta manera, el aprendizaje es otro. Cuando vamos a la naturaleza con amigos tenemos la oportunidad de compartir una experiencia única, lo cual resulta muy enriquecedor. Descubrir caminos, senderos, lagos, ríos, cascadas con más personas también es crear recuerdos compartidos que crean vínculos muy especiales. 

senderos Hacia la felicidad

Monterapia no es un libro de psicología en sentido estricto, pero sí es un libro que invita al lector a profundizar en el montañismo desde una perspectiva poco conocida. Y es que, sin negar los evidentes beneficios que trae consigo caminar por la montaña, el autor desvela al lector cómo la montaña nos ayuda a crecer como personas, potenciando muchas cualidades de nuestra mente, ayudándonos a relajarnos, a respirar, a sentir, a contemplar, en definitiva, a ser más felices.

La idea de que el contacto con la naturaleza es fuente de felicidad queda recogida en numerosas teorías, estrategias, técnicas y filosofías. Entre ellas, los baños de bosque o Shinrin Yoku, una terapia japonesa que asegura que dar paseos por el bosque reporta numerosos y valiosos beneficios, tanto físicos como mentales. 

Salud física y equilibrio emocional

El mero hecho de caminar a buen ritmo durante dos o tres horas, ya sea en terreno urbanizado como en un entorno natural, ya es una actividad física que proporciona beneficios a nivel físico, tales como, refuerzo del sistema inmunológico, fortalecimiento de los músculos, huesos y articulaciones, control de la presión arterial y de los niveles de azúcar en sangre, entre otros. 

Una retahíla de bondades que se intensifican cuando la misma caminata se realiza al aire libre, y a la que hay que sumar los beneficios de carácter psicológico. Algunos de los que destacan son: 

  • Refuerza la autoestima.
  • Fortalece la confianza en un mismo.
  • Alivia los síntomas de la depresión
  • Ayuda a reducir la ansiedad.
  • Mejora el estado de ánimo. 
  • Potencia la creatividad
  • Reduce la fatiga mental.

Conectar con uno mismo

Está comprobado que cuando vamos a la montaña y dejamos a un lado la tecnología, y en concreto las redes sociales, es el primer paso para retomar el control de nuestra vida, o al menos, a recuperar la capacidad de concentración que tanto se ha perdido en los últimos tiempos.

Recorrer en silencio y sin prisa los senderos de una montaña, sin más compañía que uno mismo (sin móvil) es una excelente manera para alimentar la creatividad en la resolución de problemas. Así lo demuestra un estudio liderado por Ruth Ann Atchely y David L.Strayer. La pareja concluye que la tecnología y el ruido de las zonas urbanas hacen que estemos constantemente atentos a sonidos o a elementos visuales que no son importantes y eso perturba nuestras funciones cognitivas. Por ello, disfrutar en un entorno natural ayuda a reducir la fatiga mental y a pensar con mayor creatividad. Incluso a resolver los problemas del día a día de forma diferente.