Una estrategia muy loable en la vida es intentar ser cada día un poco mejores. Algo que se dice muy a menudo: ser una versión mejor de nosotros mismos.
Quedarnos anclados en nuestras rutinas no siempre es una filosofía inteligente. Siempre hay opciones de mejora. Para lograr esas mejoras, se necesitan hacer cambios. Algunos de esos cambios son pequeños y sin mayor importancia. Decisiones como ir a cambiar el sitio donde compras el pan, por ejemplo.
Otras decisiones sí pueden suponer un gran cambio en nuestra vida y nuestra forma de actuar. Cambiar de hábitos, como dejar de fumar o ser más activo. El cambio en la vida de una persona no solo depende de una decisión y ya. Ha de prepararse. El doctor Mario Alonso Puig, experto en desarrollo personal, explica que, por su experiencia, para que se produzca este cambio es necesario que concurran tres cosas. “Y si falla alguna, el cambio no funciona”.
Los tres factores para conseguir un cambio
El doctor Puig lo ha explicado en un vídeo en sus redes sociales. Los tres factores que tenemos que llevar a cabo son:
- Inspiración. Tienes que ser consciente de que ese cambio es importante en tu vida. “¿Cómo vas a meter algo más en tu agenda, o vas a quitar algo de tu agenda de prioridades si ves que lo que está en juego no es lo suficientemente importante?”, se pregunta este experto.
- Una estrategia. Has de tener una estrategia eficiente y sencilla. “Normalmente queremos estrategias supersofisticadas, superelaboradas, pero debemos centrarnos en que sean factibles”, dice. Lo que nos interesa es que se ejecuten.
- Entrenamiento. Tienes que entrenar para lograr ese cambio. Tú ya tienes un motivo importante por el que quieres cambiar algo, y ya tienes una estrategia sencilla. Puedes decir: todas las mañanas voy a hacer algo. No lo lograrás si no te entrenas.
Un buen ejemplo de cambio
Veamos un caso que expone el médico. Una persona escucha que la Clínica Mayo, en Estados Unidos, uno de los hospitales más importantes del mundo, ha demostrado que la gratitud mejora la función cardiovascular.
Esa persona puede tener la inspiración de cambiar para ser agradecida. Se ha dado cuenta de que eso es importante. Quiere aplicarlo. Presta atención entonces a los consejos de la Clínica Mayo.
Los médicos de este hospital aconsejan que antes de dormirte busques o pienses tres cosas que te han sucedido a lo largo del día por las cuales te sientes agradecido. “Eso es una estrategia sencilla”, remarca el doctor Puig. Lo podemos hacer.
Al día siguiente lo repites. Y al otro. Y si un día se te olvida, no te penalices lamentándote. Aprendes y te dices que mañana lo harás mejor y no te olvidarás. Ese es el entrenamiento con pensamiento positivo.
“Llega un momento en el que esto tan sencillo empieza a cambiar tu visión de la vida”, explica el doctor. Y ganas en salud porque tienen más riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Otros factores que frenan el cambio
Desgraciadamente, no siempre es tan fácil de conseguir que estos tres factores fundamentales confluyan de la manera adecuada. El doctor explica que la forma de pensar o el entorno de la persona pueden llevar al traste con nuestros propósitos.
Subraya que, pese a encontrar el cambio importante (inspiración), si no eres una persona que se motive adecuadamente, te va a costar dar el paso. Hay que buscar razones poderosas que nos ayuden a reforzar nuestra determinación.
El doctor enfatiza que muchas veces las personas no cambian porque están atrapadas en patrones de pensamiento que les hacen creer que no son capaces o que no merecen el cambio. Reconocer y trabajar en esas creencias es fundamental para abrirse a nuevas posibilidades.
Admite que un entorno desfavorable también puede ser un palo en la rueda de ese cambio. Hay que rodearse de personas que aprueben nuestra decisión. Hay que evitar situaciones o influencias que refuercen pensamientos limitantes.
Por último, el doctor Puig destaca que, al buscar un cambio, es importante la resiliencia (saber adaptarnos a los inconvenientes), la autocompasión (tratarnos bien y no juzgarnos con dureza) y estar abiertos a aprender cosas nuevas que nos podrían beneficiar.