Una sociedad competitiva y tan cambiante como la nuestra no pone fácil tener siempre un buen concepto de nosotros mismos. Da igual que nos hayan educado en la resiliencia y la aceptación de los errores y problemas que aparecen en la vida. En cualquier momento puede surgir una situación o un comentario que nos hieran.
En esos momentos es cuando nuestra autoestima puede verse perjudicada. La autoestima es esa sensación de respeto sano que podemos tener por nosotros mismos, una autoconciencia de que nos valoramos.
Muchas veces pensamos que lo importante es lo que piensen de nosotros y los psicólogos puntualizan que más importante es lo que pensemos de nosotros mismos.
Ese diálogo interior es fundamental. Y aunque se ve influido por lo que opinan otros, los pilares los ponemos nosotros mismos. Eso es una excelente noticia, porque si depende de nosotros podemos modificarlo. Los psicólogos saben cómo ayudarnos a que nos subamos la autoestima.
Las claves para mejorar la autoestima
Uno de los expertos que ha tratado más y mejor el tema es el profesor norteamericano Preston Ni, alumno de las universidades de Harvard y Stanford, profesor en Silicon Valley y autor de varios libros sobre autoestima y autodominio. Preston ha apuntado lo que considera las claves que hemos de tener presentes:
- No generalices. Empieza por no decir “tengo baja autoestima”. Esto no es un todo o nada. Puedes hacer una lista con fortalezas y debilidades. El mero hecho de leer este artículo ya muestra señales de superación y de querer crecer y mejorar.
La mayoría estamos en un lugar intermedio entre tener un ego superlativo y la baja autoestima. Aplícatelo y veamos cómo mejorar los aspectos en los que se puede mejorar.
- Fíjate unas prioridades. Una vez detectados los aspectos de tu vida en los que te falta confianza se pueden buscar soluciones. Así que céntrate en dónde crees que fallas. ¿Te cuesta hablar en público? ¿Te duelen en exceso los comentarios de algunas personas en particular?
“Sé benévolo con la persona que eres tú y firme con el tema”, aconseja Preston. Es decir, tú no eres el problema. El problema es concreto y hay que priorizar su solución.
- Detecta pensamientos negativos. Hay patrones de pensamiento que sabotean la autoestima. A veces son casi inconscientes hasta que los analizas desde fuera. Por ejemplo, levantarte cada mañana y decir: “qué mal me veo”.
Preston aconseja no castigarse por estos pensamientos. Solo ser consciente de ellos y que nos pueden sabotear el ánimo. Piensa qué podrías hacer para que no surjan con tanta frecuencia. ¿Me miro menos? ¿Intento poner mejor cara?
Nuevos hábitos saludables
Ahora que ya tenemos detectados algunos errores frecuentes, vamos a ver las claves para corregirlos. El profesor Preston, en un artículo en Pychology Today, aportaba cuatro hábitos saludables de autoestima:
- Ten respuestas positivas. Prepara respuestas asertivas ante esos pensamientos negativos que has localizado. No es tan difícil. Puedes seguir dos técnicas:
- No personalices el aspecto negativo. Si te desanima que no te hayan llamado los amigos, no pienses en ellos en negativo, sino en los motivos: pueden estar muy ocupados, quizá yo tampoco llamo, pueden tener una personalidad diferente y no necesitan llamar tanto como yo, etc. “Ampliar nuestra perspectiva puede reducir la posibilidad de malentendidos”, recuerda Preston.
- Reduce el miedo al rechazo. Ese miedo nos paraliza. Busca alternativas. Por ejemplo, si temes que te rechacen en un trabajo, amplía tus solicitudes o piensa que si no te cogen aquí puede ser una oportunidad para que salga algo mejor luego.
- Mira en el pasado. Es habitual que una baja autoestima se haya generado en experiencias previas. Fijarnos en las modelos de Instagram no ayuda a que nos sintamos bien ahora. Una burla en clase, pudo afectarnos a cómo somos ahora.
Ser conscientes de esos recuerdos negativos y de que no reflejan nuestras capacidades actuales nos ayudará.
- No te compares. Las comparaciones es uno de los fallos más habituales. Ya no es solo compararnos en belleza con modelos, es preguntarnos por qué ese es más rico o por qué el otro tiene un hijo más brillante. Los celos ya nos hacen sentirnos inferiores.
Recuerda que desde fuera todo el mundo se ve mejor. Las parejas te parecen perfectas y no ves sus propios problemas, los conocidos ofrecen su mejor cara de triunfo. No existe la perfección. Todos tienen sus propios problemas.
Hay que agradecer que figuras que la sociedad idealizaba, como actores o deportistas, estén dando la cara y confesando sus debilidades, sobre todo en salud mental.
- Crea tu escenario de positividad. Preston recomienda que construyamos un “santuario positivo en tu vida”, donde tengas mensajes positivos y de apoyo regularmente.
Escribir puede ser un buen método. Te obligas cada noche a pensar y apuntar aspectos positivos que hayas visto. Eso te ayudará a tenerlos presentes y hacer que los recuerdos positivos se acumulen más que los negativos.
El físico y las relaciones también cuentan
Además de tu mente es positivo cuidar tu cuerpo y tus relaciones. Son dos consejos finales, que también te pueden ser útiles:
- Rodéate de buena gente. Se consigue, por ejemplo, con un grupo de amigos que no sean tóxicos, sino empáticos y que su mensaje sea de apoyo. O el núcleo familiar, gente que te quiera y por la que sepas que vale la pena luchar y mejorar.
Si estás rodeado de gente criticona, crea un ambiente negativo y es probable que pienses que igual que critican a otros te criticarán a ti en cuento te vayas. Puede que ni hace falta que te vayas para oír comentarios de menosprecio. Da igual el tiempo que haga que los conozcas, huye de esas relaciones.
- Cuida tu cuerpo. Si te ves con sobrepeso o cansado no te ayudará a subir la autoestima. Haz un esfuerzo por cuidar tu salud. Si ves que bajas de peso o consigues hacer ejercicio, además de menos riesgo de enfermedades tendrás más felicidad y ánimo.