Todos queremos disfrutar de una vida plena de felicidad. ¿Pero cómo se consigue realmente llegar a esto? Si a cada uno de nosotros nos generan felicidad cosas distintas, generalmente efímeras, parece que no exista una fórmula secreta para conseguirlo. En lo que sí que podríamos coincidir es en aquellas acciones y gestos que nos hacen sentir alegría, plenitud y bienestar, tanto físicamente como emocionalmente.
Por supuesto, existen hábitos y claves que pasan desapercibidos en nuestro día a día con los que deberíamos tomar más consciencia, ya que muchos de ellos pueden ayudarte considerablemente a aumentar la sensación de felicidad. Los expertos de la universidad de Harvard han compartido tres claves sencillas para empezar a poner en práctica durante el día. Puedes empezar por una de ellas (la que más te guste) e ir implementando las demás semana tras semana para comprobar cómo te ayudan a aumentar tu felicidad diaria. Veamos en qué consisten.
CLAVE 1: Disfrutar de los pequeños momentos
Imagina que empiezas tu día de la peor forma posible. Sales de casa y justo empieza a llover, no has cogido el paraguas y, encima, te has olvidado las llaves de casa. Estos pequeños acontecimientos los tomamos como 'tragedias' capaces de arruinarnos por completo el día.
Pero ahora imagina que el día continúa, llegas al trabajo y te tomas el café que tanto deseas en buena compañía; te pasas la tarde leyendo el libro que te tiene enganchado o disfrutas de una nueva película que acabas de descubrir. Seguro que estas acciones que te han generado felicidad no les prestas la suficiente atención o importancia como los micro problemas que te han sucedido por la mañana.
Debemos empezar poco a poco a ser capaces de cambiar el chip y detenernos a disfrutar de los pequeños momentos cotidianos que nos aportan placer y alegría. Tal como aseguran los expertos de Harvard, los estudios demuestran que sentirte agradecido y disfrutar de los pequeños momentos de bienestar es una de las claves que pueden hacerte sentir más feliz.
Solemos asociar la felicidad con los grandes acontecimientos de la vida como las bodas, un nacimiento, un gran éxito laboral… ¡Y claro que estos hitos menos frecuentes nos van a hacer sentir bien! Pero debemos ser conscientes de que gran parte de la vida también se conforma de pequeños momentos cotidianos a los que no podemos relegar nuestra felicidad. Los pequeños logros diarios también hay que celebrarlos.
CLAVE 2: HACER EJERCICIO AL AIRE LIBRE
La felicidad y la salud van acompañadas. Y es que uno de los mejores hábitos para mejorar la salud es el ejercicio físico. Si a esto le sumamos que sea al aire libre, el éxito está asegurado. Entre todos sus beneficios, el ejercicio ayuda a controlar el peso, fortalece el corazón, los huesos, los músculos, y, a la vez, mejora el estado de ánimo.
Lo que se conoce como el ejercicio aeróbico: caminar, ir en bicicleta o correr... consigue liberar 'hormonas de la felicidad' que son las responsables de mejorar el ánimo, el bienestar y reducir el estrés diario. La contracción repetitiva de los músculos cuando andamos o nadamos aumenta los niveles de serotonina, una de las hormonas responsables de la felicidad en nuestro organismo.
La teoría nos la sabemos, pero la pregunta ahora es: ¿Cuánto ejercicio es conveniente hacer? Según La Organización Mundial de la Salud (OMS), los adultos deberíamos realizar entre 150 y 300 minutos semanales de actividades físicas aeróbicas moderadas (o entre 75 y 150 minutos si son intensas) y actividades de fortalecimiento muscular 2 o 3 días a la semana. Se pueden intercalar las rutinas de cardio con las de fuerza o dedicar 5 o 10 minutos a hacer cardio después de un entrenamiento con peso.
Desde Harvard aseguran que con solo 90 minutos semanales de ejercicio ya se consiguen mejoras en el estado de ánimo similares a las de un antidepresivo. Es decir, con 15 minutos mínimos de ejercicio al día puedes beneficiar tu salud física y mental.
Por otra parte, está demostrado que el contacto con la naturaleza es bueno para nuestra salud física y mental. Tener contacto con espacios verdes, como bosques, o espacios azules, como el mar, provoca un efecto terapéutico. Consigue reducir el estrés y mejorar el bienestar, así como ayudarnos a respirar mejor y fortalecer nuestro sistema inmunitario. Incluso se ha visto en un estudio científico que el solo hecho de mirar el verde de los árboles a través de una ventana de hospital acelera la recuperación de los pacientes tras una operación.
CLAVE 3: RESTAR IMPORTANCIA A LAS DECISIONES
Las indecisiones a veces nos generan más estrés y preocupación de la que debería. Tener donde escoger siempre está bien, pero según los expertos de Harvard, las personas a las que se les dan más opciones entre las que elegir, tienen más oportunidades de arrepentirse.
Puede parecernos que las decisiones importantes son las únicas que nos restan energía, pero lo cierto es que la mayoría de personas también se ven demasiado afectadas por las pequeñas decisiones del día a día. Es por ello que tenemos que aprender a relativizarlas e invertir el menor tiempo posible en ellas.
Para lograrlo, podemos intentar limitar el tiempo que dedicamos a aquellas decisiones que, si nos equivocamos, no nos comportarán consecuencias importantes. Lo fundamental es que, una vez tomada la decisión definitiva, sentirse seguro de ello. Cuando empieces a hacerlo verás cuanto tiempo y dolores de cabeza te ahorras tanto tú como tu entorno. Si por tu estilo de vida se te complica relativizar las decisiones, una opción para llevarlo de la mejor forma posible es practicar retiros espirituales o de meditación, en los que lo único que tienen que hacer es trabajar su paz mental durante un par de días. La desconexión es muy importante (y lo agradecerás).