David Bueno, neurocientífico: "Si cambia tu mentalidad, cambia tu cerebro"

Los cerebros con mentalidad de crecimiento muestran más actividad, asegura David Bueno. Si quieres progresar como persona, lo primero que debes cambiar son tus pensamientos obsesivos.

Paula Martínez

Redactora especializada en bienestar y nutrición

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David Bueno

Muchas veces nuestra mente es nuestro peor enemigo. Cuando nos obsesionamos con algo, sin evitarlo, nuestra vida gira en torno a ese problema. Le damos vueltas una y otra vez de manera innecesaria, sin que vayamos a solucionarlo ni nos aporte ningún tipo de beneficio. Una discusión con alguien o un tema de trabajo pueden pasar de convertirse en un momento de tensión puntual a un trastorno obsesivo que derive en problemas más graves. 

Sea un caso puntual o no, los pensamientos obsesivos hay que saber gestionarlos. Si nos dejamos influir por ellos, las consecuencias, sobre todo si estos pensamientos van a más, pueden afectar a nuestra vida diaria. Nos roban mucho tiempo, ocupan demasiado espacio en la mente e influyen negativamente en nuestras relaciones tanto personales como laborales. Podemos intentar autogestionarlos por nosotros mismos, pero si no lo logramos, es importante dejarse ayudar por un experto en psicología. David Bueno, doctor en biología y profesor de genética en la Universidad de Barcelona, promulga la idea de que los cerebros con mentalidad de crecimiento muestran más actividad

LA IMPORTANCIA DE UNA MENTALIDAD DE CRECIMIENTO

"Los cerebros con mentalidad de crecimiento muestran más actividad", asegura el Dr. Bueno. Si adoptas este tipo de mentalidad, tendrás más capacidad de anticipar recompensas futuras. Al visualizar los beneficios a largo plazo, te motivará a esforzarte más en el presente. De esta forma, ejercitamos una zona del cerebro que se llama estriado, que es la zona que nos permite anticipar las recompensas futuras. "Si tú no anticipas que lo que haces ahora te va a ser útil en el futuro, ¿para qué vas a hacerlo? Y si no lo haces, no vas a conseguir nada", declara el experto. 

La amígdala, la responsable de generar tus emociones, reacciona de forma diferente según tu mentalidad. De aquí depende tu manera de responder ante una novedad. Si tienes una mentalidad de crecimiento, te sentirás curioso ante lo nuevo. En cambio, si tienes una mentalidad fija, podrías experimentar miedo o rechazo, ya que tu preocupación se centra en el miedo a la inadaptabilidad. 

mentalidad de crecimiento

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Por otro lado, tu corteza prefrontal, la zona encargada de la reflexión y la planificación, estará más activa si tienes una mentalidad de crecimiento. De hecho, sentirás placer al pensar en cómo seguir mejorando, porque te encontrarás en fase de desarrollo continuo. "Una persona con mentalidad de crecimiento le resulta más placentero reflexionar y crear para seguir progresando", afirma el experto. 

"Nuestros pensamientos también influyen en cómo se construye nuestro cerebro", confirma el neurocientífico. Si una persona está convencida de que puede seguir progresando, sus conexiones neuronales le impulsan a seguir haciéndolo. Pero si crees que ya no puedes avanzar más, tus conexiones neuronales limitarán tu crecimiento. Es importante recordar que gran parte de nuestro crecimiento personal depende de los pensamientos, ya que tienen un impacto directo en la forma en que se construyen tus conexiones neuronales. 

¿POR QUÉ SE PRODUCEN LOS PENSAMIENTOS OBSESIVOS?

Como hemos visto, una mentalidad fija es uno de los problemas que más nos paralizan a la hora de desarrollar nuestro cerebro. Según el psicólogo Rafael Santandreu el pensamiento obsesivo se produce por varias causas:

  1. La necesidad de las personas a querer adelantarse a lo que va a suceder. La manía de intentar visualizar desgracias para frenarlas antes de que ocurran sin la certeza de que vayan a suceder realmente. Al final, nos preocupamos por cosas que no son reales. No podemos controlar lo incontrolable. 
  2. El miedo a la ansiedad. Si nos sentimos nerviosos, necesitamos frenar la causa cuanto antes. Lo que conseguimos con esto es solo aumentar y alargar el momento de estr��s. 
  3. La creencia de que cualquier mínima adversidad que no teníamos prevista sea terrible. Es decir, hacer montañas de granos de arena. 

Además, el pensamiento supersticioso, la excesiva vergüenza o el miedo al ridículo son otras de las causas que potencian los pensamientos obsesivos.