5 lecciones que el gurú de la felicidad Arthur Brooks ha aprendido del Dalai Lama

Cada día nos bombardean con noticias tristes. Cómo podemos sacar fuerzas para ser felices y tratar de vivir mejor. Uno de los que más sabe de felicidad, Arthur Brooks, se lo preguntó al Dalai Lama. Estas son las cinco cosas que aprendió de él y que nos pueden servir a todos.

Pablo Cubí
Pablo Cubí del Amo

Periodista

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El simple gesto de invitar a un té puede cambiarlo todo.

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El mundo es mayoritariamente un lugar feliz. Lo que pasa es que no lo percibimos así, porque las noticias que nos llegan, las que llaman la atención, son casi todas desastres y desgracias. Levantarte por la mañana y sonreír porque hace buen día no llena diarios ni interesa.

Eso no significa que no nos tengamos que interesar por los problemas del mundo. Hay una corriente de pensamiento que anima a la gente a dejar de prestar atención a estas noticias para no sentir ansiedad y estrés innecesario. Se está más feliz en la ignorancia.

No es lo que piensa el gurú de la felicidad, el profesor de Harvard Arthur Brooks. No hagas el avestruz. Podemos hacer algo. “Cada uno de nosotros tiene el poder de tratar los problemas globales y mejorarlos sin esperar a un líder salvador”, asegura. Algo que, curiosamente, le ha enseñado uno de esos líderes, quizás el más humilde de todos, el Dalai Lama.

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Qué piensa el Dalai Lama de la felicidad

El Dalai Lama, como sabes, es un ejemplo de injusticia. Al defender los derechos de su pueblo, el Tibet, fue expulsado por el gobierno chino. Desde los años sesenta vive exiliado abogando por los derechos humanos, por lo que se ha ganado el premio Nobel de la Paz.

Pese a sus circunstancias es un hombre resiliente. Sabe sobreponerse a la adversidad. El profesor Brooks le ha visitado en diversas ocasiones, porque siempre ha sabido extraer sabias lecciones de esas charlas.

El Dalai Lama ha hablado mucho sobre la felicidad. Una de sus citas más conocidas es: “La felicidad no es algo ya hecho. Viene de tus propias acciones”.

En sus enseñanzas enfatiza la importancia de la mente. La felicidad no está fuera, hay que buscarla dentro de nosotros. La forma en que manejemos nuestros pensamientos y emociones tiene un gran impacto en nuestro bienestar general.

A través de las enseñanzas del budismo tibetano, el Dalai Lama nos explica que las soluciones a los problemas del mundo, que parecen inabarcables para nosotros, no se encuentran en grandes actos. “La respuesta está en pequeñas decisiones que podemos tomar tú y yo todos los días”, ha confirmado el profesor Brooks.

Las cinco lecciones del Dalai Lama

De todas las reuniones que han tenido estos años, Brooks ha compartido lo que él piensa que son las cinco lecciones más valiosas y prácticas que nos pueden servir a todos.

No son "cosas tibetanas". Son acciones que funcionan igual en España o en cualquier otro punto del mundo. Más que los gestos, nos hemos de quedar con todo lo que ello implica, que es mucho más profundo y útil.

  • Primero, ofrece algo. Esta es una lección que los ingleses han aprendido muy bien. En cuanto tienen visitas, la cortesía exige ofrecer un té. Nosotros también teníamos esa costumbre: ¿Qué quieres tomar? Se trata de una muestra de generosidad y humildad. Según el Dalai Lama ayuda a abrir el camino de la buena voluntad.
  • Sonríe enseñando los dientes. Los psicólogos diferencian la sonrisa falsa, la que supone un rictus forzado, y la sonrisa verdadera, en la que activas toda la cara. Es esa sonrisa auténtica a la que se refiere el Dalai Lama al decir que enseñes los dientes. Los tibetanos creen que la sonrisa se contagia y la ciencia les ha dado la razón: se llama neuronas espejo.
  • Practica la empatía. Has de aprender a ponerte en el lugar del otro e intentar entender su punto de vista. Hacerlo con compasión. Sin pensar en las cosas que nos molestan de la otra persona. Será más fácil llegar a un entendimiento.
  • No actúes por impulso. Tomar decisiones emocionales no suele ser un buen consejo. Sobre todo cuando estas emociones son negativas. “Cuando alguien te desprecia, no estás obligado a responder de la misma manera: puedes pensar y elegir comportarte de una manera ética”, escribían Brooks y el Dalai Lama en un artículo conjunto titulado “Puedes romper el ciclo del odio”.
  • Déjalo pasar. Otro gesto budista y que otras religiones también han adaptado. Es la idea de poner la otra mejilla. Si alguien te insulta, puedes tener un acto positivo y no ofenderte. Esa persona se quedará con su odio y su rabia. Tú tienes la oportunidad de colaborar para hacer el mundo un lugar mejor no entrando al trapo.
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Cómo ponerlas en práctica en mi vida

La sociología, la psicología, la medicina, incluso hay teorías económicas que muestran lo sabio y positivo que puede ser este tipo de actitudes que recomienda el Dalai Lama. Si las pones en práctica no solo harás el mundo un lugar un poquito mejor en tu entorno más cercano. La bondad se contagia y otros lo harán también.

¿Sabes cuanta gente mala hay en el mundo? Mucha. Se sabe. Se ha estudiado. Son el 1% de la población. Así que de cada cien personas que conozcas, una será tan egoísta que solo te traerá desgracias si te interpones en su camino.

Pero ¿qué pasa con las otras 99 que son como tú? Esas mayoritariamente te tratarán como se sientan tratadas. Si les ofreces un té, una sonrisa y un diálogo calmado, aunque hayáis tenido diferencias, estas se podrán solucionar.

Las quejas no nos hacen felices. Nos hacen infelices. Quizá tienes tú la razón pero si presentas tu reclamación lleno de tensión, crearás un clima de rechazo.

Si tienes redes sociales, piensa antes de contestar con un insulto. Respira hondo y analiza qué ganas insultando. Si respondes con amabilidad, desarmas. La otra parte queda en evidencia.