Un estudio revela el motivo del efecto yoyó de las dietas: las células ‘recuerdan’ la obesidad

Cuanto más rápido perdemos peso, con más rapidez se puede volver a recuperar en cuanto se deja de seguir la dieta de adelgazamiento. Este efecto yoyó, bien conocido por los dietistas, no tenía una causa clara. Unos científicos suizos han encontrado la posible explicación: las células conservan memoria de su obesidad. Y abre la opción de buscar soluciones.

Pablo Cubí
Pablo Cubí del Amo

Periodista

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mujer a dieta tomando zumo

Las células del tejido graso pueden 'recordar' y facilitar el volver a engordar tras hacer dieta.

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Hace décadas que los nutricionistas, dietistas y médicos advierten sobre los peligros de las llamadas dietas milagro que proponen perder peso rápidamente. Estas dietas, además de que suelen ser demasiado restrictivas para ser saludables, no funcionan.

El principal motivo es lo que se ha dado en llamar el efecto rebote o efecto yoyo. Un problema que puede ocurrir incluso en dietas más controladas. La persona, en cuanto deja de seguir el régimen propuesto, empieza a engordar rápidamente otra vez. En ocasiones, incluso gana más peso del que había perdido.

Había varias teorías al respecto. Unos investigadores suizos han desentrañado el que puede ser el principal punto. Las células del tejido adiposo, el que forma la grasa corporal, conservan una especie de memoria de su estado obeso.

La clave del efecto yoyo

La investigación, encabeza por el profesor Ferdinand von Meyenn, de la Escuela Politécnica de Zurich, revela que la clave está en la epigenética de la célula. La epigenética es el estudio de cómo factores externos y ambientales influyen en la célula. Hacen que los genes se expresan, es decir, se encienden o apagan haciendo que la célula actúe de una manera u otra.

Entre esos factores epigenéticos están el estrés, las toxinas ambientales y la dieta. Después de analizar células tanto en humanos como en ratones, han comprobado que la obesidad provoca cambios epigenéticos que persisten incluso después de una pérdida significativa de peso.

Es decir, las células se afanan por recuperar la situación de contenido graso que tenían y predispone a recuperar peso. “Este estudio se alinea bien con el conocimiento existente del efecto yoyó y la memoria metabólica”, ha opinado el profesor José Ordovás, director de Nutrición y Genómica de la Universidad Tufts, en Boston.

Las implicaciones de este descubrimiento son diversas. Al destacar que hay una base biológica en la recuperación de la obesidad, puede reducir el estigma con el que se señala a la población obesa. Y lo más interesante es que abre la vía a poner remedio a este efecto yoyó.

¿Cómo se puede frenar este rebote?

Los investigadores de la Universidad de Zurich ya plantean que puede haber formas innovadoras de actuar sobre las células que frenen este rebote rápido de peso.

Abre vías para terapias dirigidas, como medicamentos o edición epigenética, para 'reiniciar’ la memoria del tejido adiposo y mejorar el mantenimiento de la pérdida de peso”, coincide el profesor Ordovás, en declaraciones a la agencia SMC España.

No solo plantea una actuación a nivel individual con un paciente que desee perder peso. También permite replantear las campañas de salud pública. Sabiendo que el sobrepeso va a ser recordado por el cuerpo, se pueden dirigir muchos más esfuerzos sobre todo a concienciar en la prevención temprana antes de que se engorde.

De todas formas, el estudio tiene limitaciones en cuanto al número de casos estudiados y un análisis a más largo plazo. Con lo comprobado hasta ahora no se confirma que los cambios epigenéticos sean forzosamente la causa de la recuperación de peso. Se ha de investigar más.

Qué otros factores están implicados

Los autores identificaron los cambios celulares comparando las secuencias de ARN de 18 individuos con peso normal y las de 20 que tuvieron obesidad antes y que habían conseguido una pérdida de peso de al menos un 25% del Índice de Masa Corporal tras operarse del estómago.

Pero no queda claro que este sea el único factor. Sobre el efecto yoyó ya había otras teorías planteadas. Los nuevos descubrimientos vienen a confirmar algunos aspectos. Queda por desentrañar qué peso tiene cada uno de estos otros factores que también pueden verse implicados en el proceso.

  • Cambios metabólicos: las dietas muy restrictivas pueden ralentizar el metabolismo, lo que hace que el cuerpo queme menos calorías y almacene más grasa cuando se vuelve a una alimentación normal.
  • Desequilibrio hormonal: las hormonas que regulan el hambre y la saciedad, como la leptina y la grelina, pueden alterarse, aumentando el apetito y la ingesta de alimentos.
  • Pérdida de masa muscular: con las dietas no solo se pierde grasa. También se pierde masa muscular. La masa muscular utiliza mucha energía que le suministramos con la comida. Si perdemos este “quemagrasas”, se reduce la tasa metabólica basal y facilitamos la recuperación del peso.
  • Factores psicológicos: las dietas restrictivas pueden llevar a una relación poco saludable con la comida, provocando episodios de atracones.