Hace tiempo que existen serias dudas sobre la seguridad de los polvos de talco. De hecho, la compañía Johnson & Johnson, que comercializó estos polvos durante muchos años, se ha enfrentado a miles de denuncias por la supuesta presencia de partículas cancerígenas y su vinculación al cáncer de ovario, tantas que los ha retirado del mercado.
Ahora la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC), un organismo que depende de la Organización Mundial de la Salud (OMS), ha declarado que los polvos de talco son “probablemente cancerígenos para los humanos”.
El talco, un mineral muy utilizado
El talco es un mineral natural que se extrae en muchas zonas del mundo. Está presente en cosméticos y en forma de polvos de talco, que se ha usado, desde hace mucho tiempo, para secar el culito de los bebés, para reducir la transpiración en diferentes zonas del cuerpo o para cuidar la piel después de la depilación, entre otros usos.
No obstante, a la luz de los resultados del análisis de la OMS, su uso no está exento de riesgos. La IARC lo acaba de incluir en la lista de productos “probablemente cancerígenos” tras analizar la evidencia científica sobre sus peligros para la salud.
Un grupo de 29 expertos internacionales ha analizado exhaustivamente la evidencia científica disponible que incluye, según afirman, una combinación de evidencia limitada de cáncer en humanos (en concreto, de cáncer de ovario), evidencia suficiente de cáncer en animales de experimentación y una fuerte evidencia en pruebas mecanísticas sólidas de que el talco presenta características clave de carcinógenos en células primarias humanas y sistemas experimentales.
Los resultados del análisis se han publicado en la revista The Lancet y próximamente se publicarán en las Monografías de la IARC.
Los grupos de riesgo de productos cancerígenos
La evidencia analizada ha llevado a la IARC a considerar el talco dentro del Grupo 2 A (probablemente cancerígeno para los humanos)
Cabe recordar que el sistema de clasificación de los productos cancerígenos de la IARC y la OMS comprende 5 grupo en función de si la evidencia es más o menos fuerte (1, 2a, 2b, 3, 4). En el grupo 1 la evidencia es muy fuerte e incluye productos tan reconocidos como peligrosos como el tabaco.
El grupo 2 A, en el que ha quedado enmarcado el talco, es el segundo grado más alto de certeza de que una sustancia puede causar cáncer, con lo que hay motivos para preocuparse.
Aumento del cáncer de ovario
De acuerdo con los investigadores del IARC, hay estudios que apuntan a un aumento de los casos de cáncer de ovario en mujeres que habían usado los polvos de talco en la zona perianal (es decir, la zona del pubis y el ano).
“Eso no significa que, porque alguien se haya puesto talco alguna vez o incluso que por que lo use con cierta regularidad, esté claramente en riesgo, ya que el riesgo de generar un cáncer va a depender de dosis de exposición, tiempo y forma de contacto con el talco”, aclara Alejandro Pérez Fidalgo, médico del Servicio de Oncología del Hospital Clínico de Valencia e investigador del INCLIVA Biomedical Research Institute, en declaraciones a Science Media Centre España (SMC España).
Además, de acuerdo con el especialista, los estudios en humanos que sustentan la clasificación del talco en el grupo 2 A “tienen muchos sesgos, es decir, ciertos factores de confusión que nos impiden apreciar o predecir con total solidez la relación del uso del talco o la exposición al mismo con el cáncer”.
En los estudios en animales de laboratorio la asociación sí es más sólida y se vio que el talco provocó un aumento de la incidencia de neoplasias malignas en las hembras (en la médula suprarrenal y el pulmón) y una combinación de neoplasias benignas y malignas en los machos (en la médula suprarrenal).
Preocupación por el asbesto en el talco
Una de las preocupaciones que manifiesta la IARC es la posible contaminación del talco con asbesto, una sustancia parecida al amianto que la propia IARC considera “carcinógeno para los seres humanos (Grupo 1)”.
Hay pruebas suficientes de que esta sustancia causa mesotelioma (un tipo de cáncer que se produce en la capa delgada de tejido que recubre la mayoría de los órganos internos) y cáncer de pulmón, laringe y ovario. También hay pruebas limitadas de que puede causar cáncer de faringe, estómago y colorrectal.
El talco se extrae de depósitos subterráneos, igual que el asbesto, y a veces al realizar la extracción pueden mezclarse y es muy difícil medir con precisión la presencia de asbesto en el talco.