En las últimas décadas, España ha experimentado un aumento significativo en la incidencia de enfermedades tropicales, en especial de dengue, Zika y chikunguña. El incremento se debe, en gran medida, a que cada vez viajamos más (por ocio y viajes de placer, pero también por trabajo) a zonas donde es fácil contraer alguna enfermedad tropical, ya que allí son endémicas, habituales. Al regresar a España, se contagia a otras personas.
El cambio climático también influye. Los fenómenos meteorológicos extremos que el planeta está sufriendo favorecen la reaparición de enfermedades que teníamos olvidadas. Del mismo modo facilitan que mosquitos y otros insectos –que son los transmisores de esas enfermedades tropicales– actúen en países donde antes no lo hacían, (algunos llegan en los aviones de vuelta), aumentando el riesgo de brotes. Son enfermedades que no solo afectan a los humanos, también a animales y plantas, alterando el equilibrio ecológico del país.
Cómo se transmiten
Las enfermedades tropicales pueden transmitirse de persona a persona de diversas formas:
• Por contacto directo, es decir, a través del intercambio de fluidos corporales como la sangre, la saliva o el semen.
• Por la picadura de un insecto. Después de picar a una persona infectada por un virus, pican a otra y ahí es cuando se produce la transmisión.
Medidas para evitar el contagio
Para prevenir estas enfermedades es fundamental tomar medidas como el uso de repelentes de insectos, el empleo de mosquiteras y la eliminación de aguas estancadas donde los mosquitos puedan reproducirse. Hay que tener en cuenta que estos mosquitos –a diferencia de los comunes– pican tanto de día como de noche.
Síntomas y tratamiento de las enfermedades más habituales transmitidas por mosquitos
- Dengue. Fiebre alta, dolor de cabeza, dolor detrás de los ojos, dolor articular y muscular, erupción cutánea y, en casos graves, sangrado y daños en diferentes órganos. No existe un tratamiento específico: hay que hacer reposo, hidratarse bien y recurrir a medicamentos para aliviar el dolor y la fiebre (evitar aspirina y antiinflamatorios no esteroideos).
- Chikunguña. Fiebre alta, dolor articular severo, dolor de cabeza, erupción cutánea y fatiga. Tampoco existe un tratamiento especial más allá de reposo, hidratación y analgésicos.
- Zika. Fiebre leve, erupción, conjuntivitis, dolor articular y muscular, y dolor de cabeza. En mujeres embarazadas, puede causar malformaciones congénitas en el feto. Como en las dos anteriores, el tratamiento es sintomático.
Actuar en cuanto se notan síntomas
En general, es muy importante buscar atención médica de inmediato, y no olvidar explicar el antecedente y los detalles de un viaje si lo hubiese. El tratamiento puede incluir fármacos antivirales o antiparasitarios en algunos casos, hidratación adecuada y, en ocasiones, hospitalización.
Qué hacer si viajamos
Cuando se viaja a países tropicales, es esencial:
- Recibir la información adecuada. Es fundamental consultar con un profesional de la salud o dirigirse a un centro especializado en enfermedades tropicales para recibir el consejo clínico y las vacunas necesarias. Según el destino y la duración del viaje, pueden incluir la de la fiebre amarilla, las hepatitis A y B, la fiebre tifoidea y la rabia.
- Aplicar repelentes contra los insectos. Su uso es crucial para evitar las picaduras de insectos, que transmiten la mayoría de enfermedades tropicales. Aunque existen muchos productos, los que contienen DEET son los únicos de probada eficacia, y existen formulaciones adecuadas para niños.
- Usar mosquiteras tratadas con insecticida. Dormir bajo su protección puede proporcionar una barrera eficaz (química y física) contra los mosquitos.
- Vestirse con la ropa adecuada. Conviene llevar manga y pantalón largos, y calcetines, ya que son una barrera para las picaduras. Para algunas enfermedades como la malaria puede ser necesario tomar algunos medicamentos preventivos.
Los fármacos van perdiendo eficacia
El Dr. Quique Bassat, director general de ISGlobal y director del Programa Malaria y Enfermedades Parasitarias Desatendidas, explica a Saber Vivir que es necesaria una respuesta global coordinada para enfrentar las enfermedades tropicales. "Su aumento en España y otras regiones no endémicas subraya la necesidad de fortalecer los sistemas de salud y la infraestructura de investigación", apunta.
"Nuestros estudios sobre la malaria han revelado que es urgente desarrollar nuevas herramientas para combatirla: se está dando un alarmante aumento de la resistencia a los medicamentos, sobre todo en Asia, pero también en África. Esto pone en peligro décadas de progreso en la lucha contra esta enfermedad", añade.
"Por eso, hay nuevos enfoques en la investigación. Uno de los más prometedores es la modificación genética de mosquitos para que sean incapaces de transmitir enfermedades. Eso podría significar un cambio radical en la lucha contra, por ejemplo, el dengue y el Zika, aunque plantea desafíos éticos y ecológicos que deberán abordarse", concluye.