Aunque cueste creerlo, la razón por la que consumimos azúcar casi de forma compulsiva no tiene nada que ver con eso de “ser de dulce” o “ser de salado”. El dulce no te pierde, es que tu metabolismo no está bien calibrado y te está llevando a consumir este tipo de alimentos de forma compulsiva.
Esto se debe a que cuando no tenemos niveles estables de glucosa en sangre y se producen caídas bruscas tras picos de azúcar, nuestro cuerpo comienza a enviarnos señales de que necesitamos alimentos dulces. Por tanto, el desequilibrio hormonal y metabólico se convierten en nuestros peores enemigos a la hora de regular el consumo de este tipo de alimentos. Por suerte, podemos evitar este tipo de problemas si conseguimos reconducir nuestra alimentación con un método como el 4/4 de Jessie Inchauspé, del que te hablaremos a continuación.
¿En qué consiste el método 4/4 de Jessie Inchauspé?
Jessie Inchauspé, bioquímica y autora del libro La revolución de la glucosa, es la responsable de haber dado forma al método 4/4. En su libro nos presenta diversas recomendaciones basadas en estudios científicos para mantener los niveles de glucosa en sangre más estables, ayudando así a equilibrar nuestra salud metabólica.
Pero ¿en qué consiste este famoso método? En realidad, es tan sencillo como cumplir con cuatro reglas que te ayudarán a regular los picos de glucosa en tus comidas:
Desayunar algo salado
El primer punto de este método es comenzar la mañana evitando alimentos dulces y almidones que, si bien nos producen un gran placer, también pueden desencadenar pronunciados picos de glucosa tras el desayuno.
Estos harán, a su vez, que tengamos hambre antes. Y cuanto mayor sea el pico de azúcar, mayor será la caída. Con ella llegarán los antojos dulces y otros problemas. Por lo que lo ideal es optar por un desayuno salado, rico en proteínas y fibra, y bajo en azúcares. Como mucho, una pieza de fruta para poner el cuerpo en marcha con todas las vitaminas que necesita.
Una cucharada de vinagre
El siguiente punto del método 4/4 consiste en tomar una cucharada de vinagre de manzana al día. El momento ideal es unos diez minutos antes de la comida más calórica de tu día, o de aquella en la que haya mayor presencia de alimentos dulces.
De esta forma se consigue una reducción de hasta un 30% en el pico de azúcar y un 20% en la producción de insulina a causa de esa comida. Y este truco no solo te ayudará a controlar los antojos dulces, sino que también puede reducir la inflamación crónica del organismo, ralentizado el envejecimiento.
Eso sí, es recomendable que diluyas esta cucharada de vinagre en un vaso de agua antes de tomártela. Y no solo porque harás más agradable su ingesta, sino porque la exposición a la acidez del vinagre de forma diaria puede hacer daño al esmalte de los dientes.
Consumir los alimentos en el orden correcto
Quizá lo más revelador del método 4/4 y de todo lo que encontramos en el libro La revolución de la glucosa sea comprender que el orden en el que ingerimos los alimentos marca la diferencia. Por eso, el tercer paso de este método consiste en incluir un entrante vegano a la dieta.
Esto se debe a que, como explica la experta en su libro, el orden en el que consumimos los alimentos marca la diferencia. Al empezar con las verduras, en especial si son ricas en fibra, reducimos el impacto de los carbohidratos en los niveles de glucosa en sangre.
Si seguimos con las proteínas y las grasas, estos macronutrientes también ayudan a ralentizar la absorción de la glucosa y a prolongar la saciedad durante más tiempo.
Acabamos por ingerir los carbohidratos, que, aunque son clave en nuestra alimentación, deben comerse los últimos para minimizar los picos de glucosa y la consecuente liberación de insulina, punto clave para el impacto positivo de este método en la salud metabólica.
Moverse durante 10 minutos tras la comida
El último hábito que debes integrar en tu rutina para completar el método 4/4 consiste en moverte durante unos 10 minutos después de cada comida. Y es que la actividad física ayuda a que los músculos utilicen la glucosa presente en la sangre tras comer, disminuyendo así los picos que pueden provocarse tras la ingesta.
Además, el ejercicio ligero tras las comidas puede aumentar la sensibilidad a la insulina, ayudando así al cuerpo a manejar mejor la glucosa. Para acabar, moverse tras las comidas puede estimular la digestión y previene problemas digestivos, como el reflujo ácido.
En cuanto a qué hacer, basta con hacer una caminata ligera o algunos estiramientos. Incluso realizar tareas domésticas, como recoger la mesa y limpiar la cocina, puede ser increíblemente beneficioso.