Las dudas sobre si los remates de cabeza son perjudiciales para la salud cerebral hace tiempo que planean sobre el fútbol, pero cada vez hay mayor evidencia científica de que así podría ser.
Investigadores del Clínic-IDIBAPS han analizado 120 vídeos de partidos de 4 mundiales de fútbol de los últimos 50 años y han comprobado un aumento significativo de remates de balón con la cabeza entre los jugadores, lo que aumenta el riesgo de sufrir enfermedades neurodegenerativas como alzhéimer, ELA o párkinson según los autores del estudio que se ha publicado en la revista Lancet Neurology. Acumular golpes en la cabeza y conmociones cerebrales favorece el desarrollo de este tipo de patologías en los 30 o 40 años siguientes.
Se confirman las sospechas
La investigación del
Clínic-IDIBAPS se suma a otras tantas que se han realizado en los últimos años sobre los riesgos de remates de balón con la cabeza. Una
investigación sueca cuyos resultados se publicaron en
The Lancet Public Health concluyó que más de 6.000 futbolistas masculinos de la primera división sueca (entre 1924 y 2019) tenían
más riesgo de desarrollar una enfermedad neurodegenerativa en comparación con la población analizada que no se dedicaba al fútbol profesional.
El riesgo se daba en los jugadores de campo pero no en los porteros, lo que según los autores apoya la hipótesis de que los impactos leves en la cabeza al golpear el balón podrían explicar ese mayor riesgo. Cabe aclarar que se trató de un estudio observacional, por tanto no ha analizado la relación causa-efecto.
En países como Estados Unidos ya hay legislación al respecto: desde 2016 este país prohíbe a los menores de 10 años cabecear con el balón. Y entre los 11 y los 13 años están limitados los cabezazos en los entrenamientos.
En Europa estamos lejos de llegar a esa situación, y solo la Federación Esocesa de Fútbol ha dado un paso en este sentido prohibiendo los remates de cabeza a los niños menores de 12 años.
Riesgo de demencia entre los jugadores de futbol
"Varios estudios han demostrado que aquellos deportes en los que se dan repetidos golpes en la cabeza (como el boxeo, el rugby o el hockey sobre hielo) pueden aumentar el riesgo de padecer demencia o una enfermedad neurodegenerativa. En el caso del futbol, el deporte más popular, algunos indicios también apuntan a esta asociación, aunque los resultados de los estudios realizados hasta la fecha eran inconsistentes", apuntaba Marc Suárez, neurólogo e investigador del Grupo de Investigación en Fisiología de la Cognición y Prevención del Alzhéimer del IMIM-Hospital del Mar en declaraciones a la agencia SMC España.
El estudio sueco publicado en The Lancet Public Health reveló que los futbolistas profesionales tienen 1,5 veces más riesgo de padecer una enfermedad neurodegenerativa que la población general. Si en la población general el riesgo de enfermedad neurodegenerativa es de un 6,2%, entre los jugadores de futbol es de un 8,9%. "El riesgo de enfermedad de Alzheimer u otras demencias estaba significativamente aumentado en los jugadores de futbol, mientras que no existían diferencias en el riesgo de otras enfermedades, como el párkinson o la esclerosis lateral amiotrófica", apuntaba el experto.
Los porteros no tienen más riesgo de demencia
Los porteros no rematan la pelota con la cabeza, o lo hacen en muchas menos ocasiones, y casualmente el estudio sueco no ha encontrado más riesgo de demencia entre los 510 porteros estudiados.
"Este hecho podría indicar que son los cabezazos repetidos los responsables del mayor riesgo de alzhéimer y enfermedades neurodegenerativas. Aun así, cabe recordar que no se puede establecer una relación causa-efecto en un estudio observacional. Una limitación importante del estudio es que solo se han estudiado hombres, se deben realizar estudios también en mujeres", aclaraba Marc Suárez, responsable del Grupo de Biomarcadores en Fluidos y Neurología Traslacional del BarcelonaBeta Brain Research Center en la Fundación Pasqual Maragall.
Evitar los remates de cabeza en la infancia y la adolescencia
Aunque los estudios no han demostrado una relación causa-efecto entre los remates de cabeza y la demencia, sí invita a "reflexionar sobre la necesidad de minimizar los cabezazos y los golpes repetidos con la cabeza en el deporte, aunque sean de poca intensidad. Esto es especialmente importante en la infancia y la adolescencia, donde el cerebro está en desarrollo", aseguraba el Dr. Marc Suárez a la agencia SMC.
La Federación Escocesa de Fútbol no permite los remates con la cabeza por debajo de los 12 años. La decisión se produjo tras un estudio realizado por la Universidad de Glasgow entre exjugadores escoceses y publicado en The New England Journal of Medicine.
El estudio comparó las causas de muerte de 7.676 exjugadores de fútbol escoceses nacidos entre los años 1900 y 1976 con las de otras 23.000 personas de la población general.
Los resultados revelaron que los exjugadores tenían tenían 3,5 veces más posibilidad de morir de una enfermedad neurodegenerativa.
Los autores del trabajo reconocían que los exfutbolistas tenían tasas más altas de demencia, pero una predisposición menor a morir de patologías cardiacas o cáncer.
preocupación entre los padres
Visto lo anterior, muchos padres se preguntarán si es malo que sus hijos rematen el balón con la cabeza si juegan a futbol, ¿tendrán más riesgo de demencia de mayores?
De ello hablamos con el el Dr. Pablo Eguia del Río, de la Sociedad Española de Neurología. El Dr. Eguía era cauto al respecto y, en referencia al estudio de la Universidad de Glasgow, lo primero que remarca es que "los exfutbolistas estudiados tenían una esperanza de vida mayor que el resto de la población porque gozaban de mejor salud gracias al deporte que habían practicado a lo largo de su vida. El ejercicio físico disminuye el riesgo de enfermedades cardiovasculares, cáncer y también demencia ".
Obviamente, nadie discute las bondades del deporte para la salud pero, insistimos, ¿qué pasa con los remates de cabeza? El Dr. Eguia del Río aseguraba que faltan pruebas que demuestren que cabecear el balón cause daños regiones cerebrales, aunque cada vez hay más estudios que han observado esta relación.
Por su parte, Àlex Iranzo, coordinador de la reciente investigación del Clínic-IDIBAPS, ha destacado que el fútbol es en general bueno para la salud, aunque la contrapartida es el riesgo de lesiones. Una opción para minimizar el riesgo de los remates de balón con la cabeza sería prohibirlos en menores de 12 años porque el cerebro está en proceso de formación como ya hacen otros países.
La conmoción sí es UN RIESGO
El Dr. Eguia del Río recuerda que lo que sí es un riesgo demostrado es la conmoción cerebral que puede aparecer tras un impacto muy fuerte, porque puede provocar lesiones si no se trata correctamente. "Chocar la cabeza con la de otro futbolista, o recibir una patada o un codazo en la cabeza puede provocar una conmoción", apunta el especialista.
Los niños, a diferencia de los jugadores adultos, tienen más tendencia a sufrir conmociones porque chocan entre ellos más fácilmente, sencillamente por su forma de jugar, su anatomía o su falta de técnica. Además, ante un mismo impacto un niño es más vulnerable a sufrir una conmoción porque su cerebro es más inmaduro.
El problema, prosigue Eguia del Río, es que muchas veces estas conmociones no se atienden correctamente porque el futbolista sigue jugando. Y está más que demostrado que sufrirlas de forma repetida sí aumenta el riesgo de daño cerebral.
Señales de una conmoción CEREBRAL
Una conmoción cerebral es la afectación de la función cerebral producida por un golpe directo. Y es muy importante que tanto el niño como el entrenador, el árbitro o los padres la sepan identificar porque es clave que el menor (por supuesto un adulto también) se recupere correctamente. Hay que estar atento a los siguientes síntomas:
- Dolor de cabeza o sensación de presión en la cabeza.
- Desorientación, confusión, falta de atención o aturdimiento.
- Moverse con torpeza.
- Respuesta tardía a preguntas.
- Náuseas, vómitos o mareos.
- Zumbido en los oídos.
- Pérdida del conocimiento.
- En ocasiones, las señales de conmoción pueden aparecer horas o días después de la lesión y pueden manifestarse en forma de falta de concentración, problemas de sueño, sensibilidad a la luz, irritabilidad...
Sufrir un segundo golpe incluso días después de tener una conmoción puede ser muy perjudicial. Por eso cuando ocurre es muy importante que:
- El afectado abandone enseguida el juego y sea valorado por un profesional.
- Hay que dejar pasar dos días sin sufrir nada de síntomas para volver a la actividad deportiva y la reincorporación debe hacerse de forma gradual.