¿Tener el mentón hacia atrás puede influir en la respiración?

Que la mandíbula inferior esté ligeramente desplazada en relación a la mandíbula superior y la nariz puede comportar algo más que una mera preocupación estética.

Actualizado a

Forma de la cara y respiración

Una mandíbula desplazada puede causar problemas durante las horas de sueño.

Archivo Rba

El mentón retraído, que médicamente denominamos retrognatia, puede afectar a la respiración. Se trata de una alteración anatómica en la que la mandíbula se encuentra desplazada hacia atrás en relación al maxilar superior y el resto de la cara. 

Puede ser constitucional/hereditaria, es decir, genética; ser consecuencia de un problema de crecimiento facial debido a que durante la infancia se ha respirado por la boca a causa de una obstrucción nasal (la mandíbula no se ha desarrollado lo suficiente), o una combinación de ambas.  

La retrognatia genera que algunas estructuras de esta zona se desplacen hacia atrás, como el suelo de la boca o la lengua, lo que puede generar una oclusión de la vía aérea superior, especialmente durante las horas de sueño, momento en el que ocurre una relajación muscular generalizada. Esto se traduce en una respiración menos eficiente mientras estamos en ese periodo de descanso y puede aumentar el riesgo de problemas como la apnea del sueño.

Desde el punto de vista estético, la retracción del mentón provoca que la nariz parezca más grande e hiperproyectada. Tanto es así que algunos pacientes acuden al otorrinolaringólogo solicitando una rinoplastia estética (cirugía que modifica la forma de la nariz) sin darse cuenta de que el mentón retraído es parte del problema de armonía facial.

Cómo se corrige el mentón retraído

¿En qué casos conviene corregirlo? La indicación de tratamiento puede ser estética, funcional o ambas.

Los casos leves de retrognatia pueden ser corregidos estéticamente mediante una cirugía sencilla que consiste en colocar una prótesis de silicona en el mentón (mentoplastia). Esta prótesis se introduce a través de una incisión dentro de la boca o en la parte inferior de la barbilla. El posoperatorio es corto, aunque hay que ser muy cuidadosos con la higiene oral. Esta cirugía puede ser realizada por otorrinolaringólogos, cirujanos plásticos o cirujanos maxilofaciales.

En casos moderados puede realizarse un tratamiento ortodóncico con dispositivos de avance mandibular, que se usan por la noche. El especialista maxilofacial diseña y ajusta este dispositivo a las características del paciente. 

En los casos graves es necesaria una cirugía ortognática, más compleja que la anterior y que realiza un cirujano maxilofacial bajo anestesia general, con el objetivo de corregir la posición de los huesos. El cirujano practica unos cortes a los lados de la mandíbula, avanza el hueso y lo fija con unas placas de titanio. El tiempo total de la intervención no suele superar los treinta minutos.