El mundo de las fobias es de lo más variopinto, curioso y sorprendente. Hay quien tiene fobia a volar, a las arañas, a los espacios cerrados… Y hay quien sufre tripofobia. Probablemente no te suene de nada pero es más común de lo parece porque afecta a uno de cada cinco españoles. O quizá la padezcas si las imágenes que verás al final de este texto, aparentemente inofensivas, te incomodan o directamente te provocan repulsión.
Una fobia viral
La palabra "tripofobia" viene de dos raíces griegas: "trypo" que significa "agujero" o "perforación" y "fobia" que significa "miedo" o "aversión". Por lo tanto, la "tripofobia" se refiere literalmente al miedo o aversión a los agujeros o perforaciones agrupadas, especialmente los hoyos pequeñitos y geométricos, aunque también pueden ser patrones cuadrados, rectangulares, protuberancias... Probablemente ha existido siempre, aunque el término en sí mismo es relativamente nuevo.
El primer estudio que se hizo sobre la tripofobia fue en 2013. Lo realizaron investigadores de la Universidad de Essex y llegaron a la conclusión de que un 16% de los personas podrían sufrir aversión a mirar imágenes de este tipo como el típico panal de abejas, la vaina de flor de loto o una esponja natural.
Pero llegaron las redes sociales y se encargaron de popularizarla. Por un lado, usuarios publicando imágenes para despertar las reacciones de la gente. Imágenes que, como era de esperar, se acabaron haciendo virales porque provocaron rechazo entre muchas personas que padecían tripofobia sin saberlo.
Por otro lado, expertos intentando arrojar luz sobre el asunto como el @enfermerojorgeangel explicando qué es este curioso trastorno, cómo lo viven los afectados y qué tratamiento tiene.
Qué imágenes provocan ás tripofobia
Las imágenes que desencadenan tripofobia pueden ser de lo más variado, siempre que respondan a ese patrón de agujeritos o bultitos geométricos y repetitivos.
Piensa en cosas como panales de abejas, esponjas marinas, la vaina de semillas de la flor de loto, el coral, un queso con agujeros tipo emental, afecciones cutáneas como llagas o manchas, un bollo de pan con agujeritos, una piedra pomez... Para alguien que experimenta tripofobia, estas imágenes pueden ser muy perturbadoras y generar una intensa sensación de malestar.
Qué se siente al mirarlas
Los síntomas de la tripofobia varían de persona a persona, pero, según explica el enfermero Jorge Ángel en redes sociales, algunos "afectados pueden experimentar náuseas, sudoración, escalofríos, picazón en la piel y, en casos extremos, ataques de pánico al ver estas imágenes". Para hacernos una idea de lo que se siente, basta fijarse en los comentarios que han dejado en redes sociales afectados por tripofobia al ver imágenes de este tipo: "cada vez que veo esas imágenes se me revuelve la tripa y se me eriza la piel", confesaba angustiado uno de ellos.
¿Es grave la tripofobia?
La tripofobia despierta curiosidad e incita al juego de exponerse a imágenes con hoyitos, cavidades, agujeritos o bultitos para comprobar la reacción de cada uno. Obviamente no es exponerse a una araña, una serpiente o a coger un avión si hay pánico a volar. Por eso no se la considera un trastorno mental y muchos expertos creen que simplemente es una cuestión de gustos. Ahora bien, cuando los síntomas que desencadena son muy intensos sí se la considera una fobia específica y se la incluye dentro de los trastornos de ansiedad.
Al final, la gravedad de la fobia dependerá siempre de la reacción que provoque. Si mirar una foto de una vaina de semillas de flor de loto te genera una ansiedad importante y te ocurre al ver imágenes cotidianas como los agujeros en la miga del pan o un queso emental, puede que te merezca la pena acudir al psicólogo para tratarlo.
¿Por qué hay personas que tienen tripofobia?
Los científicos todavía desconocen la causa de la tripofobia. Algunos teorizan que podría estar relacionada con la evolución y el instinto de evitar cosas que podrían representar un peligro, como enjambres de insectos. También podría explicarse por la repulsión que provocan animales con manchas geométricas en la piel como la cobra real, escorpiones, algunas arañas... pero todavía hay mucho por estudiar sobre este fenómeno.
Ejemplos de imágenes que provocan tripofobia
Las siguientes imágenes suelen generar incomodidad o aversión entre las personas afectadas por tripofobia. Si te incomoda mirarlas podrías estar entre ellos, aunque debes saber que no es grave y que, sobre todo, puede superarse tal y como te explicamos al final del artículo.
flor de loto
La vaina de semillas de flor de loto es un ejemplo recurrente de imagen tripofóbica. La foto de arriba es un plano general de la vaina y la imagen de abajo un primerísimo plano.
Corales
Imagen de un coral de Tailandia que se aprecia cuando la marea está baja. Otra clara imagen tripofóbica.
PANAL DE ABEJAS
Los panales de abejas, con sus agujeritos geométricos, son una imagen inquietante para los afectados por esta curiosa fobia.
Queso emmental
Este delicioso queso suizo puede ser difícil de mirar para algunas personas por la cantidad de agujeros que tiene.
Bollo con agujeritos
El crumpet es un bollito típico inglés que se elabora con harina y levadura y tiene muchos hoyitos en su superficie, una imagen que puede generar rechazo igual que otros panes o bollos similares.
El sombrero de las setas
El interior del sombrero de muchas setas es un vivo ejemplo de cavidades geométricas y repetitivas.
¿Qué se puede hacer para tratar la tripofobia?
La tripofobia no se considera oficialmente un trastorno psicológico, por eso no existe un tratamiento estándar para ello. Ahora bien, si el rechazo que te provocan ciertas imágenes es intenso y te genera mucha ansiedad, puede tratarse con técnicas que suelen usar los psicólogos para abordar las fobias. La psicóloga Susana López explica cuáles son:
1. Cambiar los pensamientos irracionales que te hacen rechazar esas imágenes
- Con la llamada terapia cognitivo-conductual se pueden identificar y cambiar los pensamientos negativos que te provocan ansiedad.
- Para empezar, el psicólogo te ayudará a detectar esos pensamientos irracionales. Por ejemplo, alguien con tripofobia podría tener el pensamiento automático de que las imágenes de agujeros son extremadamente peligrosas o repulsivas.
- Una vez identificados los pensamientos irracionales, el terapeuta trabaja con la persona para cuestionar esas creencias. Por ejemplo, te podría preguntar: "¿Por qué crees que esas imágenes son realmente peligrosas o dañinas?" o "¿Es posible que estés exagerando el peligro?"
- El siguiente paso es cambiar esos pensamientos irracionales por otros más realistas. Por ejemplo, en lugar de pensar "Estas imágenes son asquerosas o peligrosas", podrías aprender a decirte a ti mismo: "Estas imágenes son simplemente patrones de la naturaleza y no son una amenaza real para mí".
2. Exponerse poco a poco a las imágenes que te dan miedo
- En combinación con la terapia anterior, el psicólogo probablemente te haga exponerte de forma gradual a esas imágenes que te provocan repulsión. Es lo que se conoce como terapia de exposición, una especie de juego donde enfrentas tus miedos paso a paso.
- Primero haces una lista junto con tu psicólogo de imágenes que te causan ansiedad, como panales de abejas o patrones de agujeros. Estas imágenes se ordenan desde las que te provocan menos ansiedad hasta las que te generan más miedo.
- Luego, empiezas viendo las imágenes menos aterradoras. Puedes mirarlas durante unos segundos o incluso imaginarlas en tu mente. Con el tiempo, a medida que te sientas más cómodo, pasas a las imágenes que están más arriba en la lista y que te causan más ansiedad.
- Lo importante es que repitas este proceso muchas veces. Al hacerlo, te das cuenta de que las imágenes no son tan aterradoras como pensabas y que puedes controlar tu ansiedad. Piensa que al principio lo harás siempre bajo la supervisión del psicólogo, así que no estarás solo.
Con el tiempo y la práctica, verás que el miedo a las imágenes con hoyitos o protuberancias disminuye y puedes enfrentarlas sin que te produzcan aversión.