Mantenernos hidratados es siempre importante y más especialmente durante los meses de verano en los que perdemos más líquido. La cantidad de agua que tenemos que tomar varía dependiendo de lo que comamos y la actividad que haga. Recuerda que los alimentos también nos aportan líquido que se suma al total.
En todo caso, el consejo de los médicos y nutricionistas es que para hidratarnos bebamos agua, que es la bebida más adecuada y es también el elementos mayoritario en nuestro cuerpo.
¿Pero qué pasa cuando necesitamos reponer líquidos de una manera más eficiente? ¿Es el agua la bebida más adecuada? Quizá te sorprenda saber que los estudios dicen que no. Ni siquiera está entre las tres primeras. Hay otras bebidas que consiguen hidratarnos más.
Cuál es la bebida que más hidrata
En uno de los últimos estudios, llevados a cabo por la Universidad de Saint Andrews, en Escocia, se pidió a unos voluntarios que bebieran diferentes tipos de líquidos: agua, refrescos, café, infusiones, zumo de frutas, leche y leche desnatada, entre otros.
Para deducir el grado de hidratación que habían conseguido, a las cuatro horas se midió la cantidad de líquido que habían perdido cuantificando su orina.
En este estudio resultó que:
- La bebida más hidratante es la leche desnatada. Le seguía la leche entera y el zumo de naranja.
- También los refrescos, tanto los azucarados como los light, conservaban más el líquido, los tés y las bebidas isotónicas.
- Tenías que bajar hasta el puesto diez para encontrar el agua. Solo por delante del café y la cerveza (lo cual no sorprende porque los dos son diuréticos).
La explicación es fácil de comprender. El agua no tiene componentes nutricionales, apenas algún mineral. Pasa muy rápidamente por el sistema digestivo y, por tanto, el cuerpo tiene menos tiempo de retenerla y que llegue al torrente sanguíneo y a las células.
Por qué hay dudas científicas
Estos datos no hacen sino corroborar otros estudios previos. El más famoso es de hace ocho años, lo llevaron a cabo profesores de la facultad de Ciencias de la Salud y el Deporte de la Universidad de Loughborough (Inglaterra). Allí, sin apenas diferencias, también destacaron la capacidad de hidratación de la leche entera y la descremada por delante del agua.
Entonces ¿por qué no recomendar más hidratación con leche o bebidas isotónicas? En primer lugar porque no es saludable beber tanta leche, solo por hidratarnos. En cuanto a las bebidas isotónicas, tienen un exceso de azúcar que puede causar más problemas que beneficios. Aun así, ya hacen campañas de publicitad para deportistas destacando sus propiedades frente al agua natural.
Pero hay otro factor más significativo. Los médicos y nutricionistas no acaban de creerse los estudios que avalan la leche como gran hidratante. Lo dejó claro el doctor y profesor de Harvard Rober Shmerling en un artículo. Le pone a esto estudios varios problemas:
- Hay pocos participantes. En el de Loughborough fueron 72 deportistas. En el otro hubo más pero también había más bebidas para comprobar.
- La medición. La orina no es más que una de las maneras de medir la hidratación. No es completa. “Tampoco es la mejor”, puntualiza el doctor Shmerling.
- Se forzó el cuerpo. Para hacer la prueba los voluntarios hicieron ejercicio muy intenso y con mucho calor. “Los resultados pueden ser diferentes en actividades menos extremas”, añade el médico.
- Las diferencias son mínimas. Los resultados tienen un margen de error y las diferencias entre todas las bebidas son muy pequeñas. De hecho, entre los dos tipos de leche, normal y desnatada, apenas se contabilizó diferencia. Es más, en un estudio salió primero la normal y en el otro la desnatada.
Los médicos aconsejan tomar agua
Además de las dudas científicas razonables hay un factor aun más importante. El sentido común. Los participantes de estos estudios bebieron mucha leche para saciar su sed e hidratarse. Eso supone que llegaron a tomar un aporte cercano a las mil calorías. Es una barbaridad. No es lógico. Puede ser aceptable en un experimento, no como consejo poblacional.
No te obsesiones con la hidratación si no eres un grupo de especial riesgo. Los ancianos y los niños, por ejemplo, que muchas veces olvidan beber, han de estar en el punto de mira. Especialmente en las olas de calor hemos de estar encima de ellos para recordarles que beban.
El resto de población, con un sistema maduro y efectivo, hemos simplemente de escuchar al cuerpo. “Beber cuando tenemos sed es todavía la forma más adecuada de hidratarnos”, recuerda el doctor Shmerling. No es necesario tener una botella en la mano y llevarla a todas partes.
Este especialista de Harvard intuye que son las campañas de marketing de las compañías que comercializan agua y otras bebidas las que están incentivando esta obsesión por estar permanentemente hidratados. Si bebes mucho, lo que harás es dar trabajo extra a tus riñones.
“Hasta que haya evidencias más convincentes de que existe una ventaja real para la salud hidratarse con leche sobre el agua, seguiré con el agua”, concluye este especialista.