Envejecer es inevitable, llevarlo mejor o peor es lo que está en nuestra mano. Todos queremos vivir muchos años acompañados de buena salud, pero todo ello viene determinado por factores modificables y no modificables. Según los expertos, los no modificables vendrían a ser aquellos factores que nos vienen preestablecidos, como la genética. Por otro lado, los modificables pertenecen a nuestro estilo de vida, como la dieta, el ejercicio, el control del estrés, el consumo de alcohol o el tabaco.
¿Cuál de todos estos influye más en el envejecimiento? Neil Paulvin, médico especializado en longevidad y medicina regenerativa, declara que, según su propia experiencia, hay un error muy común que te hace envejecer más rápido que ninguno.
DORMIR MAL, ENVEJECER PEOR
Neil Paulvin asegura que la mala calidad del sueño es uno de los errores que más nos perjudican a la hora de hacernos mayores. En España, este problema afecta en gran medida a sus habitantes, ya que según la Sociedad Española de Neurología (SEN), entre un 20% y un 48% de la población adulta de nuestro país tiene dificultad para iniciar o mantener su sueño.
"Dormir de siete a ocho horas por noche ayuda a mejorar la salud celular y tisular, la función cognitiva, la inmunidad, los niveles de energía y el metabolismo. Mientras que la falta de sueño puede causar una variedad de problemas de salud, como presión arterial alta, depresión, obesidad, derrames cerebrales, diabetes y enfermedades cardíacas", explica Neil Paulvin en un artículo publicado en CNBC.
Factores como la temperatura, el ruido, la luz o el uso de dispositivos móviles, entre otros, desempeñan un papel significativo a la hora de tener una buena calidad de sueño, confirma la SEN. Esto significa que, en la mayoría de ocasiones, son los factores externos los que más perjudican nuestro descanso.
Esto afecta al envejecimiento, ya que durante el sueño todo el organismo aprovecha para repararse.Por eso es tan importante que aseguremos un buen descanso.
LA APARICIÓN DE ARRUGAS prematuras
Seguro que has notado en más de una ocasión que una mala noche se refleja en tu rostro al día siguiente. Esto se debe a que, tal y como explica el experto, "la falta de sueño podría afectar a la calidad y resistencia tanto del colágeno como de la elastina, lo que puede provocar arrugas y laxitud o flacidez de la piel". Es decir, la piel de nuestro rostro está compuesta de varias proteínas, incluidos el colágeno y la elastina, que son las responsables de mantenerla firme y tersa a medida que envejecemos. Estas pueden verse alteradas si no descansamos correctamente.
adiós memoria y concentración
Los estudiantes lo tienen más que comprobado: si la falta de sueño se convierte en algo constante y se duermen menos horas de las que se necesitan, se reducen las capacidades mentales. "A largo plazo, los problemas de sueño pueden provocar un mayor riesgo de deterioro cognitivo, pérdida de la memoria y enfermedad de Alzheimer", declara el Dr. Paulvin. Si nuestro no es reparador, el cansancio se vuelve inevitable y la factura puede ser mayor.
Bajan las defensas
Los estudios tienen más que comprobado que un sueño de mala calidad afecta a la eficacia del sistema inmunitario para combatir patógenos. Por supuesto, también es más tardía la recuperación de dichas enfermedades. "Durante el sueño, nuestro sistema inmunológico produce células que ayudan al cuerpo a combatir los patógenos que pueden enfermarnos. Al final de un ciclo de sueño, las células migran a partes del cuerpo donde son necesarias", asegura el médico experto en longevidad.
CÓMO DORMIR MEJOR
Estas son algunas de las recomendaciones para mejorar la calidad del sueño:
- Ajusta la intensidad de la luz: Regula la luminosidad del espacio para ayudar a tu cuerpo a reconocer la llegada de la noche. La luz intensa antes de dormir puede retrasar la liberación de melatonina (la hormona del sueño). Tu habitación debe estar oscura mientras duermes.
- Reduce las pantallas: Las luces LED azules, como la del móvil, afectan a la producción de melatonina. Evita el uso de pantallas antes de dormir. Como alternativas, existen softwares que reducen la luz azul en dispositivos o bombillas LED cálidas.
- Vigila la temperatura: Una habitación más fresca favorece el sueño. Lo ideal es que esté a unos 18ºC para facilitar la disminución de la temperatura corporal.
- Marca un horario fijo: Establece una rutina para dormir y despertar, incluso los fines de semana. La regularidad en los horarios de sueño te asegura un buen descanso.
- No te quedes dando vueltas en la cama: Si no puedes conciliar el sueño a los 20 minutos, levántate y realiza actividades relajantes. No te quedes despierto en la cama, lo mejor que puedes hacer es salir para volver a generar la presión de sueño. Dar vueltas en la cama solo aumenta el insomnio.
- No hagas ejercicio nocturno: La actividad física cansa y mejora el sueño, pero si lo haces antes de acostarte puede activarte demasiado. Realiza ejercicio al menos tres horas antes de dormir.
- Reduce el estrés: Practica técnicas de relajación como la respiración 4-7-8 y la relajación muscular. Visualiza y siente entornos apacibles para calmar la mente antes de dormir.
- No pospongas el despertador: Si te despiertas a la misma hora todos los días te permitirá mantener un ritmo natural. Elimina la función de repetición del despertador para evitar interrupciones abruptas del sueño.