A lo largo del día nuestro cerebro recibe miles de datos, algunos importantes y otros totalmente inútiles. ¿Para qué vas a recordar la matrícula de cada coche que te cruzas? Por eso, afortunadamente, la mayoría de esa información no deja una huella en nuestro cerebro.
Otras veces, queremos que sí se nos queden nombres, datos o hechos importantes. Pero luego no hay manera de recordarlos. No has de preocuparte. Es habitual que con los años también perdamos con más facilidad parte de la información que reteníamos. Eso no es señal de ninguna enfermedad.
De todas formas, los recuerdos no son más que conexiones neuronales que se recuperan. Para hacer estas conexiones nuestro cerebro utiliza unas estrategias. Y podemos ayudar a nuestro cerebro reforzando estas estrategias y que las conexiones sean más fáciles.
A recordar también se aprende
Esto es lo que nos propone la neurocientífica Lisa Genova, doctorada en Harvard en Biopsicología y que se ha especializado los últimos veinte años en investigar los problemas de memoria. La memoria puede entrenarse como entrenas otras habilidades.
Un actor de teatro retiene mejor los textos que la mayoría de nosotros. Y puede tener igual capacidad de memoria que nosotros. La diferencia es que lleva años especializándose en retener diálogos y en crear reglas que le permiten recordar las frases exactas y en un determinado orden.
Como este actor te diría, para recordar hay que estar también bien predispuesto. Muchas veces intentamos recordar algo con muchas ganas y cometemos errores. Algo que especialmente los estudiantes deberían tener presente.
Tres errores básico al recordar
Estos son los tres errores básicos que cometemos con más frecuencia:
- Ponerse nervioso. El estrés no ayuda al cerebro. Cuanto más insistes en encontrar ese recuerdo más difícil será. Seguro que te ha pasado que cuando te has relajado, te ha vuelto aquel nombre que habías olvidado.
“El estrés crónico además de hacerte más vulnerable a muchas enfermedades, afecta la memoria y encoge el hipocampo”, señala Genova. El hipocampo es la zona en el interior de nuestro cerebro que más peso parece tener en la memoria.
- No contextualizar. La recuperación de los recuerdos es más fácil y rápida si le ayudamos con el contexto en el que se produjo. Un olor similar, por ejemplo, puede traernos recuerdos. Intenta situarte en el momento que se produjo ese recuerdo. Un alumno que estudió con una música, puede utilizarla justo antes del examen.
- No dormir suficiente. Los recuerdos se consolidan con el sueño. Si no duermes lo suficiente, al día siguiente experimentarás una especie de amnesia. Algunos de tus recuerdos de ayer pueden ser borrosos o directamente se han eliminado.
Siete trucos para memorizar mejor
Más allá de estas advertencias generales, la investigadora Genova ha propuesto una serie de estrategias para que consigamos una mejor capacidad de recordar.
Estos son sus siete trucos de memoria más utilizados:
- Visualízalo. Si creas una imagen mental de lo que intentas recordar, facilitas las conexiones neuronales. Si tienes una memoria visual (recuerdas más imágenes que nombres) intenta poner imagen a esos recuerdos. “Si vas a escribir algo para recordar, escríbelo en mayúsculas o resáltalo con un rotulador o apóyate en gráficos”, aconseja.
- Usa tu imaginación. “Las personas con la mejor memoria tienen la mejor imaginación”, asegura la experta. Si añades al recuerdo imágenes sorprendentes, extrañas o divertidas se quedará mejor. Por ejemplo, si tengo que acordarme de comprar leche y huevos, visualizo a Tom Cruise disfrazado de gallina y ordeñando una vaca. Seguro que esa imagen se me queda más.
- Personalízalo en ti. Es más fácil recordar un detalle relacionado contigo que con otra persona. Intenta asociar el recuerdo contigo, tus opiniones o tu historia personal.
- Ponle emoción. Recordamos mejor las cosas que nos han sorprendido o emocionado. Estas emociones envían un mensaje claro a tu hipocampo: lo que está pasando es importante, recuérdalo.
- Examínate. La repetición y el ensayo fortalecen los recuerdos. Si te vas examinando y obligando a que esos recuerdos vuelvan, lo retendrás mejor que si solo lees algo. Como bien te diría nuestro actor de antes, las memorias se vuelven más fuertes cada vez que las recuperamos.
- Usa señales de recuperación. Intenta acompañar el recuerdo de señales de contexto. Ya hemos mencionado la importancia de un olor. También una fotografía puede hacernos revivir todo un día. Cuantas más señales acompañen a un recuerdo más fácil será recuperarlo.
- Apóyate en herramientas. En nuestra sociedad tenemos un montón de herramientas para activar nuestra memoria. Desde una nota adhesiva a una cinta anudada en el dedo a modernas agendas en el móvil. No creas que estás haciendo trampas o que así empeoras tu capacidad de memoria por usar “chuletas”.
“Nuestros cerebros no están diseñados para recordar hacer las cosas más tarde. Escríbelas”, zanja la especialista.