La práctica continuada de yoga solo trae efectos positivos para la salud física, mental y emocional. A medida que sumamos sesiones, sus efectos se vuelven más y más profundos. Además, cada vez hay más estudios que confirman las bondades de esta disciplina milenaria con respecto a la salud. Sus efectos se aprecian tanto en los músculos, huesos y articulaciones, como a nivel del funcionamiento de los órganos, e incluso, en el estado de ánimo.
Gracias al yoga, sus practicantes cada día se sienten un poco mejor. Una de las cualidades más apreciadas es la de reducir la hinchazón de la barriga. Y es que, aunque no obtendrás resultados "mágicos", sin duda, muchas asanas (posturas de yoga) te ayudarán a reducir la barriga.
Las intolerancias alimentarias, así como una alimentación con exceso de grasas, el sedentarismo o los desajustes hormonales, son algunos de los desencadenantes más comunes. Para hacerles frente, un buen aliado pueden ser las tres asanas que encontrarás a continuación:
APANASANA
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Esta primera postura es especialmente útil para aquellas ocasiones en las que la inflamación abdominal está causada por una mala digestión o por gases.
¿Cómo se hace?
- Túmbate boca arriba sobre una esterilla.
- Inhala profundamente y, al exhalar, lleva las rodillas hacia el pecho.
- Abraza tus rodillas con los brazos y mantén la postura.
- Puedes balancearte suavemente de lado a lado para masajear la zona lumbar mientras mantienes la postura.
- Mantén la postura durante un par de minutos, respirando profundamente.
- Esta primera postura de la rutina es especialmente eficaz dado que, al abrazar las rodillas al pecho, aplicamos una presión suave sobre el abdomen, haciendo que se estimule el movimiento intestinal y facilitando la liberación de gases.
- A esto debemos sumarle la relajación que esta postura genera en los músculos del abdomen, que pueden aliviar el dolor y la tensión que causa este tipo de inflamación.
Setu Bandhasana
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A continuación, esta asana, también conocida como "el puente", estira el abdomen y mejora la circulación sanguínea de la zona, ayudando a reducir la inflamación del área de forma muy efectiva.
¿Cómo se hace?
- Túmbate sobre una esterilla con las rodillas dobladas y las plantas del pie apoyadas en el suelo. Tus pies deben estar alineados con el ancho de tus caderas. Coloca los brazos a los lados del cuerpo, con las palmas hacia abajo.
- Inhala y, al exhalar, levanta las caderas hacia el techo, manteniendo los muslos en paralelo.
- Mantén la postura durante un minuto, respirando profundamente. Si no puedes aguantar el minuto completo, no pasa nada. Irás mejorando a medida que practiques.
- Para salir de la postura, baja lentamente las caderas mientras exhalas. Intenta apoyar las vértebras una a una.
En esta postura conseguimos varias cosas. Para empezar, al elevar las caderas, se promueve una mejor circulación sanguínea en la zona abdominal, llevando más oxígeno y nutrientes a los órganos digestivos para que puedan hacer mejor su función y eliminen toxinas.
Además, esta postura estira la pared abdominal, lo que puede ayudar considerablemente a aliviar la presión y la acumulación de gases en el tracto digestivo. Para acabar, esta postura activa el sistema nervioso parasimpático, lo cual induce a una sensación natural de relajación y calma que puede reducir el estrés, elemento clave en muchos problemas digestivos que causan inflamación abdominal.
SUPTA BADDHA KONASANA
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Por último, esta asana promueve la circulación de la zona abdominal, lo cual resulta muy útil para reducir la inflamación.
¿Cómo se hace?
- Túmbate sobre tu espalda.
- Junta las plantas de tus pies y deja que tus rodillas caigan hacia los lados, formando un diamante con las piernas.
- Para estar más cómoda, puedes colocar una almohada o bloque de yoga debajo de las rodillas o tu espalda. Te será especialmente útil si notas que tienes las caderas tensas.
- Coloca las manos sobre el abdomen o extendidas al lado del cuerpo con las palmas hacia arriba, como lo sientas más natural y cómodo.
- Mantén la postura entre 5 y 10 minutos, según tu nivel de flexibilidad, sin llegar a sentir dolor en ningún momento.
- Mientras mantienes la postura, respira profundamente y concéntrate en relajar tu cuerpo y tu mente para finalizar la rutina de yoga en un estado de relajación plena.
Este ejercicio con el que acabamos la rutina de yoga es perfecto para abrir la pelvis y el abdomen, permitiendo una mejor circulación sanguínea en la zona abdominal, lo cual, a su vez, puede ayudar a reducir la inflamación.
Además, la relajación profunda que ofrece esta postura puede ayudar a calmar y estimular los órganos digestivos, mejorando tanto la digestión como la eliminación de gases. Por si esto fuera poco, es una gran postura para la gestión del estrés y la ansiedad que, como mencionábamos previamente, son causantes habituales de la inflamación abdominal. Esta postura puede ayudar a mitigar sus efectos.
Practica siempre con seguridad
La práctica de las asanas (posturas) siempre debería ir acompañada de las instrucciones de un instructor de yoga. Y es que, aunque la mayoría de los ejercicios sean ejercicios sencillos, aptos para todo el mundo, lo cierto es que el riesgo de lesiones siempre está presente. Por eso, es conveniente ir a clases de yoga, sobre todo, cuando todavía se es principiante. Es la manera de evitar molestias musculares, e incluso lesiones.