La verdad sobre el secreto de la piel "sin edad" de las japonesas

Si hay una población de mujeres que crean especial admiración por el cuidado de su piel es la japonesa. Su aspecto mucho más joven incluso en edades avanzadas ha sido la admiración de todo el mundo y hay diversos estudios que han intentado averiguar cuál es el secreto de estos “rostros sin edad”.

Obviamente, es difícil limitarlo todo a un solo factor. Hay una combinación de elementos que coinciden en la población japonesa y que han podido influir. Por ejemplo, el hecho de ser un pueblo bastante aislado durante siglos lo que ha permitido que las virtudes genéticas se conserven. También, el cuidado que ponen en la piel, evitando que les dé el sol en la cara y con unas rutinas diarias de limpieza.

Sin embargo, los estudios que se han llevado a cabo han demostrado que tienen otro hábito que es especialmente beneficioso y que no seguimos en España, aunque poco a poco se está introduciendo.

El secreto de la piel de las japonesas

Este secreto no lo es tanto, porque sus beneficios son bien conocidos desde hace años. Nos referimos a la costumbre de beber té matcha. En la cultura japonesa es una infusión que se utiliza desde hace cientos de años y que forma parte de sus rituales. Las propiedades del té matcha son diversas y todas pueden aportar beneficios para tu aspecto.

Sin embargo, la primera y más importante es que supone una excelente ayuda para afrontar el envejecimiento celular. Este tipo de té es muy rico en polifenoles, una sustancia que se ha demostrado científicamente que es beneficiosa para las células.

Para entender cómo lo consigue hemos de recordar unos potenciales enemigos de nuestras células: los radicales libres. Los radicales libres son moléculas que crean unas reacciones en cadena semejantes a una corriente eléctrica. No son siempre perjudiciales. Ayudan a luchar contra algunos virus. Pero es importante que estén en equilibrio.

La radiación solar, por ejemplo, contiene rayos UV que los fomenta. Si hay un exceso de radicales libres, sus reacciones pueden dañar el ADN de las células (lo que se llama el estrés oxidativo) y acelerar su envejecimiento. Los alimentos con propiedades antioxidantes pueden contrarrestar estos efectos perjudiciales.

Pues bien, el té matcha tiene dos tipos de polifenoles que son de los antioxidantes naturales más potentes: el EGCG y el superóxido dismutasa. El té negro que consumimos en occidente también tiene antioxidantes pero en una concentración menor.

Otros beneficios antiedad del té matcha

Esta excelente infusión tradicional no se limita a proteger las células. Aporta más beneficios para la piel que redundan en una piel de apariencia más joven:

• Cutis más nutrido. Sus componentes ayudan a reducir el colesterol y el azúcar en sangre. Permite que la sangre circule mejor y, por tanto, que toda la piel se nutra sin problemas y se llene de oxígeno.
• Piel más luminosa. El té estimula la renovación celular y la eliminación de las células muertas, todo lo cual redunda en una piel más vital, fresca y juvenil.
• Evita el acné. La piel mejor oxigenada e hidratada reduce el riesgo de acné. Además, el té es antiinflamatorio y ayuda a regular la producción de sebo. El exceso de sebo favorece los granitos. Si a eso sumamos los cuidados de limpieza que practican las japonesas y una dieta equilibrada y baja en grasas, los casos de acné son mínimos.
• La piel no se estresa. Eso es porque este té es menos excitante que otros tipos. Al contrario. Resulta relajante pese a tener también algo de cafeína. El motivo es que tiene una sustancia con propiedades tranquilizantes (la L-teanina) que relaja y hace que la teína se absorba lentamente, sin liberar cortisol (la hormona del estrés).
• Evita la formación de bolsas. Al tener propiedades antiinflamatorias, se reduce la hinchazón que se pueda provocar en las células y se evita la formación de bolsas.

Cómo se prepara un té matcha

Su preparación es sencilla. En la cultura japonesa hay todo un ceremonial que no es necesario imitar completamente. Aquí te vamos a explicar los pasos que siguen ellos para que quede lo más auténtico posible a su sabor original.

Para ello necesitarás un utensilio llamado chasen, que parece una brocha de afeitar pero cuyas cerdas son de bambú. Si no, un tenedorcito o una minibatidora servirán igual.

Se vierte una cucharada de té (un gramo, aproximadamente) en una taza. Se añade agua a 80º y se bate hasta formar espumilla. Si el sabor solo no te convence, se puede añadir leche o bebidas vegetales.

Los estudios científicos han constatado que una taza de té matcha al día es suficiente para disfrutar de sus beneficios.

El té matcha también se incluye en diversos preparados de belleza y tratamientos de la piel para que sus beneficios lleguen directamente a la dermis a través de cremas y serums.