Los gestos que recomienda el Dr. Vicenç Riambau, cirujano vascular, para aliviar las piernas cansadas y las varices en verano

Notar las piernas pesadas en verano es habitual. Pero puedes reducir esta y otras molestias, como la hinchazón y el hormigueo, con pequeños y sencillos gestos.

Eva Mimbrero
Eva Mimbrero

Periodista especializada en salud

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Caminar por la playa alivia las pesadez de piernas. 

ISTOCK

Cuando los días calurosos se suceden, muchas de nosotras notamos las piernas como si hubiéramos pasado una hora corriendo, aunque hayamos recorrido unos pocos metros o no nos hayamos levantado de la silla. A las venas de las piernas les ocurre algo muy parecido, salvando las distancias, a lo que pasa con las puertas de madera en verano: las altas temperaturas las ensanchan. Eso provoca que el esfuerzo que tienen que hacer para llevar la sangre de nuevo hacia el corazón sea mayor que en los meses en los que hace más frío. No podemos modificar el clima, pero sí lograr que esa dilatación venosa y las molestias que conlleva sean mucho menos tediosas.

El secreto para conseguirlo es que las válvulas que hay en el interior de las pantorrillas no se debiliten e impulsen la sangre con fuerza hacia arriba. Hay muchas maneras de lograrlo, tanto si los síntomas son leves como si ya existe una insuficiencia venosa o varices visibles.

No pases mucho tiempo sin moverte

"A las venas les cuesta más mover la sangre que a las arterias, que transmiten el impulso del corazón a través de sus latidos. Ocurre porque tienen menos presión y son un poco más pasivas y lentas en su circulación, que no se activa hasta que no movemos las piernas. Por eso, un estilo de vida sedentario las perjudica tanto", explica el doctor Vicenç Riambau, Jefe del Servicio de Angiología y Cirugía Vascular del Hospital Clínic y uno de los angiólogos más reputados del país.

Los sistemas venoso y linfático están muy relacionados. Pero mientras que las venas tienen paredes y válvulas que hacen que la sangre se impulse hacia arriba, el sistema linfático (que regula los líquidos del cuerpo) no lo tiene tan fácil para propulsarse por sí mismo. La linfa circula paralela a las venas para aprovechar su impulso, activado por los músculos de talón y pantorrilla. Por eso, cuando mejora el sistema venoso lo hace también el linfático; y si ya hay insuficiencia venosa, suele haber igualmente retención de líquidos.

Cuando el único síntoma es la pesadez

La tendencia a sentir las piernas cargadas es uno de los peajes que nos ha dejado la evolución. “La única especie animal a la que le salen varices es la humana. Ni siquiera los pesados elefantes las tienen”, nos cuenta el doctor Riambau. La diferencia está en que nosotros soportamos todo el peso solo sobre dos extremidades, no sobre cuatro como la mayoría de mamíferos. Eso hace que se sobrecarguen.

Conviene anticiparse a la llegada del calor sofocante. Si sabes que cada verano aumenta tu pesadez de piernas, no esperes a los días en los que los termómetros están más disparados para tomar medidas. “Hay que prepararse para cuando llegue el calor más intenso porque, si lo afrontas con tu peso ideal y con una musculatura tonificada, esas piernas estarán en mejores condiciones para hacer frente a los calores”, remarca el experto. Y si no has llegado a tiempo y la pesadez aparece sin otros síntomas de insuficiencia venosa (dolor, picor, hormigueo...), intenta seguir las recomendaciones siguientes para lograr alivio.

1. Moviliza las piernas nada más despertar

Dedicar unos minutos cada mañana a un ejercicio tan sencillo como pasar el peso de la punta del pie al talón es muy recomendable. En caso de pesadez leve, puede ser suficiente para aliviarte, siempre y cuando seas constante.

Si pasas muchas horas de pie o sentada, repite el movimiento de punta-talón más a menudo. Para el doctor Riambau lo ideal sería hacer una serie de 10 repeticiones cada hora. Solo tardas menos de medio minuto pero los beneficios son inmensos.

2. Camina descalza por casa, en la playa...

“Hacerlo puede ser una buena medida preventiva y método de alivio, siempre y cuando no existan alteraciones estructurales, como tener los pies planos o con mucho arco”, nos cuenta la fisioterapeuta Ainhoa Uria, experta en patologías venosas.

Las válvulas internas se activan y los músculos se fortalecen. “Caminar descalzos o con calzado tipo barefoot (respeta la forma natural del pie, que parece que vaya desnudo) permite que la red venosa plantar y la bomba gemelar se activen, estimulando la circulación de retorno y permitiendo un movimiento libre, sin restricciones”, remarca la especialista. Y todo eso favorece que la musculatura de pies, tobillos y pantorrillas se refuerce en caso de pesadez leve. Si ya hay presencia de varices, hormigueos y dolor, conviene usar un calzado con un tacón de entre 3 y 4 cm, que ayuda a que la circulación en la planta del pie mejore.

3. Elige muy bien la ropa que te pones

La ceñida, tanto exterior (por ejemplo, unos tejanos ajustados) como interior (las fajas y también los calcetines que dejan marca), provoca que la sangre deba hacer un esfuerzo extra para ascender. Si acostumbras a llevarla, tal vez este sea el origen de tu pesadez de piernas al final del día.

Elige mejor prendas holgadas y de tejidos frescos, como el lino o el algodón. Al ser transpirables y ligeras, favorecen que pases menos calor y, con ello, las venas no se dilatan tanto.

4. Lograr alivio al final del día

Los más calurosos, llena un barreño con agua fría y sumerge pies y tobillos entre 5 y 10 minutos. La baja temperatura del agua facilita la contracción venosa y combate la pesadez.

Usa la ley de la gravedad a tu favor. Túmbate en la cama o en una esterilla, eleva las piernas y aplica una crema refrescante. Cuando acabes, apóyalas en alto 15 minutos. 

Si notas hormigueo y hay varices pequeñas

Cuando las varices están ya presentes, lo habitual es que la mala circulación en las piernas no solo provoque pesadez en verano, sino todo el año. El entumecimiento y el hormigueo, debido a que la sangre se estanca en ellas y no recorre bien todas las piernas, son también frecuentes. “Las varices no son más que venas dilatadas, en las que la dirección de la presión de la sangre cambia: pasa de ir de abajo arriba y de fuera a dentro a ir de arriba abajo y de dentro a fuera, engrosándolas”, puntualiza el doctor Riambau. Suelen tener un color entre azulado y verdoso y están situadas justo debajo de la piel, por eso es fácil verlas. 

  • Para combatir los síntomas de las varices pequeñas, o reticulares, hay que incidir un poco más en el cambio de hábitos. Por ejemplo, acordarse de repetir el movimiento de punta-talón al mediodía y por la tarde. Desde el Hospital Clínic recomiendan, además, descansar con las piernas levantadas 2 o 3 veces durante la jornada, y dormir con los pies elevados unos 10 cm (si tu cama no es regulable, pon un cojín entre el colchón y la sábana bajera). Pero también encontrarás alivio si sumas estas otras estrategias a tu plan antihinchazón.

Muévete, como mínimo, una hora al día

Sumar 60 minutos de actividad física a diario puede ser suficiente para mantener el sistema venoso activo, según el jefe del Servicio de Angiología y Cirugía Vascular del Hospital Clínic. Y lograrlo no es tan complicado como parece: basta con hacer tus trayectos a pie siempre que puedas y complementarlo con algún otro tipo de deporte que te guste. 

“Los ejercicios más adecuados son los que ayudan tanto a la planta del pie como a la musculatura de las pantorrillas a contraerse, y también los que se realizan a favor de la gravedad. Por ejemplo, caminar, nadar, hacer pilates o yoga, ir en bici o los ejercicios de fuerza de bajo impacto”, explica Ainhoa Uria. “No deben ser de alto impacto ni implicar movimientos bruscos porque podrían causar hemorragias y dañar aún más las válvulas debido a las variaciones de presión”, matiza. Ejemplo de ejercicio inadecuado serían las actividades con saltos, como las clases de step, y también deportes como el tenis o el squash.

Hidrátate bien y sé cauta con la sal

No beber el suficiente líquido por temor a que las piernas se hinchen más es un error frecuente. Una correcta ingesta de agua en verano (unos 2 litros las mujeres, y 2,5 litros los hombres, recomienda la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria) evita que la sangre se espese. Y esto reduce el riesgo de que se acaben formando trombos en las venas, que pueden ser peligrosos. Eso sí, es importante que este consejo siempre vaya acompañado de una reducción del sodio que se toma.

“Un exceso de sal puede hacer que retengas líquido en las piernas”, afirma el flebólogo. Este mineral es muy absorbente y actúa como una especie de esponja con los líquidos, transportándolos y acumulándolos en los tejidos. “Las piernas no se van a hinchar por beber agua, pero si hay predisposición, tomar mucha sal sí que va a hacer que se hinchen”, remarca. La OMS recomienda menos de una cucharadita al día. Para cumplirlo, además de no abusar del salero (reemplazándolo, por ejemplo, por especias), es importante fijarse en las etiquetas de procesados y precocinados y descartar los ricos en ella (que son la mayoría).

Medias de compresión para el verano

Gracias a su efecto empuje, tu pesadez puede aliviarse muchísimo.

  • Las hay especiales para el calor. “Son las que llevan recubrimiento con hilo de plata, que refresca la pierna”, apunta el experto del Clínic.
  • Empieza por las de clase 1. Hay 4 clases, en función de cuánta presión hagan en la parte baja de la pierna. Para el Dr. Riambau “es mejor empezar por la más flojita y ponérsela, que comprar una de clase 2 y que se quede en el armario”.
  • Acude a un centro especializado antes de comprarlas. “Es importante que un técnico cualificado te mida la circunferencia de tobillo y pantorrilla para escoger la talla adecuada. Él mismo puede explicarte cómo ponértelas, porque al principio colocarlas cuesta un poco. Tienen que quedar algo cortas, unos cuatro dedos por debajo de la rodilla, para que no se claven por detrás y dañen la circulación en lugar de beneficiarla”, aclara Riambau.