El ingrediente básico de la cocina española que reduce la hinchazón y elimina los gases

En la cocina mediterránea podemos encontrar multitud de hierbas y condimentos con propiedades saludables, pero hay una que destaca por su potente efecto antiinflamatorio y porque mejora la digestión. No olvides usarla en tus platos.

Diana Llorens
Diana Llorens

Redactora especializada en salud, nutrición y bienestar

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laurel

Es rica en compuestos antiinflamatorios y mejor a la digestión.

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La inflamación o hinchazón forma parte del proceso natural de curación de nuestro cuerpo frente a una enfermedad o lesión. Sin embargo, si se mantiene en el tiempo (lo que se conoce como inflamación crónica) puede llegar a causar enfermedades graves. Factores como una alimentación rica en grasas y azúcares o la obesidad contribuyen a la inflamación. Por el contrario, una dieta saludable puede ayudar a evitarla.

La cocina mediterránea es, de acuerdo con el prestigioso ránking anual de US News and World Report, la más saludable que existe, y está llena de nutrientes que ayudan a combatir la inflamación. Es rica en frutas y verduras, pescado, frutos secos, cereales integrales, así como en condimentos y hierbas, muchos de ellos con numerosos beneficios para la salud. Uno en particular, muy utilizado en nuestras cocinas, es muy útil para reducir la hinchazón y, además, mejora la digestión y reduce los gases. ¿Te imaginas de cuál hablamos?

Una hierba con gran poder antiinflamatorio

Se trata de una hierba rica en compuestos activos (taninos, flavonoides, alcaloides…) que le otorgan un potente efecto antiinflamatorio. Hablamos del laurel, una planta aromática muy presente en el litoral y prelitoral de la península Ibérica, y que es una de las más características de nuestra cocina.  

De acuerdo con un estudio de 2010 que analizó diversos frutos, hierbas y especias, el laurel tendría el segundo puesto entre los más antiinflamatorios, solo superado por el ají (también conocido como chile o guindilla), un condimento picante muy usado, por ejemplo, en las cocinas mexicana y peruana.  

Mejora la digestión y alivia los gases

Los beneficios del laurel no se quedan solo en su efecto antiinflamatorio, tiene muchas otras bondades que conviene tener en cuenta:

  • Mejora la digestión: aumenta la secreción de jugos gástricos y los movimientos intestinales, con lo que ayuda a la digestión y reduce la formación de gases.
  • Potencia las defensas, gracias a su contenido en antioxidantes.
  • Reduce la sensación de hinchazón abdominal y calma los espasmos estomacales.
  • Alivia la congestión nasal: inhalar los aromas del aceite esencial de laurel ayuda a desinflamar los senos nasales y a respirar mejor.

Los riesgos de la inflamación

Tal vez te preguntes por qué es tan importante evitar la inflamación en nuestro cuerpo. Veamos primero en qué consiste la inflamación y qué tipos hay. Lo primero que hay que tener claro es que la inflamación es la respuesta natural de nuestro sistema inmunitario frente a una lesión, enfermedad o sustancia tóxica o nociva. Puede ser algo puntual (inflamación aguda), que se caracteriza por el enrojecimiento y la hinchazón en la zona donde ha habido la lesión; o alargarse en el tiempo (inflamación crónica).

Es este último tipo de inflamación, la crónica, la que resulta especialmente perjudicial porque al no provocar síntomas evidentes o distintivos a menudo para desapercibida (al menos al principio), pero va dañando las células, tejidos y órganos sano, y a la larga puede provocar enfermedades graves como demencia, diabetes, enfermedades cardíacas o incluso el cáncer, además de tener un papel importante en enfermedades como la artritis reumatoide o el asma.

Sentir malestar general, dolor muscular o articular, problemas de sueño, problemas digestivos o fiebre de bajo grado son algunas de las señales que nuestro cuerpo nos manda cuanto tenemos inflamación crónica (aunque pueden deberse también a muchos otros trastornos). Si los notas con frecuencia, consulta a tu médico.

Cómo usar el laurel en la cocina

El laurel cuenta con la ventaja de ser muy versátil en la cocina: puedes incluirlo en guisos, sopas, arroces... Al utilizar las hojas en preparaciones que requieren una cocción lenta se va liberando poco a poco su delicado sabor que realza el gusto de cualquier plato. Recuerda retirar las hojas antes de servirlo, pues además de ser duras tienen un sabor picante si se muerden.

LAUREL

El laurel tiene propiedades antiinflamatorias, diuréticas, antioxidantes y digestivas.

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También puedes tomar el laurel en infusión: solo tienes que calentar un vaso de agua, poner un puñadito de hojas y esperar unos minutos a que infusionen.

Otras hierbas que combaten la inflamación

Además del ají y el laurel, que como hemos visto antes, son las hierbas o condimentos más antiinflamatorios, hay otros que puedes añadir a tus platos y que, además de aliviar la hinchazón, les darán un sabor delicioso. Además, tenemos la suerte de que muchos de ellos son habituales en la cocina mediterránea:

  • Albahaca: rica en vitaminas A y K, calcio, magnesio y hierro, es imprescindible en platos de pasta y pizzas.
  • Pimienta negra, un potente antioxidante que forma parte de infinidad de recetas.
  • Regaliz, una raíz muy útil para aliviar las molestias digestivas. Eso sí, las personas con hipertensión no deben abusar de ella porque puede subir la presión arterial.
  • Nuez moscada, una especia muy aromática, que se ha usado tradicionalmente para aliviar la indigestión y para mejorar el estado de ánimo.
  • Orégano, otro imprescindible en los platos de pasta y la pizza (y muchísimos otros platos), al que se le atribuyen propiedades antibacterianas y antioxidantes.
  • Tomillo, una planta muy aromática que, además de en la cocina, se usa en vahos y friegas para aliviar la congestión nasal y otros síntomas del catarro.  

Otras claves para reducir la inflamación

Además de seguir una dieta sana, como la mediterránea, y de incluir las hierbas que hemos mencionado, hay otros cambios en el estilo de vida que te ayudarán a reducir la inflamación crónica:

  • Aprende a gestionar el estrés, pues es uno de los factores que más favorecen la inflamación. Técnicas de relajación como el mindfulness o la meditación resultan muy útiles.
  • Practica ejercicio: yoga, pilates, correr… escoge el que más te apetezca y practícalo con regularidad.
  • Duerme las horas suficientes, entre 7 y 9 cada noche.
  • Abandona el tabaco y el alcohol.