La limpieza del inodoro es uno de los aspectos en los que intentamos poner más atención. Ir a un sitio donde el váter está sucio ya es una mala señal de su higiene. El problema es que no siempre basta con una escobilla y una bayeta.
Con el paso del tiempo, en el fondo del váter pueden aparecer unas manchas, a veces negruzcas, marrones o amarillas, y que persisten pese a que lo hemos limpiado. Si no en tu casa, seguro que lo habrás visto en apartamentos de vacaciones o locales comerciales.
Por qué aparecen manchas en el wc
Si limpias el inodoro asiduamente, lo normal es que no se vayan formando este tipo de manchas. Lo correcto es que lo limpies al menos una vez por semana a fondo. Y que todo la familia esté instruida para saber usar la escobilla y dejarlo igual como lo han encontrado cada vez que entran.
No obstante, a veces es casi imposible evitar la aparición de estas manchas, que no siempre están relacionadas con una falta de higiene. La prueba es que incluso una vez limpiado, estas manchas siguen ahí.
- La mayoría de veces las manchas amarillas son resultado de la acumulación de minerales que se van quedando en la taza del váter. Otras veces son productos de las sales (el sarro) que aportan el agua de la cisterna.
- Las manchas negras son más el resultado del moho provocado por la humedad y la falta de una limpieza periódica. Por eso es más usual encontrarlas en pisos de alquiler. También la cal del agua puede facilitar la aparición de estas manchas.
No suelen suponer un peligro grave para la salud, pero pueden provocar alergias y también denotan falta de cuidado, así que manos a la obra. Lo primero es que te pongas unos guantes.
Evita estos productos al limpiar el váter
En el mercado se comercializan numerosos productos para la higiene del váter. Primero de todo hay que decir que, pese a la creencia general, el váter no suele ser la parte de la casa con más bacterias. Como se tira agua a menudo y es una superficie lisa, no hay tanto riesgo.
No obstante, todos queremos que esté limpio. Los comerciantes lo saben y ofrecen sus limpiadores y perfumes. Sin embargo, la OCU ha alertado que no todos son recomendables.
La organización de consumidores recuerda que suelen ser especialmente fuertes y contienen más activos ácidos. Además, los que se instalan en la taza para que vayan dosificándose cada vez contienen perfumes y colorantes poco ecológicos que contaminan el agua, un agua que no se evapora, sino que va a parar al mar.
También debes tener cuidado al mezclar productos, pensando que ganarás en poder limpiador. Sobre todo si no sabes qué utilizas. Si el producto tiene cloro, es un compuesto que en contacto con otros productos, por ejemplo uno que tenga ácido clorhídrico o amoníaco, produce una reacción química y expulsa gases tóxicos.
Otras mezclas tóxicas son cloro con agua oxigenada, con alcohol e incluso con limón. Pero no desesperes. Hay otras opciones caseras, eficaces y seguras.
Los mejores métodos para limpiar el váter
Lo primero para limpiar bien a fondo el váter y quitar esas manchas es intentar que quede la menor cantidad posible de agua en el fondo. Es la manera de que el producto no quede diluido y actúe más eficazmente.
Te proponemos cinco soluciones de limpieza caseras y efectivas
- Bicarbonato y agua oxigenada. Mezclas cien gramos de bicarbonato con dos cucharas soperas de agua oxigenada (puedes agregar unas gotas de zumo de limón para mejorar la efectividad). Aplica sobre las manchas con un paño. Déjalo unos veinte minutos y tira de la cadena.
- Vinagre y bicarbonato. Las manchas amarillentas son semejantes al sarro que se acumula en los dientes. Puedes porbra con esto: imprégnalas de vinagre (100 ml.) con bicarbonato (2 cucharadas) y deja que actúe toda la noche. El vinagre limpia y el bicarbonato blanquea. Limpia al día siguiente con un cepillo con jabón.
- Vinagre y zumo de limón. Otro combinado efectivo, a base de echar el zumo de un limón en media taza de vinagre. Se va frotando las manchas con un estropajo bañado en la mezcla.
- Piedra pómez. Si no se va y hay que rascar bien, prueba con la piedra pómez. Es la última opción porque puede rayarnos el esmalte de la taza. Primero mójala para que se no sea tan dura. Y no la uses si la taza es de mármol o plástico, solo si es porcelana.
- ¿Una botella de refresco de cola?. Extraño pero popular, este método circula mucho por las redes sociales. Se vierte este refresco en la taza hasta que cubre las manchas. Se dejar actuar durante media hora y se pasa el cepillo.