La manera de vivir japonesa despierta envidia y recelos por igual. Es una cultura que ha mostrado sus cualidades. Son aplicados, lo que les ha llevado a convertirse en una de las grandes potencias económicas mundiales. Y tienen unos hábitos de vida muy sanos, razón por la que se encuentran entre las personas con más esperanza de vida.
Esta supeditación al esfuerzo colectivo frente a la individualidad extraña en la cultura occidental, en general más independiente. A ello se suma otro dato que ha sorprendido. Las pocas horas que duermen, cuando todas las recomendaciones médicas se centran en un buen descanso. ¿Cómo es posible?
En qué países se duerme menos
Una macro investigación global liderada por la Universidad de Singapur sobre los horas de sueño ha revelado este dato. Los japoneses duermen de media menos que los europeos o que los americanos. El dato se ha extraído después de analizar las pautas de sueño de 220.000 personas, escogidas de entre 35 países.
La mayoría eran trabajadores de entre 30 y 55 años. Los investigadores vieron que la media de sueño en todo el mundo es de 8 horas y 24 minutos. Sobrepasa ligeramente las estadísticas que teníamos hasta ahora y que consideran que una persona para mantenerse sana y activa de media ha de dormir entre siete y ocho horas.
Los resultados reflejaron que en Asia tienen un sueño más corto y también se van a dormir más tarde que en Europa, Norteamérica y Oceanía.
En este contexto, el caso de Japón es significativo, porque su media de sueño es de 7 y 22 minutos. Además es uno de los países donde se vio más diferencias entre habitantes. Había un porcentaje significativo que incluso dormían seis horas.
Cómo se explica el sueño japonés
Los datos de este estudio, llevado a cabo en 2023, coinciden con investigaciones previas que también señalaban las pocas horas de sueño de los japoneses. Y no parece pasarles factura a nivel de salud.
En general los nipones son un pueblo que se consideran feliz y que tienen un buen despertar. Una película reciente, ‘Pefect days’, pese a ser una ficción, refleja este optimismo vital y la manera en la que los japoneses amanecen cada día.
Ya fuera de la ficción y basándose en los hechos estadísticos, los investigadores han considerado tres posibles explicaciones:
- El sueño se recupera el fin de semana. En la investigación separaron las horas que se dormían los días laborables y de descanso. Vieron que muchas personas recuperaban parte del sueño el fin de semana. No obstante, en Japón esa diferencia de horas no fue tan evidente.
- La calidad del sueño. Se puede compensar la falta de horas con un sueño más profundo y reparador. Los japoneses llegan más cansados y duermen más intensamente aunque sea menos horas. Una explicación parcial, pues otros estudios previos no vieron mejor calidad del sueño en los japoneses.
- La siesta japonesa. Una costumbre extendida es el ‘inemuri’, dormirse por un periodo breve. Es una práctica muy aceptada. Lo hacen en cualquier sitio: en bares, transporte público e incluso en el trabajo. Hay estudios que sí han avalado este descanso como muy efectivo para mejorar la productividad.
La otra cara del sueño japonés
Los investigadores no tienen claro que estas explicaciones apoyen la longevidad y productividad japonesa. En todo caso, creen que otros factores de vida, como una dieta sana y variada, y la práctica de ejercicio y técnicas de relajación pueden estar compensando la falta de sueño.
"El sueño es un problema importante que hay que abordar, especialmente para las personas que viven en Asia, que parecen dormir menos que otras regiones del mundo”, ha explicado el profesor Michael Chee, uno de los autores del estudio.
Tampoco consideran que el sueño se haya de tratar de forma efectiva de una manera global. Depende de la actividad de cada persona y de la edad. Un joven que tenga un trabajo muy físico va a necesitar más tiempo de sueño para reponerse que un adulto de 50 años que tiene un trabajo sedentario.
En Japón además hay que tratar un tema puntual: el ‘karoshi’ o muerte por exceso de trabajo. Pese a que son casos muy específicos, se están dando este tipo de casos en los que la falta de sueño y agotamiento han costado la vida al trabajador.
Es una señal de que la cultura del trabajo intensivo japonesa tiene su lado oscuro y también debe estudiarse con detenimiento.