Cumplir años debería ser siempre motivo de alegría. Con la edad ganamos sabiduría y experiencia, y aprendemos a poner nuestros límites y a vivir la vida tal y como queremos. Sin embargo, el paso a determinadas décadas supone un reto especial. Es el caso de los 50, una edad en la que las mujeres suelen experimentar bastantes cambios, tanto a nivel físico como emocional.
Si bien es cierto que unos cinco años antes de la menopausia (que suele ocurrir, de media, a los 51 años), las mujeres ya empiezan a notar ciertos cambios en su cuerpo, es a partir de los 50 cuando se hacen más evidentes. Conviene prestarles atención para evitar que afecten a la salud o al bienestar.
1. Te cuesta más recordar las cosas
El descenso de los niveles de estrógenos que ocurre con la menopausia puede afectar a las funciones cognitivas y es posible que notes que olvidas más fácilmente de las cosas o te cuesta más concentrarte. También es frecuente experimentar momentos de confusión, lo que se conoce como “niebla mental”.
Mantener la mente activa es esencial: puedes hacer pasatiempos, leer, meditar, apuntarte a cursos de temas que te interesen… También debes tener en cuenta que factores como el estrés o el cansancio pueden empeorar los problemas de memoria, con lo que conviene que duermas las horas suficientes y busques métodos para relajarte si sufres estrés.
2. Tu piel está más reseca
Los estrógenos estimulan la producción de colágeno, elastina y ácido hialurónico, además de participar en la producción de la melanina y de sebo. Es por ello que, con la bajada de los niveles de estrógenos, la piel se vuelve más fina y propensa a la sequedad.
También el cabello se ve afectado. Disminuye su diámetro y se vuelve más fino y quebradizo. Además, los desequilibrios hormonales pueden comportar la pérdida de cabello.
La hidratación, tanto de la piel como del cabello, es imprescindible pasados los 50. En tu rutina de belleza no puede faltar una buena crema hidratante rica en ingredientes como el ácido hialurónico, la glicerina y las ceramidas, que nutren y humectan la piel.
En lo que respecta al cabello, el uso de champús y acondicionadores hidratantes, así como se mascarillas capilares nutritivas (un par de veces por semana), te ayudará a mantener la humedad en el cabello.
3. El sexo puede doler
Una vez más, el responsable es la disminución de estrógenos, que favorece la falta de elasticidad y la sequedad vaginal. Esto hace que algunas mujeres tengan molestias y dolor durante el coito, lo que puede derivar en un menor deseo sexual. Además, el dolor puede verse acrecentado por el debilitamiento de la musculatura del suelo pélvico debido a los embarazos o partos.
Afortunadamente, hoy en día hay muchas soluciones para mantener una vida sexual activa y satisfactoria durante esta etapa: desde cremas y lubricantes hasta medicamentos que actúan sobre la mucosa vaginal o tratamientos con láser para los casos se atrofia vaginal. Solo tienes que hablar con tu ginecólogo para encontrar la solución más adecuada para tu caso.
4. Tus huesos se debilitan
Tal vez la pérdida de densidad ósea sea uno de los efectos más conocidos de la menopausia, que puede derivar en osteoporosis y un mayor riesgo de fracturas (en especial en zonas como la cadera, la columna o las muñecas).
Además de asegurar el aporte adecuado de calcio a través de la dieta (con alimentos como los lácteos, los frutos secos, las verduras de hoja verde o las legumbres) y mantener unos buenos niveles de vitamina D (tomando un poco de sol cada día) es importante realizar ejercicio físico regularmente. Es especialmente beneficioso el ejercicio de resistencia, equilibrio y pesas. En función de tu densidad ósea, el médico también puede recomendarte medicamentos.
5. Cuesta más perder peso
A partir de la menopausia, es más fácil acumular grasa corporal, en especial alrededor de la cintura. Aunque comas igual que siempre y hagas la misma actividad física, es muy posible que notes un mayor volumen en la zona abdominal, del que cuesta mucho desprenderse.
Mientras que en la etapa fértil los estrógenos indican al cuerpo que acumule grasa en los pechos, los glúteos y los muslos para prepararse para el embarazo, en la menopausia la distribución de la grasa corporal cambia.
La clave para no engordar está en aumentar la actividad física, incluyendo en tu rutina tanto ejercicios de fuerza como ejercicios aeróbicos. También conviene cuidar la alimentación y reducir aproximadamente un 5% el consumo de calorías.