¿A quién no le gusta poder decir al final de la jornada que ha tenido un día estupendo? Y si, además, esa agradable sensación la pudiéramos tener cada día, sin duda, nos consideraríamos unos afortunados. Bien, pues tener un gran día, cada día, es lo que el prestigioso psicólogo Daniel Goleman, ha bautizado como estado óptimo. Un novedoso concepto, creado y desarrollado junto a su colega Cary Cherniss, y que han plasmado en el libro Óptimo.
El autor de Inteligencia emocional (1995) y profesor en la prestigiosa Universidad de Harvard describe el estado óptimo como aquel al que llegamos tras un proceso previo de gestión de las emociones. Y es que, solo después de llegar a un estado de calma, serenidad y plenitud es posible desarrollar todo el potencial de nuestras capacidades cognitivas.
¿Cómo son las personas que alcanzan el estado óptimo?
Algunos de los rasgos que distinguen a los que viven en un estado óptimo son, según el psicólogo, su creatividad y capacidad para abordar y resolver conflictos. Son personas muy resolutivas en su vida profesional que suelen obtener los mejores resultados y, en consecuencia, se sienten más satisfechas consigo mismas.
Como resultado de lo anterior, son muy valoradas en su trabajo, tanto por sus compañeros, como por sus jefes o superiores. Este reconocimiento hace que ganen en autoestima, confianza y seguridad en uno mismo. En definitiva, este proceso podría identificarse como el camino para ser feliz en el trabajo.
Rutina matinal para tener un buen día
Según Goleman, existe un trabajo previo necesario para desarrollar nuestro potencial a nivel cognitivo y que tiene que ver con nuestro lado más emocional. Tal y como se recoge en su libro, obtener el máximo rendimiento depende del equilibrio de nuestras emociones.
Por otro lado, tal y como explica el psicólogo, las áreas cerebrales que nos permiten utilizar a plena potencia nuestro talento, afloran cuando somos capaces de mantener elevado nuestro compromiso y de regular nuestras emociones más conflictivas.
En este sentido, el psicólogo indica que el buen humor mejora tanto la atención como la intención. De hecho, asegura que cuando gozamos de un estado de ánimo positivo, adoptamos una perspectiva mucho más amplia que nos llena de energía para emprender nuevos proyectos.
Por otro lado, la atención es fundamental. Sin atención es difícil mantener esa calma y esa serenidad imprescindibles. Y, para potenciarla, Goleman nos propone una sencilla rutina diaria que todos podemos llevar a cabo en nuestra casa, la meditación.
La meditación diaria de Daniel Goleman
La felicidad en el trabajo, y en la vida, en general, pasa según el experto por la paz mental, algo que no es fácil de conseguir. Para lograrlo no existe una única vía. Además, ni todas las estrategias son igual de efectivas, ni todas se adaptan de igual modo a las personas.
Una de las herramientas que propone el profesor es la meditación. No tiene por qué ser una meditación larga y complicada. Basta con dedicar unos minutos cada mañana a respirar y conectar con nuestro interior.
Sigue estos sencillos pasos y practica cada día, sin prisa. Los resultados no son inmediatos, pero llegan al cabo de unas semanas:
- Por la mañana, antes de desayunar, elige un rincón tranquilo con espacio suficiente para tu esterilla y donde sepas que nadie te va a interrumpir en los próximos minutos.
- Puedes tumbarte o bien sentarte con los pies apoyados en el suelo, lo que te resulte más agradable.
- Una vez hayas elegido la postura, cierra los ojos e inspira lentamente por la nariz. Siente cómo el aire entre por las fosas nasales y llena poco a poco tu abdomen. Puedes poner una de tus manos sobre la barriga para notar cómo se hincha de forma gradual.
- Mantén el aire en tu interior. Para empezar, puede estar bien aguantar entre 5 y 6 segundos. Poco a poco, verás cómo el lapso es mayor. Durante este tiempo focaliza tu atención en la respiración. Es la manera de entrenar y mejorar tu capacidad de atención.
- A continuación, suelta el aire poco a poco. Su efecto no sería el mismo si lo soltaras de golpe.
- Una vez te hayas vaciado, repite el proceso de inspiración y espiración varias veces hasta que hayan pasado al menos 10 minutos.
- Al acabar, no te incorpores de golpe. Abre los ojos y evalúa cómo te sientes. Compara tus sensaciones con las que tenías antes de comenzar la meditación, y después reactívate poco a poco.
La sensación de bienestar tras una meditación es inmediata. Ahora bien, sus beneficios más profundos llegarán más adelante, cuando se haya convertido en una rutina.
Frente a la meditación como herramienta para encontrar el estado óptimo, Goleman señala ciertos factores que juegan en contra de este propósito.
¿Qué nos hace infelices en el trabajo y en la vida personal?
A pesar de la calma y la tranquilidad que proporciona la meditación, existen ciertos hábitos que pueden entorpecer el proceso hacia lo óptimo, son los que Goleman considera enemigos. El escritor destaca dos de ellos:
- La falta de sueño. Es importante dormir las horas suficientes, así como disfrutar de un sueño reparador, ya que, es un factor clave para desarrollar todo nuestro potencial. El insomnio dificulta la capacidad de concentración.
- El uso inadecuado del teléfono móvil. Desde hace un tiempo, los móviles se han convertido en un arma de doble filo. Es decir, utilizados correctamente no suponen ningún riesgo, sin embargo, empleados de forma adictiva reducen peligrosamente la capacidad de concentración, algo indispensable para iniciar el proceso hacia el estado óptimo.