"En la menopausia la piel pierde grosor, elasticidad y firmeza, que podemos intentar compensar"

La premenopausia y la menopausia son unas etapas clave en la vida de la mujer, de numerosos cambios, que también afectan de manera significativa a la piel. Es importante adaptar nuestra rutina facial a esos cambios con productos específicos que retrasen la pérdida de hidratación, firmeza y la aparición de manchas. Una dermatóloga nos explica cómo.

Pablo Cubí
Pablo Cubí del Amo

Periodista

Actualizado a

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La menopausia puede suponer grandes cambios en la mujer. No es solo la pérdida de la menstruación, sino que hay un desequilibrio hormonal que afecta a nivel general. El cuerpo produce menos estrógenos, una hormona que influye de manera significativa en el cuerpo y la piel.

Se considera la entrada en la menopausia cuando ya hace un año que la mujer tuvo su última regla, lo que en circunstancias normales suele producirse entre los 45 y 55 años. Pero los cambios y los síntomas pueden aparecer años antes en lo que se considera perimenopausia, que puede durar entre 7 y 14 años.

Algunos de estos posibles trastornos son bien conocidos: sofocos, sequedad vaginal o cambios de ánimo. De otros somos menos conscientes. Por ejemplo, los síntomas que se dan en la piel, y que no son menos importantes.

Los efectos de la menopausia en la piel

La piel está regulada por las hormonas, en especial por los estrógenos, que tienen una influencia decisiva sobre el estado de la piel”, nos apunta la dermatóloga Paloma Cornejo, directora de la clínica Más que Derma.

Paloma Cornejo

¿Qué efectos tiene la perimenopausia y menopausia en la piel?

La disminución en la producción de estrógenos conduce a una piel más delgada, una menor hidratación, una alteración en la pigmentación y una menor producción sebácea y de sudor. Además se pierde capacidad de sintetizar colágeno y elastina, dos componentes esenciales que dan firmeza y elasticidad.

¿Estos efectos son progresivos o inmediatos?

En los primeros 5 años de menopausia, se reduce el colágeno en un 30%, y en los años posteriores se va reduciendo esta fibra anualmente entre un 1% y un 2%. Además, a este envejecimiento hormonal se le suma un envejecimiento cronológico (debido al paso del tiempo y a la genética de cada persona) y un fotoenvejecimiento (producido por el sol).

Cómo se reflejan estos cambios

En esta etapa también se observa una menor renovación celular, lo que deriva en una mayor aparición de manchas, irregularidades en la textura y una tez apagada.

Todos estos factores afectan de forma diferente a cada persona y dependen también de la manera en que cada uno haya cuidado su piel y se haya protegido de la radiación solar a lo largo de su vida.

¿Qué cambios visibles notaremos en la piel?

La piel más fina y las arrugas en reposo empiezan a aparecer de forma más acelerada. También es una piel con mayor tendencia a las manchas y a las rojeces.

El contorno de ojos tiende a empeorar, así como el denominado “código de barras”, las arrugas que aparecen encima del labio. También van a empezar a ser más notables la pérdida de tono y de firmeza de la piel del cuello, las manos y el escote.

¿Qué hábitos ayudan a atenuar estos efectos?

Es muy importante el descanso, evitar el sedentarismo, una alimentación rica en antioxidantes (verduras, hortalizas y fruta) y en proteínas, y baja en alimentos ultraprocesados y refrescos. A nivel cutáneo, la fotoprotección diaria es esencial, y siempre podemos complementarla con el cuidado cosmético o con algún procedimiento dermoestético realizado en la clínica.

Cómo ha de ser el cuidado facial

¿Qué activos debemos buscar en nuestra rutina de cuidado facial?

Complejos iluminadores, antioxidantes, e hidratación, pero es importante no excedernos en fórmulas muy grasas, ya que no todas las pieles maduras lo necesitan. Un ingrediente con alto poder hidratante y que no es excesivamente graso sería el ácido hialurónico, y mejor si lo encontramos a distintos pesos moleculares para que actúe a todos los niveles de la piel.

¿Algo más?

Por la noche es donde podemos utilizar activos más potentes, como los retinoides. En el contorno de ojos recomiendo siempre péptidos con efecto toxina para relajar la musculatura y activos drenantes para las bolsas.

¿Qué recomendarías?

La línea Progression (+), de Rilastil, me gusta mucho ya que está específicamente pensada para la piel en esta etapa y cubre todas las necesidades que he comentado. Aporta un alto contenido en colágeno, ácido hialurónico, un potente complejo iluminador, y activos drenantes y descongestionantes para el contorno del ojo.

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Qué ofrece la línea Progression (+)

Progression (+) es una la línea dermocosmética completa. La componen un contorno de ojos, un sérum, y dos cremas antiarrugas, una ligera y otra más rica.

Combate las arrugas, reafirma, hidrata e ilumina gracias a su contenido en colágeno biotecnológico (aporta estructura y rellena), ácido hialurónico (hidrata y estimula la síntesis de colágeno y elastina), un complejo iluminador (anti-manchas), ceramidas (refuerzan la función barrera), exopolisacárido biotecnológico (homeostasis celular) y niacinamida (anti-manchas).

Además, el contorno de ojos reduce las bolsas y ojeras gracias al acetyl tetrapéptido-5 (descongestionante).

Está indicado para todo tipo de pieles maduras en premenopausia y menopausia, incluso las más sensibles. Es una fórmula clínicamente, dermatológicamante y otalmológicamente testada e hipoalergénica, respetuosa con la piel.

Tienes más información en la web de Rilastil.