Cada cierto tiempo, la industria de los electrodomésticos nos ofrece un nuevo aparato que parece destinado a simplificarnos la vida y mejorar nuestras opciones de cocinar.
Cuando uno tiene ya años, se acuerda del pelapatatas de su abuela, que se dejaba media patata en el intento, o la yogurtera casera, que era imprescindible en todos los hogares antes de que la industria lechera organizara una producción que hizo mucho más fácil comprar los yogures en el supermercado.
De la misma época del pelapatatas y la yogurtera, los años sesenta y setenta, es la aparición de la freidora de aire. Aunque ha sido a partir del 2010, con la comercialización de un modelo de éxito, el Airfryer, que se han popularizado masivamente. Se vende como la solución sana a los fritos tradicionales. Pero hay que tener cuidado, porque estos electrodomésticos pueden llevarnos a equívocos.
¿Es más sano cocinar con freidora de aire?
Lo ha puesto en evidencia el nutricionista Luis Zamora, que ha alertado del uso excesivo que a veces hacemos de estos aparatos por esa suposición de que todo lo que cocinamos con esta “freidora” es más sano.
Canva
¿Lo es? “Si lo comparamos con freír con la freidora de aceite de toda la vida, sin duda este sistema es más sano”, admite Zamora. Lo que nos ha de quedar claro es que son dos cosas totalmente diferentes. Por mucho que se venda como freidora, aquí no freímos nada.
“Cuando freímos incorporamos cierta cantidad de aceite y de calorías al alimento. Con la Airfryer lo que hacemos es como hornearlo, con lo cual no añadimos esas calorías”, ha aclarado el nutricionista en el programa de radio ‘Atrévete’.
Es decir, que no estás haciendo algo muy distinto a lo que harías si las patatas cortadas las pones extendidas en una bandeja de horno y las pones a 180º con el ventilador. En este sentido hay formas de preparar los alimentos que pueden ser igual o más sanas, como cocinar al vapor.
Qué problema puede plantear esta freidora
Si no entramos en el debate de llamar freír a lo que es hornear, no tendríamos que ver ningún problema es este aparato. Y el experto no lo ve. El problema está en la percepción que tenemos de él y en el uso excesivo que podemos hacer pensando que es mágico y todo lo que cocina lo convierte en sano.
“Si utilizo la Airfryer para preparar unos Nuggets o un sanjacobo no deja de ser un ultraprocesado lo que me estoy comiendo”, apunta. Puede tener menos calorías, “pero ahora parece que todo lo que metes es sano y no siempre es sano”.
Además, algunos expertos nutricionistas, como el profesor José Juan Rodríguez Jerez, catedrático del Área de Nutrición de la Universidad Autónoma de Barcelona, han recordado que los alimentos que prepares en estas freidoras se pueden degradar por exceso de temperatura.
“Pierde algunas vitaminas, sobre todo B y C. -señala- Y corres igual riesgo con las acrilamidas, sustancias tóxicas que quedan cuando algunos alimentos se carbonizan.”
Según la marca de freidora de aire, puede tener una temperatura más baja o te permite variarla. Otros van dando vueltas para que se hagan más uniformemente. Pero, en general, estas objeciones persisten.
Qué otras precauciones has de tener
Otras precauciones que hay que tener es no llenar mucho la cesta para que los alimentos no toquen la resistencia y que permita correr bien el aire caliente, para que se hagan de modo adecuado.
“Algunos aconsejan no poner verduras que tengan mucha agua porque la humedad puede dañar también el aparato”, apunta el nutricionista Zamora.
Su éxito, como en su día pasó con el robot de cocina, se debe en parte a que ha abierto el abanico de posibilidades. Inicialmente se centraban en hacer unas patatas “fritas” más sanas. Luego se añadió todo tipo de posibilidades y recetas. Para mucha gente que cocina poco o con poco tiempo, es útil.
Otro factor que también puntúa a su favor es el gasto en electricidad. “Su gasto está entre 700 y 2.000 kilovatios/hora. Si lo comparo con el horno está entre 2.000 y 5.000”, indica Zamora. También sale ganando si tu elección es freír de manera tradicional en una vitrocerámica, ya que gasta entre 1.700 y 2.500 kilovatios/hora.