El café se ha convertido en una fuente de alegría para todos los numerosos consumidores que no pueden prescindir de su un ritual diario. Son numerosos los estudios científicos que han ido desgranando los beneficios que aporta el café para la salud.
Destaca sobre todo por sus propiedades antioxidantes y antiinflamatorias, que reducen el riesgo de diabetes y de problemas cardiovasculares. Como el café es básicamente agua, el secreto está en algunos de los compuestos químicos que se diluyen cuando el grano se muele y filtra.
Entre estos compuestos, todos pensamos en la cafeína, que es el excitante. Hay otros que son claves por ser antiinflamatorios, los diterpenos. Hemos de recordar dos en concreto, el kahweol y el cafesol. Estos dos elementos tienen un lado negativo: pueden aumentar el colesterol.
Cómo aumenta el café el colesterol
No es un hallazgo nuevo, puesto que había varios estudios que habían demostrado que el cafesol, sobre todo, podía afectar al metabolismo del colesterol en el hígado.
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El hígado tiene la capacidad de eliminar el colesterol ‘malo’ (LDL), llamado así porque lo forman bolas de grasa más gruesas y que más fácilmente pueden formar placas que bloqueen las arterias.
El cafesol actúa sobre los receptores del hígado que mandan la señal de eliminar el colesterol. Cuando hay mucho cafesol en la sangre, el hígado reduce esta eliminación y como resultado los niveles del colesterol LDL se mantienen altos.
Un estudio tan lejano como el 1995, publicado por el Journal of Clinical Nutrition, ya demostró que consumir 5 tazas de café al día durante un mes aumentaba el colesterol en un 10%.
Todo depende de cómo prepares el café
¿Por qué los médicos cardiólogos no han desaconsejado el café entonces? Muy fácil, porque este tema no es de blanco y negro. Esas mismos compuestos químicos también tienen efectos positivos en el sistema cardiovascular. Frenan la inflamación que también es un riesgo de provocar infartos e ictus. Es más, muchos expertos consideran que la inflamación es el mayor riesgo y no el colesterol.
Los estudios se hicieron con unas dosis de café elevadas. Si tomas un par de tazas de café al día no supone un riesgo tan importante. Pero hay otro motivo. El estudio se hizo con café sin filtrar. No todo el café tiene la misma cantidad de estos compuestos.
Los diterpenos del café (el kahweol y el cafesol) se encuentran en los aceites del café que se liberan cuando lo molemos. Si luego lo filtras, eliminas gran parte de estos compuestos.
"Los diterpenos del café tienen un efecto biológico claro sobre el colesterol -explicaba el doctor Rob van Dam, epidemiólogo de Harvard y experto en nutrición-. Lo importante no es dejar el café, sino elegir bien el método de preparación. El café filtrado es una opción segura para la mayoría."
Cuál es el café que menos afecta al colesterol
Con estos datos en mente, acaba de publicarse un estudio de la Universidad de Uppsala, en Suecia, que ha querido cuantificar qué cantidad de kahweol y cafesol tienen los diferentes tipos de café y, por tanto, cuál es la mejor forma de prepararlo para que no te suba el colesterol.
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Para ello estuvieron analizando durante varios días los cafés que se elaboraban en varias oficinas, tantos los de las máquinas expendedoras, como los expressos y los de cafeteras de filtro y hervidores. Los resultados fueron:
- Café de filtro: es el café de las cafeteras americanas de goteo con filtros de papel. El filtro retiene los diterpenos y apenas afectan al colesterol. Es el más seguro.
- Café espresso: contiene una cantidad pequeña de estos diterpenos, cafesol y kahweol.
- Café de máquina expendedora: cuando la propia máquina muele el café antes de servirlo añade algo más de diterpenos que si ya está molido. En todo caso, ambos son cantidades moderadas.
- Café sin filtrar: es tipo café turco, o el de prensa francesa (la jarra con un émbolo con agujeros grandes que deja pasar mucho grano). Es el que contiene mayores niveles, ya que los aceites no se eliminan durante la preparación.
¿Debo evitar el café turco?
De entrada, en España no tenemos mucho de qué preocuparnos puesto que el café turco o griego, que son los cafés sin filtrar, tienen poca tradición. El estudio les presta atención especial porque los países nórdicos tienen un método, el kaffekokare, similar y que es muy popular.
Incluso en este caso, tampoco los médicos consideran que el riesgo sea elevado. “Un par de tazas de café sin filtrar al día probablemente no afecten mucho; pero si tomas grandes cantidades, especialmente de prensa francesa o café turco, puede que quieras reconsiderarlo si te preocupa el colesterol”, había anunciado el profesor Martijn Katan, uno de los especialistas en el tema.
El resumen es que solo si tienes antecedentes familiares o problemas cardiovasculares puede ser necesario consultar con tu médico la conveniencia de reducir el consumo de café si no es de filtro.