¡Buenas noticias! Si eres amante de los lácteos, no tengas miedo, no van a interferir en la absorción de los nutrientes de otros alimentos.
Es cierto que las sustancias alcalinas como el calcio pueden neutralizar las secreciones gástricas haciendo que el hierro se absorba peor. Aun así, no hay cambios significativos.
Sin embargo, en nutrición sí existen unos villanos: los antinutrientes. Son sustancias que interfieren en la absorción de las vitaminas y minerales de los alimentos, haciéndolos salir de nuestro cuerpo tal y como han entrado.
Los secuestradores de nutrientes se enganchan, principalmente, a minerales como el calcio, el hierro o el zinc haciéndoles salir de nuestro cuerpo tal y como han entrado. ¡A esto le llamo yo turismo gastrointestinal!
Estos ladrones de guante blanco se encuentran en los alimentos ricos en fibra, como las legumbres, los frutos secos o las hortalizas, bajo el nombre de fitatos y en los alimentos como el té y el café bajo el nombre de oxalatos.
¡A mí dame soluciones! Es algo que me repiten mucho cuando hablo de los antinutrientes, así que, allá van estrategias culinarias para optimizar al máximo la absorción de estos minerales:
- Acompaña las comidas con alimentos grasos: aceite de oliva, pescado azul o frutos secos, por ejemplo. El calcio se absorbe mucho mejor en presencia de vitamina D, una vitamina presente en los alimentos grasos.
- De postre ¡un cítrico! La vitamina C mejora la absorción del hierro que encontramos en los vegetales.
- "Piensa" tus platos. Si todos los días llenas la mitad de tu platos con verduras, un cuarto con cereales integrales o tubérculos y otro cuarto con legumbres, huevo, pescado o carne y utilizas el aceite de oliva virgen extra como grasa de preferencia ¡alcanzarás sin problema las ingestas diarias recomendadas de energía y nutrientes!