Decantarnos por una conserva de atún en aceite o una al natural tiene que ver básicamente con una cosa: si el valor calórico es importante para nosotros. Las conservas al natural tienen menos calorías: mientras que una lata de atún en aceite de oliva contiene alrededor de un 30 % de grasa y 350 kcal, la versión al natural contiene un 1 % y 90 kcal. Además, esta última tiene la ventaja de que el aliño final lo controla uno mismo.
Es decir, si buscamos un bajo aporte calórico, es mejor escoger las conservas de atún al natural. Sin embargo, lo importante no son las calorías sino su origen y, en el caso del aceite de oliva, las calorías provienen del omega 9, una grasa monoinsaturada, cardiosaludable y esencial en nuestra dieta.
Pon el foco en el tipo de grasa
Si eliges una conserva en aceite, prioriza el aceite de oliva virgen extra. Aunque sea más caro, realmente no lo es porque podemos aprovechar el aceite de la conserva para aportar sabor e incorporaremos los polifenoles antioxidantes de las aceitunas.
Siempre es mejor el de oliva que el de girasol. Consumimos más omega 6 (sobre todo por su presencia en los alimentos ultraprocesados) que omega 3, y eso favorece la inflamación. El omega 6 es una grasa esencial y saludable que encontramos en los frutos secos y semillas, como las de girasol. El omega 3 es, también, una grasa esencial y saludable que encontramos principalmente en el pescado azul.
Un buen equilibrio entre ambas (por cada porción de omega 3 una de omega 6, o por una porción de omega 3 dos porciones de omega 6) favorece un buen estado antiinflamatorio. Sin embargo, en nuestra dieta esta proporción está desequilibrada, y consumimos mucho más omega 6 que omega 3.
Por este motivo, prioriza el pescado azul (fuente de omega 3) al natural o en aceite de oliva frente al pescado azul en aceite de girasol (fuente de omega 6) para no descompensar el equilibrio entre estas grasas esenciales.
La presencia de mercurio en las latas de atún
¿El atún en lata contiene metales pesados? Es una duda frecuente cuando compramos las conservas de pescado en lata en vez de en cristal. Pero los metales que puede contener el pescado en conserva, por ejemplo el mercurio, no provienen del envase metálico, si no del propio pescado y, para ser más exactos, del mar.
¿Cómo llega el mercurio a su organismo? Los animales acuáticos entran en contacto con el mercurio, principalmente, como consecuencia de la actividad industrial (vertidos, combustión…). Las partículas de mercurio que se liberan al aire llegan al subsuelo por el efecto de la lluvia, contaminando los acuíferos y llegando al mar.
El mercurio se acumula en la grasa y ¿cuáles son los pescados que más grasa tienen? Los pescados azules. Sin embargo, solo deben preocuparnos los pescados azules grandes, con más cantidad de grasa, y que están en la parte alta de la cadena trófica: especies que se alimentan de otras más pequeñas. Dentro de este grupo están el pez espada, el atún rojo, el tiburón (cazón, tintorera...) y el lucio. Los pescados azules pequeños son seguros y saludables.
El atún en lata se hace con bonito del norte, atún listado o atún claro, especies que pesan entre 15 kg y 35 kg. Nada que ver con el atún rojo y sus 200 kg.