Se calcula que un tercio de la población española sufre molestias digestivas de forma habitual: hinchazón, acidez, flatulencias, dolor estomacal... en buena medida, por no escoger bien lo que se come.
La saliva, el ácido clorhídrico del estómago, la bilis y otros fluidos se encargan de que el proceso de digestión se desarrolle correctamente. Sin embargo, dejan de funcionar a pleno rendimiento cuando se toman muchas grasas, no se mastica bien o se come en exceso.
Si se cometen estos errores en las comidas o cenas de días como los de Navidad, los trastornos digestivos (que casi seguro van a producirse) provocarán que el sueño no sea reparador o que hasta el insomnio haga acto de presencia.
Lo que puede tener consecuencias incluso para la salud del corazón.
3 consejos para sentirte bien
Si quieres mejorar tus digestiones, no olvides que...
- Las cenas frías provocan el enfriamiento del estómago y los intestinos, por eso pueden sentar mal.
- Mientras más larga es una cocción más digestiva resulta pues “rompe” los componentes de los alimentos, facilitando su digestión.
- Cubrir el estómago con una manta o una bolsa de agua caliente tras comer ayuda a digerir mejor.