Negro, verde, rojo, blanco… Todos los tés se obtienen a partir de las hojas y yemas recolectadas del árbol Camellia sinensis. Realmente, lo que marca la diferencia entre un tipo y otro es el momento en que se cosechan las hojas y los brotes y el tratamiento que se les da.
Por ejemplo...
- Las yemas que se utilizan para elaborar el té blanco se cosechan antes de que se abran.
- El té verde se elabora a partir de las hojas no fermentadas, simplemente dejándolas secar.
- En el caso del rojo, las hojas se recogen semifermentadas.
- Por último, las hojas del llamado té negro se dejan oxidar totalmente, por eso es tan aromático.