La glándula tiroides actúa como lo hace un metrónomo en una orquesta. Los músicos utilizan este artilugio para saber a qué ritmo deben tocar sus instrumentos, y la tiroides es, precisamente, "la encargada de producir las hormonas responsables de que cada célula del organismo trabaje al ritmo que debe", nos cuenta el doctor Carles Zafón Llopis, actual coordinador del Área de Conocimiento en Tiroides de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN).
"A través de sus hormonas, la tiroides regula prácticamente todas las funciones metabólicas del cuerpo", añade el endocrinólogo, que también es miembro del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Univ. Vall d'Hebron (Barcelona).
Los signos de que está alterada pueden ser tan variados precisamente porque interviene en numerosos procesos internos: la frecuencia cardiaca, la temperatura corporal, la digestión, el crecimiento del cabello, el metabolismo energético...
¿Por qué la tiroides puede desequilibrarse?
La alteración más frecuente se da cuando la tiroides va más lenta de lo habitual. Es lo que se conoce como hipotiroidismo,y la consecuencia es que el número de hormonas que produce no es suficiente para que los mecanismos internos alcancen un ritmo adecuado.
En el hipertiroidismo ocurre justo lo contrario.Es decir, la tiroides se acelera y genera más hormonas de las necesarias. Esto provoca que el organismo vaya a más revoluciones, generando un gran estrés en todos sus tejidos.
Un ritmo anormal, tanto por exceso como por defecto, acaba provocando a la larga ciertas señales a las que hay que estar atentos.
el cansancio, el signo más evidente
La fatiga puede notarse tanto si la tiroides va muy lenta como si va muy rápida, aunque existen ciertas diferencias que pueden ayudarnos a reconocer el posible origen.
- Cuando lo notas ya de buena mañana, es muy probable que se deba a un hipotiroidismo. "En estos casos, los pacientes describen el cansancio que sienten como exagerado, por su intensidad y porque no responde al esfuerzo realizado –nos cuenta el doctor Zafón–. Además, suele estar presente todo el día, incluso nada más despertarse". El cansancio puede ser tal que, a veces, cuesta mucho concentrarse y pensar con claridad.
- Si aparece a medida que va pasando el día, el hipertiroidismo puede estar detrás. "La fatiga suele estar ligada entonces a la situación de hiperactividad crónica que acompaña el exceso de producción de hormonas tiroideas", aclara el especialista. El cansancio que se nota es, pues, muy similar al de las temporadas de mucho estrés: te levantas mejor y vas notándote más cansado conforme pasan las horas. Otro de los signos que puede darte pistas es que el cansancio venga acompañado de fatiga muscular. Es una sensación similar a la que puede notarse, por ejemplo, después de una larga caminata si uno no está acostumbrado a ellas.
Otras señales que indican que la tiroides no va al compás
- Pueden darse cambios en el peso. La velocidad a la que quemamos la energía que necesita el cuerpo para funcionar determina, en buena parte, nuestra tendencia a almacenar más o menos grasa. Por eso, cuando la tiroides se enlentece podemos engordar con más facilidad (y puede costar mucho perder ese peso). Y, si va muy acelerada, ocurre lo contrario: se adelgaza sin un motivo aparente que lo justifique.
- El ritmo intestinal se ve alterado. El estreñimiento asociado al hipotirodismo es común. Y en el hipertiroidismo el número de veces que se va al baño al día suele ser mayor al habitual (más de tres) y pueden presentarse episodios de diarrea.
- Se nota también en el estado de ánimo. Sentirse decaídos es frecuente cuando la glándula produce pocas hormonas, y nerviosos y agitados si el problema es el contrario (pueden aparecer incluso palpitaciones o temblores en las manos). Esto a veces provoca que los trastornos tiroideos se confundan con la depresión, el estrés o la ansiedad.
Cambios en la piel, las uñas y el pelo. Su ciclo de renovación natural también se ve afectado, provocando en el hipotiroidismo mucha sequedad en la piel, que también está pálida y fría. En cambio, si la glándula va acelerada, la piel está húmeda, un tanto enrojecida (sobre todo cara y palmas de las manos) y caliente. Las uñas y el cabello se vuelven más frágiles en ambos casos.
Signos curiosos que puedes no relacionar
Los anteriores son los síntomas más frecuentes y evidentes, pero también hay otros que pueden presentarse a veces y que conviene tener en cuenta.
- ¿Los alimentos tienen menos sabor? El hipotiroidismo lo ralentiza todo, también nuestra capacidad sensitiva. Por eso, es posible que la comida sepa menos, "aunque raramente es apreciado por los pacientes", puntualiza el doctor Zafón. El sentido del olfato también puede reducirse.
- ¿Tus cejas se ven menos pobladas? El desequilibrio hormonal no solo afecta a la melena, también al pelo del resto del cuerpo. Y una de las consecuencias es que las cejas se afinan, en su parte final, sobre todo si la glándula va lenta.
- ¿Te duelen las articulaciones? El hipotiroidismo favorece la retención de líquidos, y parte de él puede acumularse alrededor de las articulaciones. Cuando esto ocurre, los tejidos que pasan por ellos acaban sufriendo una presión constante, incluidos los nervios. Por ejemplo, se ha visto que el síndrome del túnel carpiano (que se produce cuando se estrecha el paso del nervio mediano por la muñeca) es más frecuente.
- ¿Notas molestias en los ojos? Podrían deberse a que tu glándula produce más hormonas de la cuenta, y acaban provocando que las defensas del cuerpo ataquen el tejido ocular. Es lo que se conoce como oftalmopatía tiroidea, y suele provocar picor, lagrimeo y ojos rojos. Otra consecuencia es que los ojos se hinchen y se vean saltones. También afecta a la vista, y puede haber visión doble o problemas para enfocar.
- ¿Tus cifras de colesterol han variado? Si en tu última analítica detectas diferencias notables respecto a valores anteriores, podría ser una señal más de que tu tiroides ha cambiado su ritmo. Cuando va más lenta de lo habitual, el colesterol sube porque el hígado pierde capacidad para deshacerse de él; en el hipertiroidismo el efecto es justo el contrario.
- ¿Ocurre lo mismo con la presión arterial? No, ambos trastornos favorecen que se eleve. En los dos casos las arterias sufren, ya sea porque el esfuerzo que deben hacer para bombear una sangre que circula lenta es mayor (y porque, no lo olvidemos, se acumula más colesterol en ellas), o porque al aumentar la frecuencia cardiaca lo hace también la presión arterial.
El papel de los buenos hábitos
Detrás de estos cambios de ritmo de la tiroides muchas veces se esconde un ataque de nuestras defensas. "La tiroiditis de Hashimoto es la causa más frecuente de hipotiroidismo, y la enfermedad de Graves-Basedow de hipertiroidismo, y ambos son trastornos autoinmunes", aclara el endocrino.
"La predisposición genética es fundamental para el desarrollo de ambas pero, en muchos casos, no es suficiente para que se acaben manifestando –afirma el especialista–. Los factores ambientales deben jugar un papel necesario, y algunos de ellos ya los conocemos. Una dieta rica y variada, en la que haya presencia de yodo, hierro y selenio, y la eliminación de tóxicos como el tabaco ayudan a mantener la glándula en forma".