Tener un sueño excesivo durante el día y sentirse cansando no solo puede deberse a trastornos como el insomnio. Algunas enfermedades que aparentemente no parecen tener relación con el descanso también pueden provocar sueño. Este síntoma, asociado a otros, puede hacer sospechar de alguna patología sin diagnosticar.
Diabetes mal controlada, sueño excesivo
La diabetes es una enfermedad que afecta a la forma en que el cuerpo regula y utiliza el azúcar en la sangre. Cuando comes, el aparato digestivo descompone los alimentos en azúcares simples o glucosa que atraviesan la barrera intestinal y pasan a la sangre. El páncreas genera insulina, la hormona encargada de transportar la glucosa por la sangre hasta las células que la utilizan como fuente de energía.
En las personas con diabetes, el páncreas no produce suficiente insulina o el cuerpo no usa la insulina de manera efectiva, lo que provoca un exceso de glucosa en la sangre. Y cuando las células no obtienen suficiente glucosa, es decir energía, se produce fatiga, debilidad y sueño. Por eso una diabetes mal controlada puede provocar sueño excesivo.
Por otro lado, uno de los potenciales efectos secundarios de los fármacos para la diabetes es la hipoglucemia o bajo nivel de azúcar en sangre que causa fatiga.
La anemia provoca somnolencia
La falta de hierro provoca fatiga, decaimiento y somnolencia. La anemia aparece cuando en la sangre hay una menor cantidad de glóbulos rojos, de manera que las células no reciben suficiente oxígeno. Esa falta de oxígeno puede causar cansancio, mareos, dolor de cabeza o latidos cardíacos irregulares. Por otro lado, un estudio de la universidad de Penn State ha identificado una base genética común entre la anemia y el insomnio, por lo que sufrir la primera conllevaría una predisposición a padecer insomnio.
Apnea del sueño
La apnea del sueño es un trastorno respiratorio en el que la respiración se interrumpe durante el sueño. Provoca fuertes ronquidos que se intercalan con períodos de silencio (apneas) que pueden durar entre 10 segundos y un minuto.
El efecto más inmediato de la apnea es la somnolencia y la fatiga diurna porque el sueño no ha sido reparador. Si roncas y tienes un sueño excesivo durante el día podrías sufrir apnea del sueño.
A medio y largo plazo, la apnea del sueño provoca cambios en la presión sanguínea y aumenta el riesgo de hipertensión. Las personas con apnea obstructiva del sueño tienen más riesgo de infarto, ictus, diabetes y otras enfermedades crónicas.
la Depresión y el insomnio se retroalimentan
La depresión y el sueño están estrechamente relacionados y se retroalimentan.
Por un lado, la mayoría de las personas con depresión experimentan problemas para dormir. De hecho, los problemas para dormir y la somnolencia diurna son síntomas importantes para diagnosticar la depresión.
Por otro, los trastornos del sueño pueden influir en la función del neurotransmisor serotonina, lo que contribuye al desarrollo de la depresión. Las interrupciones del sueño también pueden afectar a los sistemas de regulación del estrés e interrumpir los ritmos circadianos.
Se estima que el 40 % de las personas con insomnio tienen depresión clínica, y hasta el 80 % de los pacientes con depresión experimentan episodios de insomnio. Alrededor del 20 % de las personas con depresión tienen apnea obstructiva del sueño y aproximadamente un 15% hipersomnia (sueño excesivo durante el día).
Fibromialgia:sueño de poca calidad
Las personas con fibromialgia tienen un umbral de dolor por presión más bajo, lo que los hace más sensibles al dolor. Es lo que se conoce como "procesamiento anormal de la percepción del dolor" y se ha demostrado mediante pruebas de neuroimagen.
Además del dolor, el sueño no reparador y la fatiga diurna son dos síntomas comunes de la fibromialgia. Estudios en los que se han realizado polisomnografías (pruebas de sueño) en personas con fibromialgia revelan que experimentan vigilia durante las etapas de sueño sin movimientos oculares rápidos (No REM) y, como resultado, reciben menos sueño de ondas lentas. El sueño de ondas lenta es el realmente reparador y cuando es insuficiente aumenta la somnolencia diurna.
Enfermedades cardíacas, cansancio y sueño
Las personas con insuficiencia cardíaca suelen sentirse cansadas y les cuesta realizar actividades que requieran un poco de esfuerzo como caminar o llevar bolsas de la compra.
En la insuficiencia cardíaca llega menos sangre a los músculos porque el corazón reduce su capacidad de bombeo. La sangre va a órganos más vitales como el cerebro o los riñones y aparece fatiga y cansancio ante el menor esfuerzo. Y normalmente la fatiga va muy unida a más sueño durante el día porque se necesita descansar.
Alteraciones de la tiroides: fatiga extrema
Tanto el hipotiroidismo como el hipertiroidismo se relacionan con sueño excesivo durante el día.
En el hipotiroidismo, hay un déficit de hormona tiroidea que provoca una fatiga extrema constante. Si una persona necesita descansar entre 6 y 8 horas para recuperarse, una persona que sufre hipotiroidismo puede necesitar 10 horas. Esa ralentización del metabolismo da lugar a un gran cansancio y a un sueño excesivo.
En el hipertiroidismo ocurre lo contrario. El metabolismo se acelera y la persona se siente anormalmente enérgica, pero en algunas personas ese exceso de energía le dificulta el sueño, con lo también se sienten fatigadas porque no han dormido bien y tienen sueño de día.
Cáncer: sueño diurno
El cansancio es uno de los síntomas del cáncer y como consecuencia de ello puede notarse un sueño excesivo durante el día. Las causas por las cuáles el cáncer provoca fatiga son varias y tienen que ver tanto con la enfermedad como con el tratamiento oncológico.
Según señala la Clínica Mayo, el cáncer puede provocar cambios en el cuerpo como la liberación de proteínas inflamatorias (citocinas) que aumentan la fatiga. Por otro lado, hay tumores que requieren mucha energía y debilitan los músculos y otros órganos o alteran hormonas, lo que favorece el cansancio. Los tratamientos oncológicos (quimioterapia, radioterapia, cirugía, inmunoterapia) también pueden causar cansancio y mayor somnolencia diurna.