Una de las características de la tos es que puede llegar a ser tremendamente persistente.
Después de un proceso catarral o una gripe puede quedar una tos irritativa que se comporta de forma similar a la alérgica y que no acaba de desaparecer, incluso después de haber seguido un tratamiento.
La razón es que al toser se irrita todavía más la garganta y provoca aún más tos, especialmente de noche.
Aunque la tos no responda a ningún trastorno serio, es un auténtica molestia porque provoca dolor muscular en la caja torácica, molestias en la garganta y no te deja dormir.
Es en ese momento cuando remedios naturales como los siguientes pueden ayudar a frenarla.
1. Infusiones de orégano
El orégano es uno de los mejores aliados frente a los catarros porque alivia tanto la tos seca (reduce el reflejo de la tos) como la productiva (es expectorante). Es una planta que también tiene virtudes antibacterianas.
Puede prepararse en decocción (una cucharada sopera por vaso de agua) y se toma de una a 3 veces al día.
2. jarabe casero para la tos
Hierve durante 5 minutos, en 3⁄4 de l de agua, 1 cucharada de flor de malva, otra de drosera, otra de tomillo y otra de semillas de hinojo junto a 1⁄2 cm de jengibre y 2 higos secos. Deja reposar 10 minutos y cuela. Añade el zumo de un limón y un poco de miel.
Toma una cucharada sopera de este jarabe, de 3 a 6 veces al día (en función de la intensidad de la tos).
3. caldos calientes, pero que no quemen
La Clínica Mayo recomienda tomar caldos desgrasados, agua con limón o solo agua... pero calientes, aunque no en exceso (porque irritaría la garganta y lesionaría la mucosa). La razón es que beber favorece la salivación y lubrica la garganta. Si, además, la bebida está algo caliente estimulas aún más la salivación y el efecto sensorial que provoca el calor hace que liberes endorfinas, con lo que el dolor es menos molesto.
4. humidificador en la habitación
Cuando la tos se genera porque ha quedado un poso de mucosidad, puede mejorar si hay cierta humedad en el ambiente. Utiliza humidificadores o coloca recipientes con agua (sobre todo en el dormitorio o en el comedor). Estos harán que la mucosidad no sea tan espesa y, al ir expulsándose mejor, se reducirá el reflejo de la tos.
5. Evita la calefacción muy alta
Los ambientes muy secos empeoran especialmente la tos seca irritativa porque resecan aún más la garganta. Por eso, si acostumbras a tener la calefacción alta, es aún más importante usar humidificadores o fuentes de agua.
6. mezcla de plantas para reducir la tos irritativa
Una infusión con una cucharada sopera de la mezcla de caléndula, saúco, manzanilla y tomillo te ayudará a suavizar la irritación de la garganta y, por tanto, a reducir el dolor y la tos.
Hierve los ingredientes 5 minutos, deja reposar 10 minutos y cuela. Añade un poco de miel y limón. Realiza gárgaras con la mitad y bebe el resto.
7. cebolla partida por la mitad en la mesita de noche
Corta una cebolla por la mitad y déjala en la mesita de noche mientras duermes o cerca tuyo si reposas en el sofá.
Los compuestos volátiles de la cebolla que se van liberando después de cortarla, en especial la quercitina, tienen acción antiinflamatoria y ayudan a reducir la tos.
8. Decocción de llantén menor para suavizar la garganta
El llantén menor es un buen cicatrizante natural que ayuda a reparar las mucosas irritadas. Sus mucílagos también suavizan y reducen la irritación e infamación de la garganta.
Prepara una decocción con la planta entera. Puedes beberla o hacer gárgaras (3 veces al día).
9. gárgaras con agua salada
La sal ayuda a reducir la inflamación y, al hacer gárgaras, actuará suavizando el foco del dolor de la tos: la garganta.
Mezcla media cucharadita de sal con un vaso de agua templada. Toma pequeños sorbos y haz gárgaras durante 20 segundos.
10. miel en tus infusiones o bebidas calientes
Uno de los mejores remedios para la tos es una bebida templada (agua, leche o infusión) con miel. El beneficio de beber algo caliente ya lo hemos explicado: aumenta la salivación y te reconforta.
Además, si endulzas esta bebida con miel la producción de endorfinas aumenta y por tanto, la mitigación del dolor es mayor.
11. Jengibre contra los ataques de tos
El jengibre es un buen aliado natural contra el dolor gracias a su contenido en gingerol, una potente sustancia antiinflamatoria que también actúa como analgésico.
Además, es un gran aliado contra los ataques de tos, ya que sus compuestos picantes actúan como relajante muscular, ayudando a controlar los espasmos que causan la tos y aliviando este molesto síntoma. Tómalo en infusión, con miel y limón.
12. Regaliz, un buen remedio contra la tos
Un estudio de la Universidad de Maryland (EE. UU.) avala la eficacia de este remedio tradicional para la tos y el dolor de garganta. La raíz de regaliz posee compuestos bioactivos como el ácido glicirrícico que ayuda a relajar el reflejo de la tos y también actúa como expectorante, por lo que es útil si quedan restos de mucosidad.
Prepárala hirviendo una cucharada sopera rasa por cada vaso de agua y tómala de una a tres veces al día, con miel y limón. No conviene exceder la dosis porque puede resultar tóxica y debe evitarse en caso de hipertensión o insuficiencia renal.
13. El poder calmante de la cúrcuma
Si toses continuamente, la garganta se inflama, se irrita y duele. Y es un círculo que se retroalimenta: cuanto más lo haces, mayor es la irritación, con lo que sigues tosiendo aún más. Para ponerle fin, un buen remedio es tomar una cucharadita de cúrcuma en polvo disuelta en agua templada o en tus zumos.
Su principio activo, la curcumina, es un potente antiinflamatorio que no solo alivia la garganta, también protege los pulmones de la inflamación que provoca el tabaco o las partículas diésel.
14. Vapor de agua para eliminar las flemas
El vapor de agua de una ducha o un baño caliente puede ayudar a expulsar las flemas que provoca la tos productiva o húmeda. También puedes preparar una infusión de eucalipto o romero en un olla grande e inhalar el vapor que desprende durante 5 minutos.