“Aprender a descansar es arte y oficio”, dice Enrique Rojas, psiquiatra y autor del libro Comprende tus emociones. Y es que las vacaciones no solo son divertidas, son necesarias. Es un tiempo que debemos dedicar a desconectar, a relajarnos y a crecer como personas. Para conseguirlo, hay que dejar en casa todo aquello que nos estresa o preocupa, y no es una tarea sencilla.
Por eso, Rojas se dispone a explicarnos qué debemos hacer este verano para no llevarnos las preocupaciones en la maleta y disfrutar plenamente de estas vacaciones. Lo más importante es desconectar y relajarnos. Pero ¿cómo conseguirlo? Te lo contamos a continuación.
1. Tomar conciencia de lo importante
Lo primero que el experto nos recomienda es tomar conciencia de qué es lo más importante en el momento de las vacaciones: el relax. Darle valor a la relajación y al descanso en tu vida es esencial para que puedas desconectar en estos días de vacaciones.
Tomarse tiempo para relajarse no debe ser un lujo, sino una necesidad que busca mantener el equilibrio entre la vida personal y la profesional.
Debemos ser conscientes de la necesidad de desconectar para recargar nuestras energías físicas y mentales. Y este proceso comienza por valorar el descanso y el autocuidado como elementos claves de nuestro bienestar.
2. No llevarse el trabajo en la maleta
Lo siguiente que nos recomienda el psiquiatra Enrique Rojas es hacer todo lo posible para no tener lo laboral en la mente, salvo en casos inevitables. Y es que, para lograr un auténtico descanso, es vital dejar atrás las preocupaciones laborales.
Esto implica, por un lado, planificar y delegar tareas pendientes antes de irnos de vacaciones, para así evitar interrupciones constantes.
Y, si no queda otra que echarle un vistazo a algo del trabajo, procura establecer un horario específico y limitado para atender aquello que sea improrrogable e imprescindible. De esta forma, no se convertirá en el foco principal de tus vacaciones.
Hacer una separación mental entre el trabajo y el descanso es clave para que puedas disfrutar plenamente de este tiempo libre del que dispones.
3. Saber disfrutar de las pequeñas cosas
Es habitual que en vacaciones viajemos a la playa, a la montaña o a ciudades que tenemos ganas de conocer. Tanto si este año vas a hacer las maletas para descubrir nuevos lugares como si te quedas en tu ciudad, es importante que aproveches las vacaciones para disfrutar de las pequeñas cosas.
Aprender a disfrutar de los detalles es clave para desconectar. Basta con dar un paseo por la naturaleza o por una zona bonita de alguna ciudad, disfrutar del paisaje, prestar atención a lo que te rodea y disfrutar de forma consciente de esas pequeñas cosas que marcan la diferencia.
Es muy importante que tu mente se centre de forma plena en el presente, apreciando cada detalle que te rodea y encontrando alegría en las experiencias más simples y cotidianas.
Son estas pequeñas pausas, estos momentos de gozo consciente, los que marcan la diferencia en el estado de ánimo y en el bienestar emocional.
4. Buscar actividades relajantes y enriquecedoras
Las vacaciones son también una oportunidad perfecta para dedicar tiempo a actividades que, además de ser relajantes, puedan enriquecerte. Que te hagan crecer como ser humano. Enrique Rojas nos recomienda echar mano de un buen libro, una novela interesante, de música o dedicar tiempo a conectar con la gente con la que convivimos.
Estas actividades no solo nos proporcionan placer, sino que también contribuyen a nuestro crecimiento personal.
Es crucial, además, que no olvidemos el valor que tienes las relaciones interpersonales en nuestra vida. Pasar tiempo con amigos y familiares, fortalecer lazos y establecer nuevas conexiones son elementos claves de un descanso integral.
5. Glosario de actividades de cara al futuro
Para acabar, Enrique Rojas nos propone elaborar un glosario de actividades futuras, pero siempre con calma, serenidad y sin comprometerse demasiado en ellas. Basta con que te sientes delante de un papel para planificar y soñar con futuras experiencias y proyectos, sin que eso se convierta en una fuente de estrés.
La clave está en disfrutar del proceso, en anticipar con calma los momentos que vendrán, pero manteniendo en todo momento una actitud relajada y abierta. Este enfoque nos ayudará a mantener una perspectiva positiva y motivadora, sin sentirnos abrumados por obligaciones que todavía están por llegar.