- ¿El corazón puede tener la capacidad de regenerarse tras un infarto?
Es la pregunta del millón para la que aún no tenemos respuestas. Lo que sí sabemos es que todas las células del cuerpo contienen la misma información genética (o muy parecida) porque son copias de otra célula que se ha dividido antes. Cabe, pues, la posibilidad de que las células del corazón puedan volver a dividirse y recuperar el órgano tras un infarto. Pero aún queda mucho por investigar.
- El hígado sí vuelve a crecer por completo en unos meses y lo hace incluso si se extrae un 70 % del tejido…
Sí, el hígado mantiene activo el mecanismo que le permite regenerarse, pero probablemente se haya desactivado en el corazón para preservar la vida. Hay que tener en cuenta que el hecho de que las células se dividan tiene inconvenientes, como la aparición de tumores. Quizá el hecho de que las células cardiacas no puedan autorrepararse sea una manera de proteger un órgano que no puede dejar de funcionar ni una décima de segundo.
- Hace unos años se conoció el caso de un recién nacido en Austria cuyo corazón se regeneró poco después de sufrir un infarto. ¿Eso indica que sí es posible a edades tempranas pero no en la edad adulta?
Este caso clínico es muy interesante y se cita muchísimo en la literatura científica, porque abre la puerta a pensar que un humano también puede regenerar su corazón como lo hacen otro tipo de animales, algo que ocurre incluso en algunos mamíferos vertebrados.
Pero antes habría que aclarar y considerar qué es la regeneración para nosotros. Porque quizá ese niño no ha repuesto completamente todas las células que se dañaron en el infarto, sino que lo que ha hecho su cuerpo es compensar el daño, logrando que al final el corazón lata tal y como lo haría sin que se hubiera producido el infarto. Y esto es algo muy difícil de comprobar.
No podemos decir que esa recuperación y regeneración de células no haya ocurrido, pero es un caso que habría que estudiar mucho más a fondo. Habría que ver cuántas células cardíacas tiene ahora realmente este niño en comparación a las que había perdido. Ojalá los resultados de los estudios demuestren que las células cardíacas sí pueden regenerarse.
- En el CNIC ustedes estudian una parte de las células, la mitocondria. ¿Es ella la clave para recuperar un corazón dañado por un infarto?
Hemos visto que, cuando se daña el corazón y para poder adaptarse a la nueva situación, las células cardiacas obtienen energía de una forma distinta a la habitual. En eso intervienen, efectivamente, las mitocondrias. Ellas son las que generan la energía que usa todo el cuerpo y también las células del corazón, los cardiomiocitos.
Dependiendo de su funcionamiento, la célula responde mejor o peor ante el estrés que supone un infarto de miocardio. Ahora lo que nos gustaría saber es cómo lo consigue. Sospechamos que la mitocondria puede no solo modificar el metabolismo de la célula y esto podría activar o inhibir cierta información genética en el núcleo celular.
- ¿Estos estudios podrían dar lugar a nuevos tratamientos postinfarto?
Sería algo muy interesante, pero no se conseguirá en un plazo corto de tiempo. A pesar de que hemos aprendido mucho sobre cómo promover la división celular que hace falta para recuperar tejido miocárdico dañado, aún no entendemos muy bien cómo lograr que esas células vuelvan a acoplarse correctamente y permitir la recuperación de un latido cardiaco sano.
- ¿Los hábitos de vida ayudan a que las mitocondrias funcionen mejor?
Sí. Conviene seguir un estilo de vida saludable y sobre todo una buena alimentación, porque lo que comemos es lo que usan ellas para generar energía. Cuanto más natural y equilibrada sea nuestra dieta, mejor funcionará todo el organismo… y la mitocondria. Precisamente ahora estamos estudiando cómo afectan los distintos tipos de dietas a la regeneración del corazón. Esperamos poder publicar los resultados pronto, pero de momento ya nos hemos llevado algunas sorpresas.