Todos deberíamos hacernos un análisis de sangre al año. Es cierto que no es agradable y fastidia tanto el madrugón como el no poder desayunar, pero los beneficios son claros. Si hablamos de enfermedades frecuentes –como las cardiovasculares–, encontrar niveles elevados de colesterol y/o triglicéridos debería hacer saltar la señal de alarma para que nos encamináramos a la consulta del médico. Es la mejor forma de desenmascarar y frenar ese asesino silencioso llamado arterioesclerosis.
Además, cambiar la conducta alimentaria, hacer ejercicio y tomar medicamentos antilípidos y “desatascadores de tuberías” nos dará una esperanza de vida normal. Lo digo por experiencia.
Análisis de sangre que avisan de cáncer
Pero nos toca vivir con otro gran homicida, el cáncer. Un simple análisis de sangre también nos puede avisar de que está desarrollándose. Tratándose de las leucemias, muchas veces el primer síntoma es un cansancio prolongado, pero será la detección de un número muy elevado de linfocitos (si no hay infección, porque es otra de las razones de su aumento) lo que alerte de la presencia de cáncer.
Hay análisis celulares más complejos: por ejemplo los que detectan células epiteliales en sitios donde no deberían estar, como en la sangre. Si están en el torrente sanguíneo, es que son células circulantes que proceden del colon, del pulmón, del páncreas o de otros órganos, y puede indicar la existencia de un tumor en estas localizaciones.
UNA REVOLUCIÓN EN ONCOLOGÍA
Y hay test sanguíneos que analizan el ADN, algo especialmente útil para obtener más información que la que proporcionan los biomarcadores proteicos clásicos (como los que aparecen cuando hay algún problema en la próstata, ya sea un agrandamiento de esa glándula o un tumor).
Estos otros análisis se basan en que las células que constituyen los tumores humanos suelen secretar material genético: puede ser un ADN desnudo sin adornos o rodeado de burbuja protectora (exosomas).
Este campo ha experimentado una auténtica revolución, ya que se han introducido técnicas de biología molecular ultrasensibles capaces de mostrarnos estas aberraciones en una célula tumoral rodeada de miles de células normales. Y no solo eso: ya es posible detectar cuál es la configuración genética concreta de la célula maligna, lo que permite sugerir cuál o cuáles pueden ser las mejores terapias farmacológicas. Todo eso forma parte de la denominada biopsia líquida y, sin duda alguna, está revolucionando el campo de la Oncología.