La forma de enfrentarse al cáncer de mama, el más frecuente en las mujeres en nuestro país, ha cambiado mucho en los últimos años y, afortunadamente, lo ha hecho para mejor. Prueba de ello son las cifras de supervivencia, que ya alcanza el 85 % de forma global y que supera el 98 % si se detecta precozmente. Y todo apunta a que los datos serán aún más positivos de aquí a pocos años, gracias a los avances científicos que están logrando numerosos grupos de investigación.
Uno de ellos es el que lidera la doctora Sara Sdelci desde el Centro de Regulación Genómica de Barcelona (CRG), que ha recibido la beca VI Proyecto FERO-MANGO en cáncer de mama. Su objetivo es anular una enzima, conocida como PARP1, que ayuda a las células cancerígenas a repararse, lo que les permite seguir replicándose.
Hemos hablado con ella sobre su investigación y también sobre el presente y el futuro del tratamiento del cáncer de mama.
Impedir que las células del cáncer se reparen y crezcan
1. Su proyecto se centra en los inhibidores de la PARP1. ¿Podría explicarnos cómo actúan en el tratamiento del cáncer de mama?
La PARP1 es esencial para reparar los daños en el ADN, también en el caso de las células alteradas cuya misión es seguir dividiéndose. Pero si impedimos ese proceso y la célula cancerosa (reprogramada para crecer) no es capaz de autorrepararse, acaba muriendo.
Una forma de hacerlo es mediante unas sustancias conocidas como inhibidores de la PARP1, que hoy en día se utilizan para tratar el cáncer de mama triple negativo. Con nuestra investigación pretendemos determinar si serían eficaces también en otros tumores de mama y, además, identificar con antelación si la persona afectada responderá bien o no a este tipo de tratamiento.
2. ¿Cómo pueden saber cuál va a ser la respuesta de la paciente?
En el caso de los inhibidores de la PARP1 estamos estudiando si la localización de una proteína específica dentro de la célula podría indicarlo. Si lo hiciera, sería fantástico, ya que las y los pacientes con cáncer de mama que reciben este tratamiento actualmente representan un 2 % del total, y con nuestra estrategia buscamos aumentarlo hasta un 10-20 % los próximos años.
Tratamientos más dirigidos y personalizados
3. ¿Hasta qué punto poder prever el éxito o no de los tratamientos representa un gran paso a la hora de tratar el cáncer de mama?
Prever que un paciente no va a responder a un cierto tipo de tratamiento le evita enfrentarse de manera completamente innecesaria a efectos adversos que, por desgracia, se manifiestan en varias ocasiones durante el tratamiento del cáncer.
La diferencia principal entre las células sanas de nuestro cuerpo y las del cáncer es que las primeras no crecen ni se multiplican, mientras que las segundas sí lo hacen, y bastante rápido. Por esta razón, muchos de los tratamientos que se han desarrollado tratan de bloquear este crecimiento.
Desafortunadamente, aunque no sean la mayoría, hay células de nuestro organismo que sí se multiplican; las de la sangre son un ejemplo. Por tanto, es posible que los tratamientos contra el cáncer también afecten al crecimiento de estas células, provocando, por ejemplo, anemia severa o incrementando la susceptibilidad de contraer infecciones. Si identificamos con antelación a las personas que no van a responder a ciertos tratamientos, podemos evitarles estos efectos adversos.
4. Combinar varios principios activos o moléculas en un mismo fármaco para aumentar su precisión y eficacia es una de las líneas de investigación que está dando buenos resultados hoy en día, ¿verdad?
Así es. En general, los tratamientos para erradicar o bloquear el crecimiento del cáncer se componen de diferentes fármacos. Esta estrategia nos permite anular varias herramientas que la célula usa para sobrevivir, crecer, reparar su ADN, producir todo lo que necesita para su funcionamiento, etcétera.
La combinación de fármacos podría ser, además, una estrategia para evitar que las células desarrollen resistencia al tratamiento, lo que aumentará las posibilidades de que esa terapéutica funcione.
Invertir en investigación para seguir avanzando
5. Estudios como el suyo son solo un ejemplo más de hasta qué punto se está avanzando en el tratamiento.
El tratamiento del cáncer ha mejorado muchísimo en las últimas décadas, y no solo en el de mama. Esto se debe al trabajo de muchos investigadores e investigadoras que han descubierto cuáles son las moléculas clave para el crecimiento de células cancerígenas, lo que ha hecho posible el desarrollo de terapias dirigidas a bloquear estas moléculas.
Invertir en investigación es fundamental para seguir avanzando y poder erradicar o, cuando menos, controlar el cáncer. Y la labor de entidades como la Fundación FERO ayuda a conseguirlo. Juntos, con pasión, determinación y dedicación, estamos avanzando hacia un futuro sin cáncer.