En poco tiempo los científicos dispondrán de una herramienta para superar ciertas dolencias que parece propia del futuro, la técnica CRISPR. Es una manera de manipular el ADN con una gran precisión para “tocar” y corregir únicamente los genes que están dañados y predisponen o causan una dolencia concreta (también comienza a usarse en el sector agrícola para hacer cultivos más resistentes a las plagas y el cambio climático).
Un científico español, Francisco Mojica, fue el primero en prever las aplicaciones del método, pero finalmente ahondaron en él una investigadora francesa y otra estadounidense, que recibieron el Nobel de Química en 2020 por ello.
La técnica usa una especie de “tijera genética”. Con la CRISPR es posible reproducir las enfermedades genéticas en células y en modelos animales... y corregirlas “cortando” los genes dañados y conectando de nuevo los sanos.
Para qué puede servir
Los científicos están entusiasmados porque sus aplicaciones médicas son inmensas. De momento, se ha aplicado a 50 pacientes de diferentes partes del mundo afectados por una enfermedad genética conocida como anemia falciforme. ¡Y la mitad se ha curado! La primera, una mujer americana, superó la dolencia ya en 2019.
- Puede mejorar la inmunoterapia del cáncer. Es uno de los campos donde hay depositadas más esperanzas. La técnica se usa, en este caso, para mejorar el sistema inmunológico de pacientes oncológicos. Se hace a través de la inclusión de una proteína, conocida como Cas9, capaz de modificar una célula mutada que ha pasado de ser normal a crecer demasiado y convertirse en maligna. Está dentro de la llamada edición de genes de tercera generación.
- Utilidad en enfermedades infecciosas. Se estudia la manera de modificar virus mediante esta técnica y hacerlos capaces de acabar con otros microorganismos que producen hepatitis B o VIH. También se estudia para evitar, con esa misma mecánica, infecciones urinarias de repetición causadas por la bacteria E. coli.
Desde 2012 han proliferado los laboratorios y los científicos que estudian cómo aplicar la CRISPR
- ¿Se podrá aplicar en la diabetes I? Efectivamente, hay ensayos sobre ello. El objetivo es trasplantar células sanas (células beta) que puedan producir su propia insulina.
- Contra el colesterol elevado. Cuando se trata de hipercolesterolemia familiar, hay un “error” en el cromosoma 19, que puede pasar de padres a hijos. La edición genética permitiría inactivar un gen –el PCSK9– encargado de acumular colesterol en el hígado y luego llevarlo a la sangre. Así se evitaría el daño en las arterias (a veces incluso infartos e ictus) que pueden sufrir estos pacientes. Del mismo modo, se estudia la manera de evitar que el colesterol se acumule también en personas que lo tienen alto y no por herencia familiar.
Gracias a este avance se podrán corregir muchas enfermedades hereditarias o genéticas
Revertir dolencias autoinmunes. Este año comenzarán diferentes ensayos para tratar de revertir, con esta técnica de “corta y pega” genético, el lupus eritematoso sistémico. Esta dolencia afecta mucho a la calidad de vida porque, además de lesiones en la piel, puede dañar todos los órganos del cuerpo.
En el futuro permitirá trasplantarnos órganos de otras especies (de cerdo, por ejemplo, si se superan las limitaciones éticas). Ya se hacen pero con un gran riesgo de rechazo.
La técnica CRISPR y las “tijeras” que usa
- Se determina el área a modificar. Primero se construye un ARN mensajero (similar al ADN) que, una vez en el interior del cuerpo, es capaz de reconocer la zona exacta que hay que reparar. Ese ARN se une a una proteína llamada Cas, que es la que actuará como “tijeras” moleculares, y la conduce hasta el lugar indicado.
- Se corta el fragmento alterado. La proteína Cas se une al fragmento de ADN que hay que reparar. Luego, provoca una rotura en el sitio conveniente, eliminándolo y desactivando el gen o genes que están dañados.
- Se pega y se repara. El siguiente paso es insertar un trozo de ADN sano (proveniente de un donante) que queda adherido al ADN del paciente. Así, queda una secuencia de ADN “reescrita” y sin rastro de genes alterados.
La opinión del especialista
El genetista Lluís Montoliu, investigador del Centro Nacional de Biotecnología –Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC)–, explica a Saber Vivir las posibles aplicaciones de esta técnica:
- Esta técnica podría ayudar a erradicar enfermedades endémicas como la malaria o el dengue (en áreas tropicales), o el zika y la fiebre del Nilo. De estas dos últimas ya se han dado casos en España y se sospecha que au- mentarán en el futuro. Con estas enfermedades, transmitidas por mosquitos, el objetivo es modificar el mecanismo de transmisión de estos insectos para evitar el contagio. Puesto que son muchas las especies que las transmiten, el trabajo será duro y los resultados se verán a muy largo plazo.
- En otras dolencias los ensayos ya dan frutos. También hay esperanzas en la curación de enfermedades hereditarias, como la amiloidosis por transtiretina (TTR) familiar. Hoy en día es mortal a medio plazo porque afecta a células del corazón y a las neuronas, pero hay un ensayo clínico con resultados muy satisfactorios. Si todo avanza como se espera, po- dríamos disponer de un tratamiento eficaz. Y sería un gran paso para tratar otras alteraciones genéticas.