Las nuevas tecnologías, como los relojes inteligentes, nos están ayudando a conseguir un mejor control de la salud. Por ejemplo, controlando el ritmo cardiaco, la presión sanguínea o si cumplimos a diario un mínimo de actividad física. Ese control también puede tener un lado oscuro.
Es lo que han constatado grupos de psicólogos y médicos. Se encuentran cada vez más con situaciones en las que el paciente muestra problemas de sueño y descanso detrás de los que hay precisamente una obsesión por dormir bien.
No es una problemática nueva. Se trata de una disfunción llamada ortosomnia. La novedad es su incidencia. No hay estadísticas fiables de la magnitud del problema, aunque los especialistas coinciden en un aumento exponencial estos últimos años.
¿Es la ortosomnia una enfermedad?
La ortosomnia es un término creado a partir del latín y griego y que podríamos traducir como “sueño correcto”. Los psicólogos lo definen como la obsesión excesiva por lograr un sueño perfecto. Una obsesión que paradójicamente empeora la calidad del sueño.
Los especialistas en sueño no lo catalogan como una patología propiamente. Pero estamos ante un círculo vicioso en el que la persona convierte lo que podría ser un pequeño desajuste en sus horarios de descanso con una enfermedad. Si la falta de sueño reparador se agrava y cronifica la persona puede llegar a tener un verdadero problema de salud.
Un estudio publicado en 2017 por investigadores de la Universidad de Chicago ya confirmó que esta obsesión estaba consiguiendo que las personas durmieran peor.
La Sociedad Española de Neurología se ha hecho eco también del creciente problema y ha recordado que los aparatos de monitoreo del sueño no son una alternativa a los diagnósticos médicos.
Por qué surge la ortosomnia
Allí está una de las claves. En la base del problema de la ortosomnia hay dos circunstancias coincidentes. Por un lado está la personalidad. Un carácter perfeccionista o excesivamente obsesivo o una persona hipocondríaca son susceptibles de acabar padeciéndola.
Por otro, está la realidad social. Es cierto que la falta de sueño es uno de los principales retos sanitarios. La Organización Mundial de la Salud ha reconocido que es un problema global. Por eso se ha hecho hincapié en que respetemos las horas de sueño.
Y de ahí también el éxito de la tecnología de monitoreo del sueño: aplicaciones de móviles, pulseras y relojes inteligentes. Dispositivos que no son precisos y que no tienen en cuenta otros factores como es las necesidades reales de sueño de cada uno.
Si la falta de sueño está afectando a nuestra calidad de vida. Si nos dormimos en el trabajo o no conseguimos concentrarnos, el estudio ha de ser médico. Si es una percepción nuestra o simplemente no coincidimos con la norma de la aplicación, hay que cambiar de estrategia.
Cómo evitar la ortosomnia
Para evitar la ortosomnia los psicólogos aconsejan que sigamos pautas para dejar de obsesionarnos. La primera y más importante es asumir que esta obsesión nos está haciendo más daño que beneficio. No vamos a conseguir dormir bien.
- Recuerda queno todos somos iguales. Hay pautas de un buen descanso. En la población adulta se considera que hemos de dormir de siete a ocho horas. No obstante, depende de la persona. Una eminencia como el cardiólogo Valentí Fuster confirmó que tiene suficiente con cuatro o cinco horas y que sus investigaciones confirman que es suficiente si es un sueño profundo.
- Ten presente tu edad. A medida que envejecemos, es más común los despertares nocturnos, porque hay menos sueño profundo. Igual que los adolescentes han de dormir más y tampoco es preocupante que se pasen el fin de semana durmiendo.
- Evita el monitoreo. Las aplicaciones no son precisas. Tienen limitaciones y no pueden ser sustitutivas de un control profesional. Si ves que sus datos te causan estrés, irritación y ansiedad por no señalar un buen descanso, déjalas un tiempo.
- Las terapias psicológicas cognitivo-conductuales pueden ayudarte a reducir la ansiedad y esa preocupación excesiva por la falta de sueño y la preocupación por la salud.
Consejos para dormir bien
El paso a la fase de sueño es automático. Lo realiza nuestro cerebro dentro de los mecanismos automatizados. Es muy difícil controlarlo, igual que muy pocas personas pueden controlar los latidos de su corazón.
Lo que podemos hacer es predisponer todo para que ese paso al sueño sea fácil. Ya hemos visto que obsesionarnos no es la vía:
- Las rutinas sí nos ayudan. Acuéstate a la misma hora y sigue unas pautas que hagan entender a tu cerebro que ya hay que desconectar. A algunas personas les va bien leer, oír una música suave o meditar.
- No utilizar la cama para otras actividades, como mirar el móvil, la televisión o estudiar también ayuda al inconsciente a relacionarla solo con el sueño.
- No discutas antes de irte a dormir, ni trates problemas del día. Si hay algo que te preocupa, apúntalo y déjalo para mañana.