El ácido úrico es un compuesto químico de desecho que generamos de manera natural en el cuerpo. Se produce durante la descomposición de una sustancia denominada purina que encontramos sobre todo en los alimentos.
El hígado se encarga de metabolizar la purina y el ácido úrico que se produce se elimina en gran parte con la orina. Además, tener un poco de ácido úrico es beneficioso porque tiene un efecto antioxidante en la sangre.
El problema surge cuando se acumula en exceso por tomar demasiadas purinas o porque no lo eliminamos correctamente. Al ser un problema acumulativo, suele aparecer en la edad adulta avanzada. En las mujeres, los estrógenos protegen y aparece sobre todo a partir de la menopausia.
Por qué hay que controlar el ácido úrico
Por tanto las mujeres han de estar especialmente atentas a partir de los 50 años. Además, sus niveles deberían ser más bajos que los de los hombres: de 2 a 4 miligramos en sangre, frente a los 6,8 miligramos de ellos.
Cuando se superan estas cantidades se produce lo que los médicos llaman una hiperuricemia. La cantidad de ácido úrico es demasiado alta para que se disuelva en el líquido sanguíneo.
Aumenta el riesgo de que se formen cristalitos y que estos se acumulen en las articulaciones y los tejidos blandos, especialmente en el dedo gordo del pie, el tobillo o la rodilla.
Estos cristalitos sumados durante tiempo y tiempo provocan inflamación e hinchazón: la gota. Como es un problema acumulativo, se puede tener gota sin que en ese momento puntual los niveles de ácido úrico sean especialmente altos. Por eso, la clave es procurar tener siempre unos niveles controlados.
Por qué es importante la alimentación
La gota puede ser muy dolorosa, aunque no siempre. A veces inicialmente es indolora y el problema es que crea úlceras que deformen la articulación. Entonces sí duele y además provoca pérdida de movilidad.
La acumulación de ácido úrico suele tener un componente genético o verse afectado por otras enfermedades como una insuficiencia renal, o por medicamentos diuréticos, laxantes, la aspirina o la quimioterapia.
Por tanto, la alimentación no es el único factor a tener en cuenta. Sin embargo, este desecho se produce a partir de las purinas y las purinas están sobre todo en los alimentos de origen animal. Evitar alimentos con mucha purina ayudará a no agravar los niveles de ácido úrico y dar tiempo al cuerpo a eliminar el exceso.
Ese control dietético y hacer ejercicio son las dos formas clásicas de curar la gota y recuperar unos niveles adecuados de ácido úrico.
Los alimentos que ayudan a bajarlo
Hay una serie de alimentos cuya cantidad de purinas es insignificante. Estos alimentos en ningún caso te perjudicarán. Al contrario, ayudan a bajar los niveles. Son la base de una dieta contra el ácido úrico:
- Huevos, leche y derivados lácteos (queso, yogur).
- Pasta, arroz, maíz.
- Alubias (otras legumbres no convienen, como las lentejas o garbanzos).
- Tomate, lechuga.
- La mayoría de frutas: manzana, melocotón, frambuesa. Modera las muy dulces como caqui, uvas y dátiles.
- Gelatina y chocolate.
Los alimentos que hay que controlar
Respecto a los alimentos inadecuados, hay ciertos malentendidos porque metemos todos los de un tipo en el mismo saco y no todas las especies tienen igual cantidad de purinas. Vamos a ver cuatro grupos:
- Mariscos seleccionados: es verdad que gambas y langostinos están vetados. Son los productos que más purinas tienen. Tampoco los berberechos, mejillones, ostras o almejas. Sin embargo, la langosta o el bogavante no son tan perjudiciales.
- Pescados siempre blancos: el pescado azul como el atún, el salmón o la sardino no convienen. Las grasas saludables del pescado azul también la tienes en el aguacate y el aceite de oliva.
- Verduras: para la gota no todas valen. Las mejores son aquellas diuréticas que eliminan toxinas, como la alcachofa y el apio. Sin embargo, tienen mucha purina las acelgas, espinacas y espárragos.
- Alimentos nada recomendables: carnes rojas (especialmente la casquería, como las mollejas), los embutidos (chorizo, salchichón, lomo embuchado, el jamón serrano) y el alcohol (incluida la cerveza).